La publicación de las fotografías inéditas de Bárbara Rey y el rey Juan Carlos ha vuelto a poner de actualidad el romance que el emérito mantuvo con la vedette y que durante décadas ha sido un secreto a voces en España. Infidelidad, grabaciones, amenazas, chantajes… la historia entre la exmujer de Ángel Cristo y el padre de Felipe VI tiene todos los ingredientes de una trama que bien podría haberse convertido en escándalo nacional.
El amor secreto de Bárbara y el rey ha sido abordado en libros, documentales y hasta series de ficción. Hasta ahora, el testigo que más claramente ha hablado sobre el tema ha sido Ángel Cristo Jr., quien ha asegurado que llegó a hacer fotografías íntimas del monarca con su madre y, además, fue quien vendió el material que ha publicado recientemente la revista neerlandesa Privé.
La vedette, por su parte, se ha movido entre el silencio y la ambigüedad, pero lo cierto es que en las últimas décadas se han ido desvelando numerosos datos que permiten dibujar una cronología de la relación entre Bárbara Rey y Juan Carlos I.
La llamada de ‘Juan Sumer’
El primer contacto entre Bárbara y Juan Carlos se produjo en 1977. El monarca se hizo con el teléfono de la vedette y no dudó en llamarla a su casa. La primera vez, la artista le soltó un improperio al no darle credibilidad, pero el padre de Felipe VI estaba dispuesto a demostrar su identidad, por lo que le dio un teléfono y le indicó que llamara preguntando por el rey.
“Fue en 1977. Es algo de lo que no he hablado nunca, pero bueno, él me localizó, me llamó. Yo estaba trabajando, llamó por teléfono a mi casa, entonces vivía con una amiga y secretaria, y cuando llegué me lo dijo y yo no me lo creí, creía que era una broma”, confesó Bárbara a Risto Mejide en Viajando con Chester.
Tras comprobar que no se trataba de una broma, comenzó la relación telefónica entre Bárbara y el rey. Las llamadas del monarca a casa de la vedette eran constantes bajo el pseudónimo de Juan Sumer, apellido que hace referencia a las iniciales de Su Majestad El Rey.
Así relató Chelo García Cortés una de aquellas llamadas en Sálvame Deluxe: “El rey llamó un día a la casa que Bárbara tenía alquilada en Barcelona, en la calle Loreto 36, y yo estaba allí con José Manuel Parada”, comenzó explicando. “Suena el teléfono, lo coge José Manuel Parada, se pone nervioso y me pasa el teléfono. Lo cojo y me doy cuenta de con quién estoy hablando”, proseguía la colaboradora.
La periodista aseguraba entonces que Juan Carlos preguntó directamente por Bárbara: “No la llamaba María, sino Marita, y entonces le digo que está en la ducha, en el baño, me pregunta quién soy, se lo digo, le dije ‘soy Chelo, amiga de Bárbara’, y dice: ‘Dile por favor que llama Juan Sumer’. La voz de él era inconfundible”.
Ruptura y chantaje
En enero del año pasado, Bárbara Rey aseguró en una entrevista con Vanity Fair que su relación con Juan Carlos duró hasta 1980, cuando se casó con el padre de sus hijos. “En cuanto conocí a mi marido, ya no lo volví a ver”, aseveró, añadiendo que durante su matrimonio el soberano la llamó “en muchas ocasiones”, aunque matiza que fue “en plan amistoso”.
Pese a ello, Juan Carlos no dudó en enviarle un regalo a la actriz cuando se enteró de que estaba embarazada de su primogénito: un chupete de plata para el pequeño Ángel, obsequio del que él mismo habló en ¡De viernes!.
Según la versión de Bárbara, ambos retomaron el romance en 1990, tras su separación del domador. Así, prolongarían su noviazgo durante cuatro años más, hasta que el rey conoció a otra persona. Es a partir de entonces cuando comienzan los órdagos de la vedette a la Casa Real.
El primero de los presuntos chantajes que se conocen está datado en 1994. El libro El jefe de los espías relata cómo Juan Carlos llamó al teniente general Emilio Alonso Manglano, exdirector del CESID, para contarle que le estaban pidiendo 100.000 dólares para no hacer públicas unas fotografías del almuerzo que había mantenido con Bárbara días atrás, en el que tuvo gestos inapropiados como tocarle un pecho.
“El militar se horrorizó. ‘Pero Señor, ¡esto es un chantaje!’ Aun así se reunió con diversas personalidades, incluido Felipe González, y decidieron pagarle 25 millones de pesetas… Ella quería también un programa de televisión. Se lo dieron”, aseguró la periodista Pilar Eyre.
Tres años más tarde se produciría una segunda extorsión. Para zanjar el asunto, se llega a un acuerdo con la vedette por el que se le pagarían 600 millones de pesetas: “Una primera entrega de 100 millones que paga el centro nacional de inteligencia con dinero público y 10 cuotas de 50 millones de pesetas al año durante 10 años”, se cuenta en la citada obra de Juan Fernández Miranda y Javier Chicote.
Amenazas y grabaciones
Antes de aquel supuesto pago millonario que a día de hoy sigue sin esclarecerse, Bárbara Rey protagonizó varias intervenciones públicas en las que aseguró estar amenazada por su romance con una persona muy poderosa.
Así, en 1997 la actriz denunció haber sufrido un robo de cintas de vídeo con “cosas íntimas” en su casa. “Me han amenazado de muerte, estoy aterrorizada… Pretenden que me marche del país, pero no pienso hacerlo”, clamó la vedette, revelando que le habían instalado micrófonos en su vivienda y que le habían fallado los frenos del coche.
Décadas más tarde, Bárbara Rey le pondría nombre y apellidos a aquel poderoso amante y hablaría abiertamente sobre sus sentimientos hacia él. “Yo creo que él a mí me tuvo mucho cariño. Si me quiso o no… Yo creo que, en una temporada grande, sí. Pero, claro, yo sabía que no podía aspirar a otra cosa. Yo sí lo quise. Lo he querido mucho. Lo que pasa es que nosotros teníamos un pacto desde el principio: él tenía su vida, yo tenía la mía”, dijo a Vanity Fair.