Las llamadas comerciales son el día a día para muchas personas, que ven con impotencia cómo su teléfono suena una y otra vez para tratar de convencerles de que se inscriban a algún servicio o adquieran un producto. Según una encuesta realizada por FACUA-Consumidores en Acción, en la que participaron más de 4.000 personas, cerca del 70% afirmó recibir más de cinco en el último mes.
Son cifras mayores que en otro estudio realizado previamente, pese a la reciente prohibición, activa desde el 29 de junio de 2023, en la que se indica el derecho “a no recibir llamadas no deseadas con fines de comunicación comercial, salvo que exista consentimiento previo del propio usuario para recibir este tipo de comunicaciones comerciales”.
Una aplicación y una función de Google
Las llamadas, de este modo, siguen llegando, y pueden ser realmente inoportunas cuando estamos esperando a que otra persona nos llame, o cuando estamos realizando alguna tarea que requiere concentración. Afortunadamente, los usuarios cuentan con diferentes herramientas para reducirlas en número e incluso suprimirlas de sus vidas.
Una de ellas son las aplicaciones móviles que permiten conocer quién nos está llamando desde el otro lado, como Truecaller, la cual, además de identificar a quien nos llama, nos ofrece otras funciones como el bloqueo, tanto para llamadas como para mensajes o la grabación de las conversaciones por chat o por voz a través de internet.
Google también cuenta con la función del identificador de llamadas, que podemos activar si lo vemos conveniente. De este modo, cuando alguien nos llama podemos ver información sobre quién lo ha hecho, aunque no estén en nuestros contactos. Además, esta función nos advierte sobre el posible carácter comercial de la llamada. Esto se puede comenzar a utilizar cambiando los ajustes de la aplicación de Teléfono. Allí, se puede interactuar con la opción Ver identificador de llamada y de spam.
Los fines no son siempre comerciales
Por otro lado, este tipo de acciones comerciales también han empezado a ser relacionadas con estafas de distinta índole. Está, por ejemplo, el vishing, donde se suplanta la identidad de una empresa con el fin de obtener datos personales como los que dan acceso a una cuenta bancaria. Este es solo un caso de muchos, ya que se pueden encontrar también otras estrategias de los timadores como la doble llamada, las llamadas fantasma, las grabaciones de voz, las escuchas furtivas, los contestadores automáticos o las llamadas perdidas. Todas ellas con un único propósito: conseguir el dinero de la persona que recibe la llamada.
A raíz de esto, las autoridades ofrecen una serie de recomendaciones para evitar ser víctima de fraudes de esta índole. Verificar la identidad de la persona que llama es algo esencial, comprobando además que esta no miente. También evitar proporcionar datos personales, ya que es algo que ninguna acción comercial telefónica podría exigir. Por lo demás, también es aconsejable no coger llamadas extrañas por norma, así como bloquear o marcar como spam las llamadas sospechosas.