Imagina que te aproximas a una glorieta y, aunque parece una maniobra sencilla, es uno de los puntos más conflictivos en las carreteras. De hecho, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), las infracciones relacionadas con la prioridad de paso en las rotondas son las más frecuentes en las intersecciones de tráfico. Estas faltas representan una de cada cinco infracciones que ocurren en estos cruces, lo que convierte a las glorietas en un foco de siniestralidad.
La razón detrás de estas infracciones se puede atribuir a varios factores clave. Entre los más habituales están la falta de respeto a la prioridad de paso, el exceso de velocidad al ingresar o circular en una glorieta y la incapacidad de mantener la distancia de seguridad entre los vehículos. Estas acciones no solo incrementan el riesgo de accidente, sino que también generan sanciones severas que buscan reducir la peligrosidad en las glorietas.
Las rotondas no solo encabezan la lista de infracciones, sino que también son escenario de una gran cantidad de accidentes de tráfico. Según los informes de la DGT, estas intersecciones circulares concentran una parte significativa de los siniestros en carretera, sobre todo debido a la confusión de los conductores sobre cómo circular en ellas de forma correcta. La combinación de un gran flujo de vehículos y la falta de claridad en la prioridad de paso convierte a las glorietas en zonas de riesgo constante.
En respuesta a este problema, las sanciones por infracciones en las rotondas se han endurecido en los últimos años. Conducir de forma temeraria, como acceder sin ceder el paso o hacerlo a una velocidad inadecuada, puede llevar a sanciones de hasta 500 euros y la retirada de seis puntos del carnet de conducir. El objetivo de estas multas es desincentivar comportamientos peligrosos, ya que la falta de precaución no solo pone en peligro al infractor, sino también a otros usuarios de la vía, incluyendo peatones y ciclistas.
Normativas y consejos
Para evitar accidentes y sanciones en las glorietas, la autoridad de Tráfico ha establecido una serie de normativas claras sobre cómo circular en estas intersecciones. El proceso se divide en tres momentos clave: la entrada, la circulación en el interior y la salida de la rotonda.
Al entrar, lo primero que se debe hacer es reducir la velocidad y prestar atención al tráfico que circula por la izquierda, ya que los vehículos que ya están en la glorieta tienen prioridad. Si es necesario, el conductor deberá detenerse hasta encontrar un momento seguro para incorporarse. Siempre que sea posible, se recomienda entrar desde el carril derecho.
Una vez dentro de la glorieta, lo más aconsejable es circular por el carril exterior si está libre, especialmente si la salida está cerca. En áreas urbanas, es posible utilizar el carril que mejor se ajuste al destino del conductor, pero se recomienda mantenerse en el exterior para facilitar las maniobras de salida. Cuando la salida esté próxima, es fundamental señalizar el cambio de carril con antelación y salir desde el carril externo. Si no se puede cambiar a tiempo, lo correcto es dar otra vuelta hasta estar en posición segura para salir.
El momento más peligroso en las glorietas es justamente la entrada. Más de la mitad de los accidentes en intersecciones, un 54%, ocurren en este punto crítico, según un estudio de la compañía aseguradora AXA. Muchos de estos accidentes se deben a la falta de atención a la prioridad de paso o al no reducir adecuadamente la velocidad al aproximarse a la glorieta. Por eso, una correcta reducción de velocidad y la observación del tráfico son esenciales para evitar colisiones.