Cada cuánto tienes que pagar las facturas de luz y agua

El alquiler, la gasolina o la alimentación. Son muchos los gastos a los que debe hacer frente una persona independizada. Así, el pago de las facturas de suministro varía de un mes a otro y puede llegar a descuadrar las cuentas de algunos hogares. La temperatura del mes, el tiempo que se ha pasado en casa o si se han tenido invitados o no influye en el coste de la factura. Por tanto, prever el gasto de un mes a otro puede llegar a ser una tarea compleja.

En consecuencia, y aunque sea difícil calcular el dinero gastado en luz, agua o gas en un mes concreto, conviene saber cuándo van a llegar los distintos recibos. El pago de los suministros puede variar en función de los contratos que se tengan firmados. No obstante, a continuación se detallará la frecuencia general de pago de los principales suministros.

El pago del recibo de electricidad puede ser mensual o bimestral, según la compañía y el tipo de tarifa contratada, ya sea del mercado libre o regulado. Existen dos modalidades de facturación: la normal y el pago programado.

La facturación normal permite emitir el recibo con frecuencia mensual o bimestral, dependiendo de la zona geográfica. En la modalidad de pago programado, el usuario puede elegir el día del mes en que se cobrará el consumo, lo que facilita el proceso de pago. Para ello, se utiliza una tarjeta proporcionada al instalar el medidor, que permite registrar y abonar el consumo energético.

En España, la facturación del agua se realiza cada dos meses, de acuerdo con la normativa vigente. El pago de los recibos debe efectuarse al final de cada periodo bimestral. La factura no solo refleja el consumo de agua, sino que incluye otros conceptos relevantes.

Entre los cargos se encuentra la cuota fija del servicio, destinada a garantizar el mantenimiento de las redes de suministro. Además, se aplican los impuestos correspondientes, que contribuyen al sostenimiento de los servicios públicos

En cuanto a las facturas de gas, en España lo habitual es que estas se emitan cada dos meses. No obstante, esto puede variar según la comercializadora y el tipo de tarifa contratada, pudiendo optar por un pago mensual. Además, es habitual que este último se realice mediante domiciliación bancaria, lo que permite un abono automático. Sin embargo, el consumidor también dispone de otras opciones de pago, dependiendo de la comercializadora. Entre los canales alternativos se incluyen el pago por teléfono, transferencia bancaria o a través de la plataforma online de la compañía.

Cuando un cliente acumula impagos en sus facturas, las distribuidoras pueden proceder al corte del suministro si han transcurrido dos meses desde la emisión del recibo. Además, según recoge el portal web del Ministerio de Consumo, el corte de suministros eléctricos puede realizarse siempre y cuando esta posibilidad esté contemplada en el contrato de suministro o de acceso.

En España, existe el Bono Social Eléctrico, una ayuda del gobierno destinada a personas con bajos recursos económicos para facilitar el pago de los recibos de la luz.