Solo 29 mujeres están al frente de un Gobierno en el mundo: “Somos la mitad de la población, estar representadas es una cuestión de justicia”

De un total de 196 países, solo 87 han tenido alguna vez a alguna mujer líder en su historia. La investigadora Virginia García Beaudoux explica cuáles son las principales barreras a las que se enfrentan las mujeres en política

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La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el centro, y el mandatario saliente Andrés Manuel López Obrador, a la derecha, celebra frente a los legisladores en la ceremonia de toma de posesión en el Congreso en Ciudad de México, el martes 1 de octubre de 2024. (AP Foto/Eduardo Verdugo)
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en el centro, y el mandatario saliente Andrés Manuel López Obrador, a la derecha, celebra frente a los legisladores en la ceremonia de toma de posesión en el Congreso en Ciudad de México, el martes 1 de octubre de 2024. (AP Foto/Eduardo Verdugo)

El pasado 1 de octubre Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México, convirtiéndose así en la primera mujer que lidera el país desde que hace dos siglos obtuvo su independencia de España. “Por primera vez, nosotras las mujeres hemos llegado a dirigir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”, dijo Sheinbaum durante la ceremonia de investidura ante las miles de personas que abarrotaron el Zócalo de la Ciudad de México, al tiempo que prometió luchar contra el clasismo, el machismo y la discriminación a lo largo de los seis años año que durará su Gobierno.

Los retos que deberá asumir la científica y exalcaldesa de la capital mexicana no son pocos, pues recibe un país con más de un 30% de pobreza, una tasa alarmante de feminicidios y donde la violencia del crimen organizado se ha recrudecido en este último tiempo. Con Sheinbaum las mujeres que ocupan el cargo de Jefas de Estado o de Gobierno en todo el mundo se eleva a 29 del total de 196 países analizados (193 reconocidos por la ONU más Kosovo, Palestina y Taiwán), es decir, solo el 15% de los gobiernos del mundo está en manos de mujeres.

Además, según datos de la ONU, solo 87 países han tenido alguna vez a alguna mujer líder en su historia, siendo Europa, América Latina y el Caribe y África subsahariana los lugares que mayor número han registrado.

Casi la mitad gobiernan en países europeos

Actualmente en ese listado figuran 13 mujeres europeas, que por orden alfabético son: Borjana Krišto en Bosnia Herzegovina, Evika Siliņa en Letonia, Giorgia Meloni en Italia, Gordana Siljanovska-Davkova en Macedonia del Norte, Halla Tómasdóttir en Islandia, Ingrida Šimonytė en Lituania, Katerina Sakellaropoulou en Grecia, Maia Sandu en Moldavia, Mette Frederiksen en Dinamarca, Myriam Spiteri Debono en Malta, Nataša Pirc Musar en Eslovenia, Salome Zourabichvili en Georgia y Vjosa Osmani en Kosovo.

En América Latina y el Caribe son seis las mujeres que están al frente de un Gobierno: Christine Kangaloo en Trinidad y Tobago, Claudia Sheinbaum en México, Dina Boluarte en Perú, Mia Mottley en Barbados, Sylvanie Burton en Dominica, y Xiomara Castro en Honduras.

A la lista se suman cuatro mujeres africanas: Judith Suminwa en República Democrática del Congo, Sahle-Work Zewde en Etiopía, Samia Suluhu Hassan en Tanzania y Victoire Tomegah Dogbé en Togo. Por otro lado, en Asia hay tres mujeres más al frente de un Gobierno: Droupadi Murmu en India, Harini Amarasuriya en Sri Lanka, Paetongtarn Shinawatra en Tailandia, mientras que en Oceanía son dos: Hilda Heine en Islas Marshall y Naomi Mata’afa en Samoa.

El hecho de que una mujer se ponga al frente de un Gobierno no significa que vaya a implementar una agenda feminista o con perspectiva de género, pero independientemente de sus posicionamientos, “estar representadas es un derecho y una cuestión de justicia”, dice a Infobae España la investigadora y doctora en psicología Virginia García Beaudoux, pues las mujeres representan la mitad de la población mundial y, por tanto, “les corresponde, sin peros, la mitad de la representación, así como poder acceder, y permanecer, en igualdad de condiciones que los hombres en todos los espacios de poder y de toma de decisiones”.

Solo 15 países tienen gabinetes paritarios

A pesar de los avances en materia de igualdad y de haber roto muchos techos de cristal, las mujeres aún siguen enfrentando numerosos obstáculos para llegar a los máximos puestos de poder en todo el mundo y, en términos de representación política, “la brecha más significativa en términos de representación política es la que se observa precisamente en los niveles más altos de la pirámide del poder”, explica García Beaudoux, y prueba de ello es que hasta el 1 de octubre de 2024 solo 29 países están liderados por mujeres, al igual que también es “alarmante” que solo 87 naciones han tenido a una mujer líder en su historia, recuerda la experta.

Según datos de la ONU, las mujeres constituyen poco más del 23% de las personas que en la actualidad lideran ministerios en los gabinetes de todo el planeta y, de hecho, solo hay 15 países que tienen gabinetes paritarios, siendo las carteras más ocupadas por ministras las de Mujer e Igualdad de género, Familia e Infancia, Inclusión social y Desarrollo, Protección social y Seguridad social, y Asuntos indígenas y minorías, explica la organización, que también advierte que de continuar a este ritmo “la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará hasta dentro de 130 años”.

Principales obstáculos a los que se enfrentan

García Beaudoux considera que las principales barreras para las mujeres a la hora de acceder a la política siguen siendo los sesgos y los estereotipos de género “que continúan alimentando ese imaginario de que el mundo propio de las mujeres no es el público y político, sino el doméstico, que hace que desde el momento en el que las mujeres se deciden a ingresar a la política haya muchos cuestionamientos”, de forma que incluso les preguntan con quién se van a quedar sus hijos, cómo van a hacer para no descuidar a sus familias si no piensan que meterse en política va a tener un costo personal y familiar alto.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, durante un mitin en Tegucigalpa. (REUTERS/Fredy Rodriguez)
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, durante un mitin en Tegucigalpa. (REUTERS/Fredy Rodriguez)

A su juicio, también influye la “cobertura sesgada” que las mujeres políticas y candidatas reciben en los medios de comunicación, así como las amenazas violentas de todo tipo, “psicológica, sexual, inclusive a sus vidas”, sobre todo online y “podrían empeorar por el mal uso de la inteligencia artificial”. También así lo advierte Julie Ballington, asesora de Políticas de Liderazgo y Gobernanza de ONU Mujeres, que aclara que las políticas “enfrentan formas de acoso y discriminación por motivos de género que buscan disuadir su participación, lo que ocurre cada vez más en plataformas online y a través de contenidos e imágenes” generados por esa misma tecnología.

Las mujeres también se topan con barreras en los propios partidos políticos, “que se resisten a incluirlas como lideresas políticas y candidatas electorales”, añade García Beaudoux, que destaca otro factor más: el menor acceso de las mujeres en comparación con los hombres “a los recursos necesarios para competir en las primarias y en las internas de los partidos y ganar las nominaciones para competir en campañas electorales”. Este último factor está muy vinculado con el menor acceso que las mujeres suelen tener a redes financieras y al patrocinio, “porque se confía menos en los liderazgos de las mujeres y en la potencialidad de que ganen si compiten en una elección”.

Cómo revertir la desigualdad

Aparte de la importancia de las leyes de paridad para equilibrar la presencia de mujeres y hombres en puestos de poder, la experta considera fundamental la aprobación de normas para prevenir la violencia en los momentos electorales y postelectorales, de forma que se sancione a quienes la ejerzan y que las mujeres víctimas de esa violencia puedan acceder a la justicia. Para revertir esa situación de desigualdad, apunta, también es necesario “apoyar a las mujeres candidatas y a las que ya se encuentran en puestos de representación política, desarrollando programas gubernamentales para el fortalecer sus habilidades y regular la financiación de las campañas, asegurando que tanto desde el Estado como desde los partidos haya fondos etiquetados”.

Por último, hace un llamamiento a los medios de comunicación para que no reproduzcan ni refuercen los estereotipos de género cuando se trata de la participación política de las mujeres, por lo que sugiere que las coberturas sean equilibradas y eviten los discursos de odio y discriminación.

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