Una experta en limpieza explica lo que nunca se debe hacer al lavar prendas de punto

Lavar las prendas de punto puede parecer una tarea fácil, pero no lo es. Si no le prestamos la atención que merece, el jersey que nos gustaba tanto, ya sólo le servirá a nuestra Polly Pocket. Sin embargo, ese miedo que tenemos a que la ropa se nos encoja ha llegado a su fin gracias a los consejos de la experta en limpieza, Laura de Barra. En declaraciones al medio británico Express, ha detallado cuáles son los pasos a seguir para que estos materiales tan delicados no deformen y podamos alargar la vida útil de nuestras chaquetas y cárdigan.

Uno de los errores más comunes es colgar las prendas de punto. Aunque parezca una práctica conveniente, es perjudicial para la durabilidad y forma de la ropa. “Veo esto muy a menudo, incluso entre profesionales”, señala de Barra. “El punto es elástico por naturaleza, lo que lo hace cómodo, pero también significa que puede estirarse cuando se cuelga en una percha”. El peso de la prenda provoca que las mangas se alarguen, los dobladillos se deformen y la pieza pierda su estructura original.

Para evitar que esto ocurra, la experta en limpieza recomienda doblar los artículos de este material y almacenarlos en un cajón o estantería. Al guardarlas de esta manera, sin apretar, asegura que “se conserva mejor su forma”.

Otra práctica errónea y muy extendida es lavar con demasiada frecuencia las piezas de punto. La fricción que ocurre durante el lavado puede desgastar las fibras, lo que reduce la durabilidad del tejido. Buffy Reid, fundadora de la marca británica &Daughter, aconseja lavar las prendas de lana solo al final de la temporada, justo antes de guardarlas. “La lana, al ser una fibra natural, tiene una capacidad intrínseca para repeler la suciedad”, explica. En la mayoría de los casos, basta con realizar una limpieza puntual en lugar de someter a los artículos a lavados continuos.

Aunque muchas etiquetas de las prendas indiquen que deben limpiarse en seco, Reid sugiere un enfoque más delicado: lavar a mano con agua fría y un detergente no biológico. “El agua ayuda a nutrir las fibras, igual que sucede con el cabello”, indica. Añadir un poco de acondicionador para el pelo en el agua de lavado puede proporcionar brillo y suavidad al tejido. En el caso de que se opte por utilizar la lavadora, es fundamental evitar el centrifugado, ya que puede provocar que el tejido se encoja.

También hay que tener especial cuidado al escurrir la ropa, ya que, hay que evitar retorcer con fuerza. Es mejor colocarla sobre una toalla limpia y presionar suavemente para absorber el exceso de agua.

El uso frecuente de las piezas de punto puede provocar la aparición de bolitas en la superficie del tejido, algo común, especialmente, en las fibras naturales suaves. Invertir en un quitapelusas puede ser una solución eficaz para eliminar estos pequeños nudos de fibras y devolverle al jersey ese aspecto como de recién comprado.