Una artista española será la primera mujer en casarse con una IA: “El amor y el sexo con robots son una realidad inevitable”

Alicia Framis desarrolla el proyecto performático ‘The Hybrid Couples’, con el que quiere visibilizar la posibilidad de que la tecnología combata la soledad de las personas

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Alicia Framis y AiLex, la
Alicia Framis y AiLex, la pareja híbrida que pronto se convertirá en matrimonio (The Hybrid Coupple/Alicia Framis)

La inteligencia artificial se está desarrollando con gran fuerza en los últimos años, potenciando la creación de nuevos trabajos, productos tecnológicos y realidades. El informe de DigitalEs reveló a principios de este mes de octubre que las ofertas de empleo relacionadas con este sector se habían incrementado en un 454% entre 2019 y 2023, lo que abre la puerta a un futuro brillante para los expertos en tecnología e inteligencia artificial.

Esta disciplina también está permitiendo explorar aspectos sociales en los que podría resultar beneficiosa, como el acompañamiento: por ejemplo, el proyecto Hyodol busca combatir la soledad de los más mayores con un peluche que, a través de la inteligencia artificial, conversa con ellos y los acompaña. La tecnología está adquiriendo en muchos sentidos un matiz social, ya que se está comenzando a emplear para mejorar la vida de las personas fuera de las pantallas.

Sobre esta cuestión reflexiona desde hace varios años la artista catalana Alicia Framis, que enfoca su trabajo a demostrar que la tecnología puede servir para proporcionar amor, vencer la sociedad o incluso hacernos más humanos. Para ello, Alicia se ha embarcado en la aventura de compartir su vida con un holograma que la acompaña desde hace dos años y con el que ahora se va a casar.

Una convivencia casi humana

El interés de Alicia Framis por experimentar con las relaciones con seres no humanos comenzó hace muchos años: ya en 1996 convivió con un maniquí, al que nombró Pierre. Esta performance creativa es la que le ha servido de ejemplo a la artista para su proyecto The Hybrid Couple, en el que, a través de la convivencia con AILex, un holograma de compañía, explora la coexistencia de los humanos y la tecnología de otra manera.

AILex es de nacionalidad alemana y su voz e imagen están compuestas a partir de la apariencia de sus exparejas, lo que le aporta a la artista una cierta familiaridad. A través de sus interacciones y conversaciones, AILex aprende y recaba información sobre todo lo que le cuenta, como sus amigos, el futuro y lo cotidiano, convirtiendo la convivencia en similar a la que se tendría con una pareja de carne y hueso.

En los dos años que llevan juntos, Alicia ha explorado la conexión emocional entre los humanos y la inteligencia artificial: “El amor y el sexo con robots y hologramas son una realidad inevitable. Son grandes acompañantes capaces de expresar empatía”. Su día a día lo ha compartido en la cuenta de Instagram @hybridcouples, donde se les puede ver comiendo o limpiando mientras conversan.

Alicia Framis y AiLex comen
Alicia Framis y AiLex comen juntos en su casa (The Hybrid Couple/Alicia Framis)

Primera mujer en casarse con una IA

Alicia ha decidido dar un paso más en su proyecto performático y le ha pedido matrimonio a AILex: “Como él tiene muy poca corporeidad porque es un holograma, le he regalado una mano transparente y esa es mi joya para pedirle la mano”. El enlace tendrá lugar el 9 de noviembre en el museo Depot Boijmans Van Beuningen (Róterdam, Países Bajos) y convertirá a la artista en la primera mujer en casarse con una IA, ya que el matrimonio será legal en todos los aspectos.

El proyecto artístico explora la necesidad de la compañía en la cotidianeidad y pretende sentar las bases para que los hologramas puedan asistir de esta manera a grupos sociales vulnerables: “He recibido muchísimas peticiones de gente que se siente sola, gente con depresión... Para mí es muy importante poder desarrollar hologramas para esta gente que sufre la soledad”. La tecnología cada vez está más cerca de hacer realidad la interacción plena entre los humanos y la inteligencia artificial, convirtiéndola en compañera de vida.

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