Un equipo de investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBCR), dependiente de la Fundación Pasqual Maragall, se encuentra creando ‘minicerebros’ in vitro a partir de células madres para entender mejor el Alzhéimer. Estos, con un tamaño de entre tres y cuatro milímetros cúbicos, pueden generar múltiples partes distintas del cerebro humano, en un intento por conocer hasta el último detalle los factores que contribuyen a su aparición y progresión.
Estos organoides cerebrales imitan la función de un cerebro real, y son cultivos celulares tridimensionales con una estructura similar a la del órgano humano, por lo que pueden ser vitales para comprender el funcionamiento de esta y otras enfermedades de gran complejidad. “Son una herramienta predictiva muy potente que contribuye a analizar los distintos factores genéticos del desarrollo de la enfermedad”, explica al respecto la doctora Laura García González, investigadora posdoctoral del Grupo de Investigación en Genómica del BBRC.
Una nueva forma de probar tratamientos
Laura lidera un proyecto que comenzó en 2022, en el que comenzaron a generar células madre a partir de células especializadas obtenidas en muestras de sangre de los participantes de los estudios. A través de un proceso llamado reprogramación celular, borraron la identidad de las células que extrajeron y así convertirlas en células madre. Con estas, comenzaron a generar los organoides, gracias a los cuales se podrán “estudiar los mecanismos moleculares y celulares de las primeras etapas del Alzhéimer, acercándonos cada vez más a prevenir, ralentizar o incluso detener el progreso de la enfermedad”.
Una ventaja evidente de este innovador método es que prescinde de los experimentos con animales. Además, el proyecto ha abierto otras líneas de investigación con el uso de estos organoides. Uno de ellos es la creación de un banco de células madre que puede servir como plataforma de cribado para nuevos tratamientos farmacológicos. Otra vía abierta ha sido la realización de un estudio del impacto de la COVID-19 en el cerebro de personas con predisposición genética al Alzhéimer.
Los cerebros comparten la genética de la persona
Los modelos in vitro de órganos humanos es uno de los avances más recientes de la investigación biomédica y cada vez es más vista en el campo de la medicina. Su principal ventaja, en el caso del cerebro, es que ofrecen una “representación más precisa que los cultivos bidimensionales o los modelos animales” al replicar “aspectos tanto estructurales como funcionales” de este órgano. El mayor conocimiento de las células madre permite, en la actualidad, crear organoides humanos a partir de cualquier tejido humano.
“En la última década”, cuentan desde la Fundación Pascual Maragall en su página web, “numerosos centros de investigación han comenzado a utilizar esta tecnología para modelar enfermedades neurológicas y como plataforma para el cribado de fármacos”. Aun cuentan con algunas limitaciones, como la falta de vasos sanguíneos o de células inmunitarias, pero ya suponen un gran activo para los investigadores. “Además, comparten la misma identidad genética que la persona de la que se ha extraído la muestra”.