Aunque la Familia Real dispone de un avión con todo tipo de comodidades como dos dormitorios, sala de reuniones y sistema de comunicación en clave, solo pueden utilizarlo para asuntos oficiales. Por ello, en sus vacaciones, deben de optar por vuelos comerciales; y esto mismo, es lo que ha hecho la princesa Leonor en su última escapada. La joven se desplazó a Ámsterdam en clase turista y “sin taparse”, un movimiento que según la prensa internacional está provocando más de un dolor de cabeza a sus padres.
Pese a que la Princesa de Asturias cuenta con dos escoltas, sus padres están muy preocupados por su seguridad. Sobre todo, por la grave situación de los conflictos bélicos que acechan y las polémicas que rodean a la Casa Real Española actualmente. De hecho, hace unos días anunciaron que finalmente la reina Letizia decidía bajarse el barco en el viaje a Jordania, y ha sido Felipe VI el encargado de representar en solitario a la institución en el país de oriente medio.
“Se dice que sus vuelos están causando dolores de cabeza a la familia. Sus viajes podrían suponer un riesgo para su seguridad”, señalaba la revista alemana Bunte hace unos días. Y han explicado el motivo de estos viajes en turista de la Familia Real: “El Rey Felipe y su familia tienen a su disposición un total de siete aviones del Ejército del Aire para viajar dentro y fuera de España, pero, por un lado, se utilizan para actos oficiales y, por otro, las rutas previstas de los aviones se pueden consultar online. La familia real española no tiene acceso a un jet privado para fines de puro placer, por lo que los viajes de vacaciones privados deben realizarse de forma normal”.
La difícil situación de su símil holandesa
Para el país de Centroeuropa, la monarquía española es un tema de interés por la buena formación de la princesa. Los medios de comunicación han seguido desde cerca la nueva etapa de la Princesa de Asturias en la Escuela Naval de Marín y hace unas semanas revelaron que la protección de la heredera había sido reforzada. No solo por este cambio de localización, sino por la grave situación que vivió el pasado año Amalia de Holanda, la hija mayor de Máxima y Guillermo de Holanda.
La princesa heredera del país neerlandés fue atemorizada por una organización criminal llamada Mocro Mafia. Debido a las amenazas que sufría, tuvo que mudarse a Madrid a una residencia de la familia y bajo los cuidados de Felipe VI, su padrino. Una situación que reveló el propio Guillermo de Holanda el pasado mes de abril en una cena de gala: “El año pasado las circunstancias la obligaron a vivir en Madrid. Desde allí pudo continuar sus estudios en la Universidad de Ámsterdam. Esto fue posible gracias a los amables esfuerzos de muchos de sus compatriotas y de usted mismo. Una conmovedora demostración de amistad en un momento difícil. Me gustaría agradecerle a usted y a todos los que ayudaron a organizar esto”.
Esto mismo, es lo que intentan evitar desde el Palacio de la Zarzuela, donde entienden que la hija de los Reyes quiere mantener el ritmo de vida de una chica normal de 18 años mientras que también preservan su integridad por el futuro de la institución.