El desfile aéreo y los saltos paracaidistas se suspenden por la lluvia este 12 de octubre: estos son los actos que no se cancelan

La lluvia finalmente ha obligado a suspender el tradicional desfile aéreo por el Día de la Fiesta Nacional. El Ministerio de Defensa ha decidido, dada las condiciones meteorológicas adversas, cancelar tanto la exhibición de las aeronaves de las Fuerzas Armadas Españolas como también el salto de los tres paracaidistas que iban a portar la enseña nacional y una bandera en homenaje al 10º aniversario del reinado de Felipe VI.

De igual manera, quienes no se dejen intimidar por las lluvias tampoco podrán presenciar a la Patrulla Águila sobrevolar Madrid. Los seis aviones C-101 del grupo acrobático del Ejército del Aire y del Espacio no pintarán en esta oportunidad el cielo de la capital española de color rojigualdo, de nuevo, por culpa del mal tiempo.

Por otro lado, la parada militar terrestre se mantiene sin modificaciones. De esta manera, se podrá ver desfilar por el Paseo del Prado madrileño a cerca de 4.092 militares -entre los que 473 son mujeres- tanto a pie como montados en 117 vehículos, 49 motos y 210 caballos.

El desfile, que presiden don Felipe y doña Letizia, comenzará a las 11.00 horas con la llegada de los reyes a la Plaza de Neptuno, cerca de la Tribuna Real, donde serán recibidos con honores militares. Acompañará a los monarcas la princesa Leonor, vestida con el uniforme de guardiamarina, apenas un mes y medio después de su ingreso en la Escuela Naval de Marín, en la que continúa su formación militar.

A su llegada, los monarcas recibirán honores militares y Felipe VI pasará revista al Batallón de Honores de la Guardia Real .Posteriormente saludarán a las autoridades presentes, encabezadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Teodoro López Calderón.

A la llegada a la Plaza de Neptuno, Sánchez ha sido objeto de pitadas, abucheos y gritos de “fuera, fuera” por parte de algunos de los ciudadanos apostados en los alrededores a una distancia de más de cien metros, mientras se escuchaban también vivas a Felipe VI.