Abel Marín: “Donar una vivienda en vida a tus hijos no conviene, es mejor dejarla en herencia porque te ahorras muchos impuestos”

El abogado experto en herencias y fundador del despacho de abogados Marín & Mateos destaca la importancia de hacer testamento para evitar conflictos en las familias y advierte del riesgo de donar en vida

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Abel Marín, abogado especialista en Derecho de Testamentos y Herencias, Inmobiliario, Fiscal y Familia y socio fundador de Marín & Mateo Abogados. (Foto: Helena Margarit).
Abel Marín, abogado especialista en Derecho de Testamentos y Herencias, Inmobiliario, Fiscal y Familia y socio fundador de Marín & Mateo Abogados. (Foto: Helena Margarit).

“Las herencias pueden arruinarte la vida y la estabilidad familiar”, reconoce Abel Martín, abogado especialista en Derecho de Testamentos y Herencias y socio fundador de Marín & Mateo Abogados. Para evitarlo, recomienda hacer testamento en el que aparezcan detalladas las últimas voluntades del testador, nunca dejar viviendas en copropiedad, optar por los legados o la caute socini y donar lo menos posible en vida, ya que puede resultar muy caro.

Pregunta: ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de dejar una herencia para evitar errores y futuros problemas a los herederos?

Respuesta: Lo básico es entender que una herencia es un contrato en el que los participantes deben repartirse unos bienes. Esto parece simple, pero un contrato entre varios requiere unanimidad. Por lo tanto, si hacemos un testamento en el que se detalle cómo queremos que nuestro patrimonio se reparta habrá poco conflicto, mientras que si redactamos uno muy genérico dará pie a interpretación y a conflictos. Lo peor y el mayor error es no hacer testamento, ya que en este caso se aplicará la ley, lo que muchas veces genera problemas entre los herederos. Además, cuando no testamos los grandes perjudicados son los cónyuges porque los derechos que les otorga la ley son muy pequeños. Muchos matrimonios mayores creen que si se quedan viudos o viudas están protegidos por la ley, pero no lo están. Si uno de ellos fallece sin hacer testamento, tienen un derecho ínfimo que capitalizado o transformado en dinero o en bienes es solo del 6%.

P.: ¿Por qué la gente sigue sin hacer testamento con los problemas que evita redactarlo? ¿Dudo que sea por ahorrarse los 70 euros que cuesta?

No lo hacen porque van postergando la decisión. Se dicen, ya lo haré, y a veces no llegan a tiempo. A la gente le da grima, les estresa redactar sus últimas voluntades. También hay personas que después de haber consultado a un abogado y haber visto las posibilidades que tienen se bloquean porque no saben qué decisiones tomar y prefieren postergarlo. Recientemente recibí un WhatsApp de una amiga de Madrid enferma de cáncer que quería cambiar unos puntos de su testamento. Pensaba que iba a vivir más tiempo y lo dejó pasar. Postergó la decisión y falleció sin realizar los cambios que la preocupaban tanto. Le costaba tomar una decisión y tenía miedo.

P.: ¿El testamento tiene que evolucionar al ritmo que cambia la vida del testador?

Por su puesto. A lo largo de la vida hay que hacer tantos testamentos como la vida vaya cambiando. A los 30 años tienes poco capital, más bien tienes deudas, entre ellas la hipoteca, con lo que el testamento es muy sencillo. Después vienen los hijos y tienes que tener en cuenta nuevos factores a la hora de testar. Entre los 40 y los 50 años se suele tener más ahorros y sobre los 70 tus hijos ya se han casado. Unos te darán nietos y otros no. Unos te darán disgustos y otros no. Algunos, incluso, te habrán pedido dinero prestado o un aval para comprar su vivienda, por ello es aconsejable ir adaptado el testamento a nuestras circunstancias patrimoniales y familiares.

P.: ¿Los españoles cometen errores al dejar sus propiedades en herencia? ¿Cuáles son los más comunes?

El más común entre los españoles es dejar viviendas y otros inmuebles en copropiedad o, lo que es lo mismo, en proindiviso. Este es un gran error debido a que verse forzado a compartir propiedades con hermanos, madrastras, padrastros o entre sobrinos es muy problemático. En mis 25 años de profesión no me he encontrado una herencia en la que concurren el viudo o viuda con hijos de distinto matrimonio que sean fáciles o pacíficas. Suelen ser, como poco, tensas. Especialmente si se tratan de inmuebles singulares. Imagínate que un progenitor deja dos inmuebles a tres hermanos en herencia. Uno es un apartamento en la playa que vale 200.000 euros y otro un piso en una zona muy cara de una gran ciudad, por ejemplo, la Gran Vía de Madrid. Puede que ninguno de los tres hijos pueda pagar al resto sus terceras partes de esa vivienda, lo que supone un problema en cuánto a qué hacer con ella. Algo parecido puede ocurrir con una finca rústica que tiene mucho valor, pero que es muy difícil vender porque no hay mucho público objetivo comprador o un palacete o una nave industrial donde se ejercía la actividad empresarial pero que ahora ha quedado en un polígono en desuso. ¿Cómo se vende todo eso? Unos querrán vender, otros comprar, algunos pueden ocupar las viviendas y decir de aquí no salgo… Un tremendo lío.

P.: ¿Cómo evitar estos problemas?

Los padres tienen que analizar las características de su patrimonio y decidir la mejor forma de repartirlo evitando problemas. En el caso de inmuebles deben establecer minuciosamente en el testamento que desean que se haga con ellos.

Abel Marín en un momento de la entrevista. (Foto: Helena Margarit).
Abel Marín en un momento de la entrevista. (Foto: Helena Margarit).

P.: ¿Cómo se asegura el testador de que se van a cumplir sus últimas voluntades?

No puede asegurarse de que se cumplan sus últimas voluntades al 100% porque los herederos pueden, de mutuo acuerdo, decidir algo diferente a lo que su padre o madre dispuso al testar. No es muy común, pero puede hacerse. Para asegurarse que se cumplen sus últimas voluntades, una de las mejores fórmulas es que se adjudiquen los bienes mediante legados a los herederos a los que realmente se quieren hacer llegar esos bienes. Por ejemplo, el apartamento de la playa para mi hijo José; el chalet de la montaña para mi hija Pilar, los fondos para mi viuda. Un legado es ordenar que se entregue determinado bien a determinada persona o personas. De ese modo poca discusión puede haber. Otra forma de asegurarte es añadir la cautela socini por la que aquel de los herederos o legatarios que no esté de acuerdo con lo que ha establecido el testador perderá su derecho y recibirá lo mínimo, solo la legítima estricta. En este caso casi nadie se queja de lo recibido. La tercera opción es nombrar a un contador partidor o un albacea si se prevé que no va a haber acuerdo sobre lo heredado. Se trata de una figura externa que no es heredero, que no tiene conflicto de intereses y en el caso de que no haya acuerdo entre los herederos tiene la atribución de repartir la herencia, de firmar la escritura y sanseacabó.

P.: ¿Quién debería ser esta persona?

Mi consejo es que sea una persona de total confianza del testador, que sea un amigo, que confíe en él y que tenga más o menos su edad. Además debe ser una persona honrada de la que esté seguro que cumplirá lo que le ha dicho y no le tiemble el pulso al argumentar frente a los herederos y ejecutar el mandato que le encomendaron.

P.: ¿Por qué en España se renuncia tanto a las herencias?. Solo en 2023 se rechazaron 56.108.

Muchas veces se dice que se renuncian a las herencias para no pagar impuestos, pero esto es falso porque, aunque a muchos no les gusta pagar impuestos lo acaban haciendo. Es como tener un billete de lotería y no ir a cobrarlo porque tienes que tributar un 20% de lo ganado. Normalmente se renuncian a las herencias por dos motivos fundamentales. El primero se debe a que no se quieren asumir las deudas que el causante ha dejado en la herencia. Si tu padre o tu madre tenían deudas es mejor que no aceptes la herencia porque te puede caer la ruina encima. El segundo es por causas familiares debido a que los herederos quieren que reciba toda la herencia un hermano o la madre, o porque alguno de ellos recibió dinero en vida del fallecido y se sienten pagados.

Abel Marín posa en la Gran Vía de Madrid. (Foto: Helena Margarit).
Abel Marín posa en la Gran Vía de Madrid. (Foto: Helena Margarit).

P.: ¿En estos casos que se beneficia a la madre o al padre es mejor renunciar a la herencia o aceptarla y ayudarles después económicamente?

Es mejor no renunciar a la herencia, ya que si se renuncia ahora la madre o el padre puede cambiar de opinión y desheredar luego a esos hijos.

P.: ¿Los impuestos al recibir una herencia son altos en España? ¿Qué tributos hay que afrontar?

Hay dos impuestos que gravan las herencias, el impuesto de Sucesiones y Donaciones y el impuesto de Plusvalía Municipal en el caso de los bienes urbanos. El primero es competencia de las comunidades autónomas, por lo que hay 17 tipos de gravamen. Cada uno es diferente, aunque muy similares. Mientras que el de plusvalía corresponde a los ayuntamientos que tienen un margen de bonificar o no. Este es el gran olvidado y muchas veces es más caro que el de sucesiones. Esto es debido a que el de sucesiones está bonificado hasta el 99% en algunas comunidades autónomas. La mayoría de comunidades gobernadas por fuerzas conservadoras lo bonifican mucho, incluso hasta casi dejarlo en cero. Mientras que las gobernadas por fuerzas progresistas lo encarecen. Es un impuesto muy ideológico. La izquierda lo encarece porque considera que ese es un buen momento para hacer redistribución de las rentas y del patrimonio.

P.: El incremento de precios ha hecho que aumente el número de donaciones de vivienda en vida en vez de dejarlas en herencia. ¿Es una buena estrategia? ¿Cuál de las dos fórmulas es más ventajosa para ambas partes?

En general, las donaciones de viviendas en vida salen más caras que dejarlas en herencia debido a que al recibir la herencia solo se paga el Impuesto de Sucesiones y el de Plusvalía municipal y en el caso de las donaciones también hay que tributar por IRPF que corre a cargo del donante. Si dono una casa que compré por 100.000 euros y ahora vale 200.000, como donante tributo en mi renta una ganancia patrimonial de 100.000 euros. La gente no sabe esto y luego se lleva la sorpresa. Hace unos meses me llamó un cliente asustadísimo porque su padre les había donado a él y a su hermano tres locales comerciales en vida el ejercicio anterior y tenía que pagar más de 40.000 euros en el impuesto sobre la renta. El cliente me decía que su padre no tenía dinero. Mi consejo fue que se lo pagaran ellos que habían recibido la donación. Muy fuerte, ¿verdad? Por eso antes de donar un inmueble en vida hay que calcular cuánto hay que tributar al donarla. Otra cosa es si donas dinero, en este caso no ocurre, ya que si dono 100.000 euros no hay ganancia patrimonial.

P.: ¿Conviene más comprar una casa y darla en donación a un hijo o darle el dinero para que la compre él?

Hace unos días un cliente me consultó sobre este tema. En concreto me preguntaba si era mejor donar a su hija los 200.000 euros para comprar un piso o comprar él el piso y donárselo. Lo más conveniente es comprar el piso y donarlo en nuda propiedad, de esta manera te reservas el usufructo vitalicio de la vivienda. No es aconsejable donar una vivienda alegremente aunque sea a tus hijos porque, desgraciadamente, hay hijos malos. También hay hijos que fallecen antes que los padres y en ese caso la vivienda se la quedaría la nuera o el yerno. Por todo ello, no soy partidario de las donaciones en vida en exceso. La mejor herencia son los valores que des a tus hijos, la educación, los principios y es que cuando les damos todas las cosas no adquieren la cultura del esfuerzo. Al final lo que haces es mutilar a tus hijos y les impides que desarrollen habilidades para defenderse en la vida, que por haber estado entre algodones no las han desarrollado. Es mejor que reciban tu herencia cuando fallezcas. Además, he visto muchas veces padres que han dado todo a sus hijos y luego los han dejado en una residencia, abandonados como trastos viejos. En definitiva, donar una vivienda en vida a tus hijos no conviene, es mejor dejarla en herencia porque te ahorras impuestos.

Abel Marín. (Foto: Helena Margarit).
Abel Marín. (Foto: Helena Margarit).

P.: En los casos que se opte por la donación en vida, ¿la mejor estrategia serían las donaciones condicionadas?

Sí. Se pueden hacer donaciones condicionales que se puedan revocar. Esto es posible aunque inusual. Te doy un piso y luego no vienes a verme en cinco años. Eso no está bien. Por ello, en vez de hacer una donación de forma pura y simple, que es irrevocable, se puede hacer una donación de la nuda propiedad con la que me reservo el usufructo vitalicio del bien. Mantener el usufructo vitalicio te hace tener la posesión del inmueble, hasta lo puedes alquilar. Tu hijo tendrá la nuda propiedad, pero de poco le vale mientras tú estés vivo.

P.: ¿Las herencias sacan lo mejor y lo peor de las personas?

Así es. Muchas veces cuando hay amor y armonía en las familias el patrimonio heredado se destina a proteger al más débil, a esa persona discapacitada, a ese hermano con síndrome de Down o a ese sobrino con autismo. Por el lado contrario hemos llegado a ver a familias en las que hay imputaciones penales por tener a sus padres casi muriéndose por inanición y en estado lamentable.

P.: ¿Qué tiene que tener en cuenta un ciudadano que quiera comprar una vivienda producto de una herencia?

Que esté inscrita en la en el Registro de la Propiedad y que le acrediten el pago del impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya que si no podría tener que pagarlo el nuevo comprador.

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