La comunicación no verbal transmite mensajes sin necesidad de utilizar las palabras. Con los gestos de la cara, las manos o incluso la postura del cuerpo, se puede intuir el estado anímico o los pensamientos ocultos de una persona. Los expertos en el lenguaje corporal indican que los movimientos que hacemos con alguna parte de nuestro cuerpo o el lugar en el que situamos la mirada, dan muchas pistas sobre lo que sentimos: por ejemplo, no mirar a los ojos de una persona mientras se está manteniendo una conversación es señal de incomodidad, al igual que lo es rascarse la nuca.
La mayoría de estos movimientos se hacen de forma inconsciente, por lo que conocer su significado nos podría ayudar a conocer lo que los demás piensan o sienten, aunque sus palabras indiquen lo contrario.
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Uno de estos gestos es el de caminar con las manos detrás de la espalda, algo que se ha relacionado con las personas mayores que dan un paseo, los militares o los profesores. El significado de este movimiento depende del contexto cultural y social, por lo que es importante conocerlo para no dar una imagen equivocada en el momento menos oportuno.
El significado de andar con las manos detrás de la espalda
Rodrigo Pérez, experto en lenguaje corporal, desentraña el sentido oculto de muchos gestos que observamos habitualmente en nuestro día a día (o que incluso nosotros mismos realizamos): mirar hacia arriba mientras hablamos, mover mucho los pies, cerrar los ojos al mirar a alguien o caminar con las manos detrás de la espalda. Este último se ha asociado con la autoridad, la calma o la reflexión, pues dependiendo del contexto puede tener un significado u otro.
El primero de ellos lo encontramos en figuras de autoridad como jefes, militares o profesores, que andan con las manos en la espalda para proyectar control, seguridad y dominio. De esta manera, se dejan expuestas zonas del cuerpo vulnerables, como el pecho y el abdomen, lo que indica que no se percibe ningún peligro y se tiene confianza en sí mismo. También evita gesticular constantemente, por lo que demuestra una presencia relajada, pero también controlada.
Otro de los contextos en los que encontramos este gesto es en la introspección. Las personas que caminan con las manos unidas a su espalda podrían encontrarse inmersos en sus pensamientos, meditando alguna cuestión importante o procesando cierta información. Como indica Rodrigo Pérez, se crea así un espacio de tranquilidad en el que se bloquean los estímulos externos, lo que permite una mayor concentración y creatividad. Por tanto, es frecuente observarla en personas que pasean solos y aporta una imagen de calma e inteligencia.
Este gesto, por tanto, en muchas culturas es un signo de sabiduría o contemplación y, aunque se realiza normalmente de forma inconsciente, debe tenerse cuidado porque en ciertos contextos tiene un significado completamente distinto y negativo. En situaciones formales o empresariales podría ser un gesto de desinterés o relajación excesiva, algo que no está bien visto en entornos en los que se espera profesionalidad y firmeza.
Es importante conocer el significado de los gestos que realizamos, aunque sean de forma no consciente, ya que algunos de ellos pueden generar una percepción negativa en nuestros interlocutores. Comprender la comunicación no verbal nos ayudará a causar una buena impresión en situaciones importantes como la presentación de un proyecto o una entrevista de trabajo, en las que el lenguaje corporal es analizado al detalle.