Esta semana Reino Unido se ha levantado con la noticia de que otro de los cuervos del rey ha muerto en la Torre de Londres. Gripp es el tercer pájaro que ha perdido la vida en los últimos tres años en este monumento tan importante de la capital británica. Algo que puede suponer una amenaza para la corona si damos crédito a una leyenda de hace más de 350 años.
En realidad, el animal falleció en 2023 tras pillarse la cabeza con una jaula, según asegura el medio Metro. Aunque el cuidado de las aves es inmejorable -anualmente se gastan unas 6.600 libras en su mantenimiento (incluye comida, atención veterinaria y gastos auxiliares)- y se reemplazan de acuerdo con el mito, a lo largo de los años, se han producido algunos percances, Erin y Rex también perdieron la vida en agosto de 2022 y septiembre de 2024, respectivamente.
Importancia de los cuervos para la corona británica
No se sabe la fecha exacta en la que los cuervos llegaron a la Torre de Londres, pero su presencia allí está rodeada de mitos y leyendas. Conocidos como pájaros de mal agüero, para los británicos tienen un significado que nada tiene que ver con la mala suerte. Su presencia está ligada con el futuro del país y del reino. Según cuenta la leyenda, siempre tiene que haber seis cuervos en este monumento para que no caigan ni la Torre ni la monarquía.
El primer Observatorio Real se hallaba en el torreón noreste de la Torre Blanca. Acorde al mito, John Flamsteed el ‘observador astronómico’ se dirigió al rey Carlos II para quejarse porque las aves interferían en sus contemplaciones. El monarca decidió actuar y ordenó su destrucción. No obstante, le avisaron de que si los cuervos abandonaban el edificio, la fortificación se caería y el Reino se sumiría en un gran desastre, siendo este el principio del fin de su mandato. El soberano entonces rectificó y decretó que siempre tenía que haber al menos seis pájaros en la Torre.
El truco para que no abandonen la Torre
El maestro de Cuervos es un Guardián Yeoman (guardián de la Torre de Londres), también conocido como Beefeater, que sólo se dedica a velar por la buena salud de estos animales. Lo normal es que haya siete cuervos, los seis necesarios más uno “de repuesto”. A diario consumen 2,5 kg de carne cruda y galletas para pájaros empapadas en sangre. Asimismo, una vez a la semana les dan un huevo y un conejo entero. Además, tienen el privilegio de probar algunos de los platos de la cocina de la Torre.
Una de las grandes incógnitas es la de averiguar qué hacen para que los cuervos no salgan volando. Para asegurarse de que no abandonaran la fortificación, se les corta una de las alas. Al desequilibrar su vuelo, se aseguran de que no se alejan demasiado de la Torre.
Algún escape ocasional
A pesar de este corte, en alguna ocasión han tenido que lamentar un escape ocasional, como Grog, que fue visto por última vez en 1981. Aunque se les tenga en alta estima, los cuervos también pueden ser expulsados por mal comportamiento, tal y como le ocurrió a George. En 1986, tuvieron que prescindir de sus servicios tras desarrollar un gusto insalubre por las antenas de televisión. El pájaro que más tiempo ha vivido en la Torre se llamaba Jim Crow y murió a los 44 años.