Si hay algo que nunca se puede recuperar en la vida es el tiempo. Es lo más valioso que tenemos y nuestra forma de invertirlo dice mucho de nosotros. Hay quienes no soportan pasarlo en la cama y creen que dormir les quita tiempo de vida, quienes disfrutan de estar bajo la manta y pasar los días a un ritmo lento y pausado, quienes aprovechan hasta el último minuto del día siendo productivos y quienes pasan horas y horas deslizando vídeos en el móvil. Todos nuestros comportamientos son estudiados por la ciencia para descifrar aspectos psicológicos: uno de ellos es saber qué significa llegar siempre a los sitios antes de tiempo.
Según la psicología, este comportamiento puede estar relacionado con características como ansiedad o perfeccionismo. Hay personas que temen la impuntualidad o el temor a causar una mala impresión. Así, la anticipación les permite tener un margen de seguridad para evitar llegar tarde, lo que puede calmar su ansiedad. En este sentido, Oliver Burkman, periodista y autor especializado en temas de productividad y gestión del tiempo, ha abordado el tema de la puntualidad en sus escritos. En su libro Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals, el experto no se centra exclusivamente en la puntualidad, pero sí explora cómo nuestra relación con el tiempo puede revelar aspectos más profundos de nuestra psicología y prioridades.
Para Burkman, el hábito de llegar temprano podría ser visto como parte de una tendencia más amplia a tratar de controlar el tiempo y, en última instancia, la vida. Según él, la obsesión por gestionar el tiempo perfectamente y el deseo de aprovechar cada minuto de manera eficiente reflejan una dificultad para aceptar las limitaciones inherentes a la existencia humana. Llegar temprano puede ser una forma de intentar “ganarle tiempo al tiempo”, un esfuerzo para mantener la ilusión de control sobre algo que en realidad es limitado e incierto.
En su obra, Burkman invita a reconsiderar la manera en que se aborda la gestión del tiempo, sugiriendo que el enfoque excesivo en la productividad y la eficiencia puede impedir que las personas vivan experiencias más significativas. Aunque no aborda directamente la puntualidad como un tema central, su enfoque cuestiona la necesidad de controlar el tiempo con tanto rigor, lo que podría incluir la costumbre de llegar temprano a las citas como un síntoma de la lucha contra la finitud del tiempo.
Tipo de personalidad de las personas obsesionadas con la puntualidad
Las personas con una personalidad tipo A, que suelen ser competitivas, impacientes y orientadas al logro, tienden a llegar temprano como parte de su naturaleza organizada y proactiva. Este concepto fue popularizado en los años 50 por los cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman, quienes identificaron un conjunto de comportamientos que vinculaban con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Los rasgos más comunes de las personas con personalidad tipo A incluyen:
1. Competitividad: estas personas tienen un fuerte deseo de ser exitosas y destacarse en lo que hacen. Suelen ver la vida como una serie de desafíos u oportunidades para demostrar su valía y les motiva ganar o superar a otros.
2. Impaciencia y sentido de urgencia: se caracterizan por un fuerte sentido del tiempo y una tendencia a ser impacientes. Les cuesta relajarse y suelen apresurarse para cumplir sus objetivos. Pueden frustrarse fácilmente cuando se enfrentan a retrasos o cuando las cosas no van a la velocidad que desean.
3. Orientación hacia el logro: la necesidad de lograr metas y objetivos es central en su forma de ser. Estas personas suelen establecer metas elevadas para sí mismas y trabajan arduamente para alcanzarlas, muchas veces sacrificando el descanso y el ocio.
4. Tendencia al perfeccionismo: les preocupa mucho la calidad de su trabajo y tienen altos estándares. Buscan que todo sea perfecto y pueden ser muy críticos consigo mismos y con los demás si algo no cumple con sus expectativas.
5. Agresividad u hostilidad: aunque no siempre es el caso, algunas personas con personalidad tipo A pueden mostrar un comportamiento agresivo o hostil, especialmente en situaciones de competencia o estrés. Esta hostilidad ha sido asociada con un mayor riesgo de problemas cardíacos.
6. Multitarea: las personas tipo A suelen realizar varias actividades al mismo tiempo para optimizar el uso del tiempo. Les gusta sentir que están siendo productivos constantemente y no soportan la inactividad.
Estos rasgos hacen que las personas con personalidad tipo A sean vistas como individuos proactivos, ambiciosos y eficientes, pero también pueden llevar a un mayor estrés y problemas de salud relacionados con la presión constante a la que se someten.