Vivir solo en Madrid se ha convertido en un lujo al alcance de muy pocas personas. La alternativa económicamente viable es compartir piso, ya sea con amigos, desconocidos o con pareja, pero disfrutar de la independencia se ha vuelto misión prácticamente imposible si tu salario no pasa de los 2.800 euros mensuales, teniendo en cuenta que los estudios en alquiler en muchos barrios de la capital superan los 850 euros mensuales y la renta no debería superar el 30% de los ingresos. Lejos de que la situación mejore, los precios del alquiler no dejan de incrementarse y mientras la media en España se sitúa en los 13 euros por metro cuadrado, según los datos de portales inmobiliarios relativos a septiembre, en Madrid supera los 20 euros, por lo que un piso de 90 metros cuadraros cuesta de media unos 1.800 euros al mes.
Encontrar un alquiler asequible para poder vivir sola le está resultando más que complicado a Celia Muñoz, una joven extremeña que vive en Madrid desde hace 13 años y que, a pesar de tener un empleo estable como gestora y un salario que ronda los 27.000 euros anuales, no puede costearse “ni un estudio decente”. “Ahora mismo prácticamente no hay estudios en Madrid por menos de 700 euros y por ese precio solo encuentras sitios de 20 metros cuadrados, lo que significa tener un sofá para dormir, para comer, para hacer vida, porque no te cabe nada más en la casa. Si quieres algo digno, el precio sube a 850 o 900 euros, lo cual es imposible para una persona sola”, explica esta joven de 31 años a Infobae España.
Hasta hace pocos meses Celia compartía casa con dos amigos, pero estos dejaron el piso para irse a vivir con sus respectivas parejas. Al no haber encontrado un alquiler razonable para poder vivir sola, de momento está pagando los 850 euros que antes dividía con sus compañeros, una cantidad que no puede permitirse durante mucho más tiempo. “Estoy capeando el temporal porque, porque ya no quiero vivir con gente desconocida, llega una edad en la que no te apetece mucho. Además, tengo dos gatos y no todo el mundo quiere convivir con animales”, explica.
Al no tener pareja, añade, “no tiene muchas más opciones de alquiler”, por lo que ya está pensando en irse de Madrid para buscar un sitio más barato en el que pueda vivir sola, aunque ya hay municipios en los alrededores como Getafe o Móstoles donde los precios también se han disparado, lamenta. “Madrid nos condena a ser eternos adolescentes, es imposible vivir solo. Seguimos compartiendo piso como cuando estudiábamos en la Universidad”.
Y no solo ocurre en Madrid. Según un informe elaborado por el portal Fotocasa, más de la mitad de las personas que comparten piso en España, un 56%, lo hacen porque no pueden permitirse vivir solos.
Episodios racistas
La opción de vivir sola tampoco resulta viable para Eveling, una joven de 25 años que vive con sus padres y lleva meses tratando de independizarse. Confiesa que “lo único accesible son zulos de unos 30 metros cuadrados por 850 euros con unas condiciones tan precarias que no entiende cómo los portales inmobiliarios se atreven a publicarlo”.
Los precios le han obligado a plantearse otras opciones y ahora busca habitación en piso compartido, “aunque la situación también es parecida, o incluso peor”, asegura. Las habitaciones que están en buenas condiciones, explica, “se sitúan entre los 450 y 500 euros más gastos”, cuando su tope estaría en los 400, si bien ha llegado a ver anuncios en los que piden 650 euros al mes. “A esto hay que añadir que algunos propietarios te piden dos meses de fianza y el mes corriente, una suma difícil de abarcar”, añade, al tiempo que critica que también se ha encontrado con situaciones racistas por su acento y color de piel. “En una ocasión concerté una visita y al acudir al piso me dijeron que no alquilaban a extranjeros”. De hecho, para las personas migrantes y racializadas alquilar en las grandes ciudades es una tarea complicada incluso cuando cumplen todas las condiciones que las inmobiliarias les exigen, tal y como denuncian desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos.
Al igual que Eveling, 7 de cada 10 jóvenes en España no pueden independizarse de sus padres pese a tener un empleo, según un reciente informe del Consejo de la Juventud de España (CJE), debido principalmente al elevado precio de las viviendas en alquiler y la precariedad de los trabajos. El estudio, que analiza los datos del segundo semestre de 2023, sitúa la tasa de emancipación en el 17%, la mejor cifra desde mediados de 2020, pero aún está lejos de la que había antes de la pandemia (18,6%) y del pico que alcanzó en 2007 (26,1%). Así, en España hay un total de 236.333 jóvenes de 16 a 29 años más viviendo fuera del domicilio familiar que hace un año, aunque la tasa de emancipación en España es 14,9 puntos más baja que la europea.
Manifestación en Madrid para exigir que los precios bajen
Bajo este panorama, no es de extrañar que la vivienda ya se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la población en España, que considera que el acceso a un hogar es el principal factor de desigualdad. Y no solo se trata de los elevados precios del alquiler, sino de otros problemas como la proliferación de pisos turísticos -tanto legales como ilegales- o los desahucios que se siguen produciendo a diario, además de las cláusulas abusivas o prácticas injustas por parte de arrendadores y fondos buitre. Por todo ello, una treintena de organizaciones sociales ha convocado para este domingo 13 de octubre una manifestación en Madrid con la que pretenden lograr una bajada de precios.
El Sindicato de Inquilinas espera “tomar las calles” de Madrid bajo el lema “Se acabó” con el objetivo puesto en abaratar los alquileres un 50% como antesala a una futura huelga de alquileres, un paro del pago de la renta por parte de los inquilinos. “Sin nuestro dinero, los rentistas no son nada. Así que basta ya. Si no bajan los alquileres, los bajaremos nosotras”, apuntan desde el sindicato, que considera que la Ley de Vivienda “no sirve”.
La organización asegura que hoy la crisis de acceso a la vivienda tanto en la Comunidad de Madrid como en el resto del país “es mucho más grave que hace 5 años”, y responsabiliza de ello al Gobierno central, “por el reiterado incumplimiento de su programa”, y al Ejecutivo autonómico madrileño y los gobiernos municipales “por su absoluta dejadez de funciones y sus políticas a favor de las inmobiliarias”.
Este llamamiento a tomar las calles se produjo después de que el 17 de septiembre el Congreso de los Diputados rechazó tramitar una proposición de ley promovida por organizaciones sociales y de inquilinos para combatir el uso fraudulento de los contratos de alquiler de temporada y de habitaciones después de que Junts votara en contra, en lugar de abstenerse como habían anunciado, si bien el texto también fue rechazado por el PP, Vox y UPN.
La protesta de este domingo en la capital partirá a las 12:00 horas desde la estación de Atocha, ubicada en la plaza del Emperador Carlos V, y continuará por el Paseo del Prado hasta la plaza de Cibeles para después ascender por la calle Alcalá hasta culminar en la plaza de Callao.