En líneas generales, las noticias sobre la ocupación de viviendas suelen tener muchas veces connotaciones negativas hacia quienes deciden entrar ilegalmente en las casas. Hay muchas noticias sobre personas que ven como su casa resulta inesperadamente profanada por personas, pero lo cierto es que este tipo de situaciones solo ocurren en el 1% de los casos, y los más afectados son los grandes propietarios.
En el ámbito de la ocupación, existen movimientos con postulados éticos e ideológicos que también tienen como norma no perjudicar a los particulares, y más allá de eso, incluso quienes no pertenecen a estas agrupaciones, pueden tener sus propios valores que descubren una parte menos conocida de esta realidad. Casos como el que ha pillado por sorpresa a Francia, en el que una familia ha decidido habitar ilegalmente una vivienda, y además, con el permiso de los propietarios, mejorarla.
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Una casa sin nadie dentro durante 20 años
Los hechos han tenido lugar en la ciudad de Poitiers, al oeste del país vecino, tal y como informa el medio La Nouvelle République. Allí, una familia rumana de un padre, una madre y ocho hijos, vio como perdía la casa en la que se encontraban al no poder pagar en alquiler. Llevaban 18 años en Francia, y era la primera vez que se veían en la calle, después de que el progenitor hubiera perdido su trabajo. A raíz de esto, tomaron la decisión de entrar en la casa de un arquitecto que llevaba 20 años abandonada.
Al propietario y su mujer no les sentó nada bien la entrada de la familia, y al principio incluso mandaron a un policía a vigilar la propiedad, si bien este no podía hacer nada para proceder con un desalojo inmediato. No obstante, todo cambió cuando, como cuenta el padre, les explicaron su situación. “Ellos nos escucharon”. A partir de ahí la relación mejoró mucho, y en especial cuando la familia decidió comenzar con unas obras para renovar la vivienda por su propia cuenta. “Descubrimos una casa en estado lamentable, llena de polvo y arañas enormes”, cuenta la madre al medio francés.
Un desenlace favorable, pero incierto
De este modo, la casa se transformó por completo: la familia renovó por completo la cocina, instaló una nueva ducha, pulió los suelos y restauraron las paredes con papel y pintura. En apenas dos meses, aquel lugar abandonado durante veinte años volvía a ser habitable, y la familia incluso puso dinero para que los propietarios pagaran a una empresa que modernizara la red eléctrica.
Todavía queda por ver cómo evolucionará la relación entre la familia y los propietarios, una vez acaben las obras. Se desconoce cuánto tiempo les permitirán seguir en esa casa, pero por el momento ya han dejado consigo una demostración de que su presencia ha sido algo favorable para los intereses del arquitecto y su mujer.