Uno de los destinos que más se recomienda a la gente para el desarrollo de sus viajes, vacaciones u ocio es el de montarse en un crucero o ferry. Una experiencia única donde uno se adentra en una ciudad flotante en la que podemos encontrar todo tipo de comidas y actividades de ocio. Además, está dotado de grandes servicios de seguridad por si algún inconveniente surge durante el viaje, tales como botes salvavidas y otras dotaciones técnicas.
Sin embargo, hay una laguna en ellos: dependen de un puerto para atracar. Este es el problema que vive el barco de Corsica Ferries, que se encuentra a la deriva por el cierre del puerto en el que debería poner fin a la travesía. La intersindical CCI ha bloqueado el puerto de Córcega y ha impedido que ferris como este queden sin rumbo a la espera de una nueva apertura y con falta de recursos para tripulación y pasajeros.
Puede haber consecuencias extremas
La situación ha pasado de inusual a extrema, donde los pasajeros ya no aguantan más y han querido denunciar lo que viven, según publica Franceinfo. De esta forma, hay muchos que han querido hablar con el medio para exponer el calvario que algunas personas viven, cercanos incluso a consecuencias fatales.
“Hay riesgo de morir si nadie hace nada”, es la frase contundente que Anthony, testigo en el barco, comenta para elevar la preocupación. No obstante, el chico no culpa a la tripulación ni a la compañía, ya que ellos no tienen culpa de nada según su punto de vista. “Están haciendo todo lo posible e intentando tranquilizarnos”, explica para poner en valor la implicación de los trabajadores para hacer todo más fácil.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, hay aspectos en los que nada pueden hacer los tripulantes. Dentro de los clientes del barco se encuentran personas con necesidades especiales, de las que no se pueden hacer cargo los miembros del ferry: hay gente que necesita medicamentos. “Algunos necesitan oxígeno. Hay diabéticos, otros discapacitados”, explica Anthony preocupado. “Hay bebés pequeños que necesitan productos específicos”, añade para agravar más todo.
La tensión entre pasajeros, otro problema
Al tratarse de un lugar de interés turístico y de ocio como es un ferry o crucero, hay muchas personas de diversos orígenes, lo que dificulta la comunicación y eleva la tensión en el ambiente. Tal y como explica el testigo que ha hablado, “hay corsos, rusos, alemanes…”.
De esa forma, el hecho de tranquilizar y lidiar con todos los presentes es complicado, y más si le sumamos la impaciencia de aquellas personas con menos aguante. Además, los anuncios no se hacen en todos los idiomas, lo que aumenta el descontrol y el pánico entre los que no dominan la lengua utilizada.
Además de todo lo anterior, señala que para hacer más grave el asunto y tener más visibilidad e impacto, “solo faltan muertes”. Unas declaraciones que evidencian el problema grave que atraviesan, que de seguir así puede desembocar en consecuencias fatales. No obstante, por otro lado, según publica Franceinfo también, hay gente que lo vive de una forma más calmada y ve todo más sereno. Sin embargo, no por ello, el asunto tiene menor importancia.