El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha sido una de las voces más críticas de Occidente en lo relativo a la respuesta de Israel sobre Gaza y Cisjordania. Un año después de los ataques terroristas perpetrados por Hamás, el líder del Ejecutivo sigue sin conseguir el propósito fijado desde el recrudecimiento del conflicto israelí-palestino: liderar una posición común en la Unión Europea sobre la actuación del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Muchos han sido los esfuerzos realizados por el dirigente socialista para mediar entre la Unión Europea y los países árabes, con quienes ha reforzado su relación frente a Israel, aunque el propio Sánchez se ha visto obligado a hacer equilibrios con el Estado hebreo para evitar la ruptura de las relaciones diplomáticas. En el Gobierno, aunque evitan hablar de “crisis”, reconocen que no atraviesan por su mejor momento.
“Nos gustaría una posición única en la UE”, lamentó el pasado viernes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Lo dijo en su comparecencia en el Congreso para hablar, entre otras cosas, de la posición de España ante la situación internacional actual, marcada por la escalada de la tensión en Oriente Medio por el conflicto entre Israel e Irán.
No obstante, el jefe de la diplomacia española celebró la petición de “alto al fuego sostenible en Gaza” exigida el pasado mes de marzo por la UE, una exigencia que España fue de los primeros países en poner previamente “encima de la mesa”. Asimismo, el Ejecutivo se ha jactado de haber liderado el reconocimiento de Palestina a nivel comunitario, un anuncio que se produjo en coordinación con Irlanda y Noruega. Pero esta medida no ha servido para hacer recapacitar a países como EEUU o Alemania, los principales aliados occidentales de Benjamín Netanyahu.
Albares señaló que están trabajando para celebrar una conferencia de paz en Madrid para poder aplicar la solución de los dos Estados. Además, recordó otros pasos dados por el Gobierno español para avanzar en la solución del conflicto. Según sus palabras, desde el 7 de octubre no hay nuevas licencias de exportación de armamento a Israel. “Tampoco permitimos que se produzcan escalas de armamento con destino a Israel desde hace tiempo”. Y sobre las licencias anteriores al 7 de octubre, el ministro explicó que se hace “una monitorización constante” y tampoco se permiten si van destinadas al Estado hebreo.
“Hemos hecho muchas más cosas que ningún otro Estado en el mundo”, apostilló, para recordar que España se sumó a la causa abierta en el Tribunal Internacional de Justicia contra Israel sobre la “Aplicación de la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio en la Franja de Gaza”. “Con esta intervención, España busca contribuir a que la paz regrese a Gaza y a Oriente Medio. El objetivo es poner fin a la guerra y empezar a avanzar en la aplicación de los dos Estados, que es la única garantía para que los palestinos e israelíes puedan convivir en paz y seguridad, y se logre la estabilidad en toda la región”, defendió Albares en su día.
Dura respuesta de Israel a España
Las exigencias de Sánchez a Israel para que respete el derecho internacional humanitario han sido duramente atacadas por Netanyahu, que se han saldado con dos llamadas a consultas de su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon. Ocurrió en noviembre, cuando el presidente del Gobierno español cuestionó que Israel cumpla con el derecho internacional debido al alto número de víctimas en la Franja de Gaza.
Asimismo, Netanyahu hizo lo propio en mayo tras el reconocimiento del Estado palestino por parte de España, coincidiendo con el fin del mandato de la diplomática, que lamentó “tener que regresar a Israel por unas decisiones vanas adoptadas por el Gobierno español, que no van a contribuir a la paz y la seguridad en Oriente Medio, ni van a facilitar la liberación de nuestros 128 secuestrados aún en manos de Hamás”. En un mensaje en la red social X, Rodica Radian-Gordon deseó que “los lazos de amistad entre Israel y España sean más fuertes que las voces que aspiran a alejarnos”.
Mientras el Estado hebreo sigue sin enviar a un nuevo responsable diplomático a Madrid, varios integrantes del Gobierno israelí han proferido insultos contra el Gobierno español. Los episodios más destacados fueron protagonizados por el ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, quien equiparó a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, y con el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar. También acusó a Pedro Sánchez de ser “cómplice” de incitar al asesinato de judíos por no cesar a Díaz. Albares aseguró que España daría una respuesta a Israel después de las sucesivas “provocaciones” y “bulos deleznables”, pero este conflicto finalmente se quedó ahí.
Por otro lado, el presidente del Gobierno ha ejercido de contrapeso en el ámbito nacional, ya que el socio minoritario de la coalición gubernamental, Sumar, y el resto de aliados parlamentarios han reclamado una respuesta más contundente contra Israel por su ataque en Gaza. Entre las propuestas que le han hecho estos partidos, destaca la ruptura de las relaciones diplomáticas, el embargo total y permanente a la compraventa de armas o promover la ruptura del acuerdo comercial entre la Unión Europea e Israel.
La actuación de Sánchez en esta materia también ha cosechado críticas por parte de la derecha, que ha acusado al presidente del Gobierno de crear “un conflicto” con Israel para “tapar sus miserias”, en palabras del portavoz parlamentario del Partido Popular, Miguel Tellado. La extrema derecha de Vox, por su parte, ha exhibido plena sintonía con Netanyahu, con quien se reunió su líder, Santiago Abascal, el pasado de mayo, después del reconocimiento de Palestina por Pedro Sánchez.