El escándalo de los audios e imágenes de Bárbara Rey y Juan Carlos I ha puesto el foco en la aventura amorosa que ambos tuvieron hace más de tres décadas. Y, sin quererlo, la reina Sofía se ha visto salpicada por esta polémica, pues ella es la verdadera víctima de todo lo que sucedió a finales de los 70. La madre de Felipe VI conocía todas y cada una de las infidelidades de su marido, pero siempre optó por centrarse en su papel dentro de la monarquía y obviar el resto de cuestiones.
Pero hubo un día en el que la situación le sobrepasó. Hablamos del momento en el que la emérita se planteó abandonar para siempre el palacio de la Zarzuela y dejar atrás su papel como reina de España, según desvela Semana en la edición de este miércoles, 9 de octubre. El detonante no fue otro que el hecho de pillar a su marido con otra mujer.
Todo tuvo lugar en 1975, poco antes de que su romance con Bárbara Rey saltase a la primera plana. Entonces, el padre de la infanta Cristina se encontraba de cacería en Ciudad Real, concretamente en la finca La Encomienda de Mudela, el coto donde Juan Carlos acostumbraba a recibir a sus amistades. Normalmente, Sofía no solía visitar este lugar debido a que no le gustaba la caza, pero el día que optó por conocer aquel enclava se encontró con una desagradable sorpresa. Allí coincidió con una de las amigas entrañables de su marido, según la ya citada publicación. Aquel encuentro marcó un antes y un después en su matrimonio, que atravesó una fuerte crisis.
Asumir y proseguir
Cansada de las continuas salidas de tono del entonces soberano, Sofía hizo las maletas, cogió a sus tres hijos y tomó un vuelo con dirección a la India sin intención de regresar. La reina escogió este destino porque allí se encontraban viviendo su madre, la reina Federica, y su hermana, Irene, quienes fueron su gran apoyo en estos difíciles momentos. Precisamente, fueron ellas quienes hicieron cambiar de opinión a la emérita, quien optó por seguir al lado de Juan Carlos en aras de un buen mayor: sus hijos y la monarquía española.
La reina Sofía intentó buscar consuelo en su madre, pero la realidad fue muy distinta. Lejos de apoyarle en su decisión, Federica la obligó a regresar a España para que esta asumiera sus responsabilidades como madre de un futuro rey, según explica la revista del corazón. De esta manera, la reina Federica le dejó claro a Sofía que debería dejar a un lado sus sentimientos para volcarse por completo en su papel monárquico, que era lo más importante. Fue entonces cuando la emérita y su prole tomaron un vuelo de regreso a España y, desde entonces, se dedicó a aceptar su realidad con la idea de que el entonces príncipe Felipe asumiese su papel en la corona.
Obviando este momento, es difícil encontrar un momento tan complejo a nivel personal para la reina Sofía, pues siempre ha estado al margen de los escándalos de su marido. Durante los primeros años de su matrimonio, Sofía pensó que ella y Juanito, el apodo cariñoso con el que se refería a Juan Carlos I, podrían ser felices. Sin embargo, las conversaciones entre el emérito y Bárbara Rey, que ahora han visto la luz, demuestran que su unión fue algo concertado, pues las palabras del entonces monarcas destilan poco amor.