Las condiciones laborales de los profesionales sanitarios han sido motivo de debate durante años. Entre interminables horarios, saturación de servicio y recortes salariales, algunos ven todavía un lujo en los sueldos de estos trabajadores, mientras que otros evidencian que es un sector sustentado en la vocación de quienes ejercen, que no siempre es suficiente.
Cada comunidad autónoma tiene sus características, pero ninguna contenta del todo a los trabajadores, especialmente a las enfermeras. Muchas de ellas deciden emigrar a países con mejores condiciones, mientras que otras, agotadas y machacadas, deciden abandonar directamente la profesión, un fenómeno acrecentado por las secuelas de la pandemia de 2020.
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En este perjudicado escenario, una dicotomía todavía se sostiene: ¿Qué es mejor. trabajar en la sanidad pública o en la sanidad privada? Muchas enfermeras pasan por ambas durante su recorrido laboral. Es el caso de Mai Arribas (@arribasmai), que ejerce desde 2020 la profesión. Ante la pregunta de una seguidora en TikTok, ha explicado en un vídeo las diferencias clave que ve entre los dos sectores.
Estabilidad y tiempo libre
Mai trabajó dos años en la sanidad pública del País Vasco tras graduarse. Después, se mudó a otra ciudad y aprovechó para pasarse a la privada. “Me había ido regulinchi en la pública”, confiesa. Como muchas otras compañeras, esos dos años había encadenado contratos temporales, de tres en tres meses, que hacían su posición inestable . “En contratos inferiores a tres meses, si tú te pedías vacaciones, podrían decirte que no. Y, spoiler, siempre te decían que no”. Para compensar, le pagaban esos días no disfrutados.
“¿Cobrabas una pasta? Sí, pero no tenías vida social, ni vida privada, ni vida para ti, porque estabas 24/7 en el hospital”, expresa en su vídeo. “Librabas un miércoles random, que te enterabas el día anterior que ibas a librar”, añade, lo que le impedía ver a amigos o siquiera planificar planes que disfrutar. “Lo aprovechas para descansar porque estas reventada”, comenta. Eso cuando no le pedían acudir de improviso a su puesto de trabajo por necesidades de servicio. “He llegado a trabajar 14 días seguidos”, asegura.
Su experiencia en la sanidad privada fue diferente. Aunque desconoce “si en los hospitales privados pasa esto de que no respeten los descansos entre turnos”, su experiencia personal fue bastante positiva. “Entré en la sanidad privada con un contrato indefinido, con mis correspondientes 30 días de vacaciones, con mis correspondientes horas extra realizadas. Si las realizo, que puedo elegir sí me las pagan o las cobro en tiempo libre. Y trabajando de lunes a viernes de mañana”, cuenta, si bien reconoce que esta última condición depende del sector de salud en el que se esté.
Sueldos: “Sinceramente, cobro muy bien”
Las continuas jornadas que trabajaba en la sanidad pública le hacían tener un sueldo bastante abundante, algo que no ha recibido en la privada, pero asegura que ha ganado calidad privada. “Hay que tener en cuenta que, cuando trabajaba en la pública, trabajaba en el País Vasco, que de por sí es la comunidad autónoma en la que la enfermera más cobra de España”, puntualiza. Además, “he dejado de trabajar festivos, he dejado de trabajar a turnos y eso también baja el sueldo”, explica.
Por eso, si al compararlo es cierto que le llega menos dinero a fin de mes, entiende que cobra “muy bien” y no lo cambiaría. “La diferencia no es tan grande”, asegura.
La carga laboral: “Es excesiva tanto en la pública como en la privada”
El último aspecto que destaca es la carga laboral, algo en lo que no ve mucha diferencia antes y ahora: “es excesiva tanto en la pública como en la privada”, asegura. No es de extrañar si se tiene en cuenta que el ratio de enfermeras en España es de 6,16 profesionales por cada 1.000 habitantes, de los más bajos de Europa.
Lo que sí siente es que las guardias en la sanidad privada son más sencillas. “Si pasa algo, se atiende; si no, pues te dedicas a contestar correos y a temas de gestión. Obviamente es mucho más tranquilo”, dice. En cambio, en la pública “trabajas sí o sí” como si fuese un turno laboral normal. “Lo llaman guardia porque son muchas horas y ya está”, concluye.