El otoño es una estación de transición y cuando llega tenemos que hacer ciertos cambios en nuestra rutina debido a las faltas de horas de sol. Un déficit que también nuestras plantas notan. La disminución de la luz solar, las temperaturas más bajas y el aumento de la humedad puede afectar a la salud de nuestras plantas si no les brindamos la atención y los cuidados necesarios. Por ello, es necesario tener en cuenta siete condiciones esenciales para que brillen durante esta época.
Preparación para el cambio de estación
Es necesario preparar las plantas de interior para las nuevas condiciones. Un paso importante es eliminar las hojas secas o enfermas, para que los vegetales dirijan su energía a las partes saludables y promuevan un crecimiento adecuado. También es recomendable trasplantar aquellos que hayan crecido mucho durante el verano.
Control de temperatura y humedad
Uno de los factores que más afectan a la salud de las plantas durante el otoño es el control de la temperatura y humedad. Durante esta estación, los cambios en el ambiente pueden ser bruscos y afectar al bienestar de los vegetales. Por ello, es recomendable mantenerlos alejados de corrientes de frío o zonas donde la temperatura fluctúe drásticamente, como cerca de puertas o ventanas que se abren con frecuencia.
También hay que tener cuidado con la humedad. A medida que el aire se vuelve más seco con la llegada del frío, las plantas pueden sufrir. Utilizar humidificadores puede ayudar a crear un microclima adecuado, o bien, agrupar las plantas puede incrementar la humedad alrededor de ellas, ya que juntas crean un entorno más húmedo y protegido.
Ajuste del riego
Debido al descenso de las temperaturas y la menor evaporación, necesitarán menos agua. Si las hojas empiezan a amarillear y caen con facilidad, es probable que estemos regando en exceso. Por el contrario, si las hojas están marchitas, puede ser que necesiten más agua.
Durante esta estación, el riego debe ser menos frecuente, pero más profundo, lo que permitirá que las raíces absorban el agua de manera más eficiente sin saturar el sustrato.
Protección contra las corrientes de frío
Las corrientes de aire frío pueden ser letales para muchas plantas de interior, por eso es vital mantenerlas alejadas de ventanas, puertas y otras áreas propensas a cambios bruscos de temperatura. Asimismo, habrá que tener precaución con la calefacción. No deben estar expuestas directamente a fuentes de calor como radiadores o chimeneas, ya que esto podría causarles daños graves.
La luz
Muchas plantas de interior dependen de una cantidad adecuada de luz solar para sobrevivir, por lo que es importante asegurarnos de que siguen recibiendo suficiente luz a medida que los días se acortan. Colocarlas cerca de ventanas orientadas hacia el sur, donde pueden aprovechar al máximo la luz natural, es una excelente opción. Para las que no tienen acceso a la luz natural necesaria, podemos recurrir a las artificiales, como las LED.
Alimentación adecuada
Durante esta época, es recomendable el uso de fertilizantes específicos ricos en potasio y fósforo, que fortalecen las raíces y preparan a las plantas para enfrentar el invierno.
Prevención de plagas y enfermedades
Es importante revisar regularmente las hojas y tallos para detectar signos tempranos de problemas, como manchas marrones o negras, que podrían indicar la presencia de ácaros o pulgones. Mantener un buen drenaje y evitar el exceso de humedad es clave para prevenir la aparición de hongos.