Las negociaciones mantenidas esta semana entre el comité de empresa de Bimbo y la multinacional han quedado en saco roto. Pese a que la compañía se ha comprometido a realizar un plan de reindustrialización como pedían los trabajadores, la empresa no ha dado muchos detalles, más allá de la contratación con la firma LHH, y se enroca en el “cierre definitivo” de la planta.
No han querido detallar ni plazos, ni condiciones ni la cantidad de trabajadores que podrían reincorporarse con esta vía. Tampoco han avanzado en materia del plan social, que prometía traslados e indemnizaciones. “Nos han dicho poco más de lo que sabíamos, qué posibilidades de indemnizaciones, de traslados y planes de salidas, pero tampoco han concretado números ni poco más, con lo cual ahí estamos en la incertidumbre”, ha expresado Félix Fernández, presidente del Comité de Empresa de Bimbo en Valladolid, en declaraciones recogidas por Europa Press.
Ante la falta de información, los trabajadores han decidido comenzar esta noche la huelga anunciada. Los paros se retomarán el próximo 16 de octubre y se prolongarán los días 17, 20, 21, 22, 23, 24 y 25 de octubre.
Evitar el cierre de la fábrica
La Dirección comunicó a sus empleados el pasado 18 de septiembre la decisión de iniciar un expediente de cierre de la planta. Los sindicatos mostraron desde un inicio su oposición a esta medida, pues no veían causas suficientes para plantear “esta dramática decisión”. Organizaciones como CCOO denunciaron el desmantelamiento “de una parte importante de la empresa” y la falta de claridad “de hacia dónde se dirige la compañía”.
“Nos preocupa el proceso de desmantelamiento que esta ejecutando la dirección, el histórico que arrastramos en los últimos años, cierre de Teror, cierre de Paracuellos, cierre de Verger, ere en BDI comercial, Eres en diferentes colectivos, reorganización de la red comercial (TRADE)... La Dirección está abordando su plan de transformación a consta de los trabajadores con un coste inasumible para los estos y el impacto tanto en sus familias como en el entorno”, expresaron en un comunicado.
La multinacional mexicana ha aludido causas productivas y organizativas para justificar el cierre de la fábrica, pero los sindicatos implicados no están de acuerdo con los datos que han comunicado en las negociaciones e insisten en que la empresa es viable. “No alegan causa económica porque no tienen pérdidas”, defienden desde CCOO.
Del cierre a la reindustrialización
El comité de empresa se reunió con la dirección de Bimbo el pasado 2 de octubre para plantearles una solución alternativa: los trabajadores pedían un plan de reindustrialización para salvar la planta, pero la idea no pareció convencer a la compañía. Hacia esa dirección también presionaron el Gobierno de España, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid, que han intentado negociar con Bimbo para buscar una solución que asegure el mantenimiento de la fábrica y evite los despidos.
De hecho, la Fundación Anclaje propuso al comité de empresa el pasado viernes 4 de octubre que un inversor del sector agroalimentario se hiciera cargo de las instalaciones y la plantilla de Bimbo. Al encuentro, sin embargo, no acudió la multinacional, a la que acusaron de cerrarse en banda.
La falta de comunicación provocó una manifestación en Valladolid el pasado 5 de octubre, donde cientos de personas se concentraron “en lucha por nuestro pan” para protestar el cierre de la fábrica. A la marcha acudieron miembros de diferentes partidos políticos, entre ellos el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, que pidió a Bimbo que “se siente a trabajar, a través de la Fundación Anclaje, en una solución industrial para el empleo en la ciudad de Valladolid para todas y cada una de las 200 familias afectadas en puestos directos y puestos indirectos”.
Las movilizaciones culminaron el pasado 7 de octubre con el anuncio de nueve días de huelga por parte de los sindicatos, que comenzarían este jueves 10 de octubre. La amenaza de los paros parecía haber hecho mella en la multinacional, que accedió este martes 8 de octubre a elaborar un plan de reindustrialización, pero al fin del encuentro de este miércoles, Bimbo sigue sin descartar el cierre de la fábrica.