A muchos les daría un pequeño infarto de solo pensar en la posibilidad de quedarse sin teléfono móvil. Que se caiga al suelo y se haga una raja en la pantalla o en la cámara, que deje de funcionar las aplicaciones por un fallo técnico, que ya no funcione el botón de encendido o apagado o incluso que ya no funcione el cargador son algunas de las cosas que pueden hacer que el corazón se suba a la garganta.
Pero algo que tenemos que tener en cuenta es que estos dispositivos tienen un tiempo de vida útil, y que las radiofrecuencias con las que funcionan pueden ser peligrosas. Concretamente, estos aparatos dejan de funcionar cuando ya no tienen más espacio de almacenamiento o la batería no da más de sí. Sin embargo, muchas veces el apego que se le tiene al móvil hace difícil deshacerse de él.
La batería del teléfono es esencial para su funcionamiento, y de explosiones accidentales no se ha salvado ninguno de los fabricantes más importantes de la industria (IPhone, Samsung, Huawei, Xiaomi...), que han abierto disputas sobre de quién es la culpa, del usuario y su incorrecto uso o de la marca y su defectuosa creación, según La Vanguardia. Pero un accidente de este calibre no es poca cosa. La explosión de la batería de un teléfono móvil que estaba en carga provocó el incendio en el que fallecieron cuatro personas de una misma familia en Guillena (Sevilla) el pasado domingo.
Una pequeña bomba
La batería del teléfono móvil está compuesta por electrolitos líquidos altamente inflamables y reactivos que, en efecto, pueden explotar creando una pequeña explosión en el dispositivo que llevas contigo en el bolsillo, en las manos o en la oreja la mayor parte del día.
Afortunadamente, no hay de que preocuparse, al menos no demasiado, porque que explote la batería del móvil no es sencillo sin manipularla o maltratarla. Las explosiones que se han dado han sido casos completamente aislados y que se refieren a problemas de fabricación, una manipulación indebida o a un mal uso causando temperaturas excesivas o intentar cargarlo con un cargador incompatible.
No obstante, en el caso del incendio de Guillena, las causas podrían estar relacionadas con “una reacción química descontrolada”, y ha recordado que hay que vigilar “que el móvil no se caliente mucho, por ejemplo”, comentó Manuel Blanco, el sargento de Bomberos de la Diputación de Sevilla. Además, pidió respetar el consejo del fabricante sobre el tiempo de carga: “Si el móvil carga en cinco horas, no hay que dejarlo toda la noche enchufado”.
Las baterías más comunes de los móviles están hechas con tecnología ion-litio, utilizando un metal que favorece la transferencia de electrones y ligero. Este tipo de baterías está compuesta por: óxido de litio, cobalto, grafito y una especie de sal de litio con alquilcarbonatos.
El material más peligroso es el litio, debido a que este metal alcalino es muy reactivo incluso en contacto con el aire, además de inflamable y puede hervir con excesos de temperatura. Los problemas llegan cuando este metal se mezcla con el dimetilcarbonato, produciendo un escape térmico que puede derivar en combustión espontánea. Es una reacción en cadena donde la parte de la batería que contiene estas sustancias se calienta contagiando al resto y explotando o incendiándose de forma definitiva e irremediable.
Todo esto se da por las sobrecargas, el sobrecalentamiento, los daños físicos en la batería o en los diseños defectuosos que pueden causar los cortocircuitos internos.
Cómo cuidar la batería
De todos modos, y a pesar del peligro que conlleva el dispositivo móvil, son escasos los acontecimientos en los que explota la batería de un teléfono en comparación con los miles y miles de móviles que se venden al día a nivel mundial. Por fortuna, existen consejos para evitar que el dispositivo sufra hinchazones, incendios o explosiones.
Nunca manipular el teléfono móvil: no intentar sacar la batería de estos dispositivos si no eres un experto, ya que no están preparadas para ser sacadas y eso podría llevar a romper las protecciones exteriores de la batería haciendo que el litio entre en contacto con el aire.
Si se nota una hinchazón en la parte posterior del dispositivo, en la zona de la batería, probablemente sea por un defecto de fabricación, temperaturas excesivas o funcionamientos anómalos. En este caso, se recomienda ponerse en contacto con el servicio técnico.
Asimismo, es muy recomendable evitar las altas temperaturas o el recalentamiento de la batería, ya que las temperaturas elevadas pueden deteriorar los plásticos aislantes o producir combustiones en el electrolito. Felizmente, en los dispositivos más nuevos, estos sobrecalentamientos son controlados por el propio teléfono, que se apagará si detecta temperaturas excesivas en su batería.
Del mismo modo, no dejar el móvil mucho tiempo al sol y utilizar siempre el cargador pertinente, sin utilizar cargadores no recomendados por el fabricante o con potencias mucho mayores, cuidará la batería haciendo que el teléfono móvil dure más tiempo.