Almeida solo pone seis multas diarias por cacas de perro: “Apenas se invierte en prevención y la limpieza es insuficiente”

El Ayuntamiento reconoce que es difícil pillar ‘in fraganti’ al infractor y dice que todo depende del civismo del ciudadano. La Federación de Vecinos pide más campañas de concienciación, vigilancia y medios de limpieza

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Los ganadores de concurso 'la caca más bella', posando con su foto
Los ganadores de concurso 'la caca más bella', posando con su foto

Diana Sánchez es profesora de instituto y vecina del barrio de Lucero, en el distrito de Latina. Asegura que las cacas de perro empiezan a ser un problema en su vecindario. “Es normal verlas en cualquier calle. Me las he encontrado en la puerta de mi portal, donde incluso orinan los animales. Sé que es una cuestión de incivismo, pero los servicios de limpieza brillan por su ausencia. La verdad es que es muy difícil ver a un barrendero y menos a un policía multando a un propietario que no recoge los desechos de su mascota. En general, el barrio está muy sucio”.

El debate de las cacas de perro es recurrente. En la capital hay 334.000 canes, según datos oficiales del Ayuntamiento de Madrid de 2023. En 2020, por ejemplo, había 280.000, por lo que el crecimiento ha sido de un 19% en apenas tres años. Más perros significa más cacas. Es pura matemática. Cuando Manuela Carmena llegó a la alcaldía en 2015, elaboró un mapa de los puntos de la capital donde suele haber más excrementos y anunció que la Policía Municipal estaría más incisiva a la hora de imponer sanciones. En paralelo, lanzó un plan en el que los infractores podían optar por trabajos en beneficio de la comunidad (trabajos de limpieza) en lugar de pagar las multas (de entre 751 y 1.500 euros) por no recoger las cacas de sus animales.

Pero como dice Diana, es una cuestión de incivismo, de que el vecino que tiene una mascota sea responsable y no ensucie su barrio. Para Quique Villalobos, que acaba de dejar esta semana la presidencia de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), pero ha sido nombrado portavoz de residuos de la federación, “estamos ante un problema evidente, equivalente al resto de problemas de suciedad. Las cacas siempre salen en todas las encuestas municipales, pero todas las soluciones han resultado ineficaces. Pasa lo mismo que con las colillas, los chicles o los papeles en el suelo. Apenas se invierte en prevención y la limpieza y vigilancia es insuficiente e incapaz por la dimensión del problema”.

Un peatón, a punto de pisar una caca de perro.
Un peatón, a punto de pisar una caca de perro.

De vez en cuando, asociaciones federadas en la FRAVM intentan hacer campañas de concienciación. Por ejemplo, la Asociación Vecinal Manzanares-Casa de Campo ha hecho este año un concurso fotográfico titulado ‘La caca más bella’ para que los vecinos retrataran las heces caninas más bonitas. Un poco de ironía. “Queremos a vuestro perro, a su caca no”, era el lema. El primer premio se llevó 30 euros. La Asociación Vecinal Moscardó, por su parte, puso en marcha la ‘Ruta de la caca’ para identificar las calles más sucias.

Campaña ‘Haz tu magia’

El Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida ha puesto en lo que llevamos de año (entre enero y agosto) 1.055 denuncias por cacas no recogidas, cumpliendo la Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos, Gestión de Residuos y Economía Circular. El año pasado fueron 2.386 denuncias, una media de seis diarias. Desde el Consistorio admiten que todo depende del civismo de los ciudadanos y de que la Policía Municipal pueda pillar in fraganti al infractor. El año pasado, además, se realizó la campaña ‘Haz tu magia’ para concienciar a los ciudadanos de que, para mantener limpias las calles, hay que depositar cada residuo correctamente en su contenedor. Y es que cada día se notifican de media 450 incidencias por basuras abandonadas indebidamente en la vía pública.

Una papelera con dispensador de bolsas para excrementos de perros. (Foto: Ayuntamiento de Madrid)
Una papelera con dispensador de bolsas para excrementos de perros. (Foto: Ayuntamiento de Madrid)

Los excrementos caninos hay que tirarlos siempre dentro de una papelera o del contenedor naranja. En la capital hay actualmente 7.400 papeleras con dispensador de bolsas para recoger las heces de los canes. Como dice la ordenanza de la capital, “las personas que lleven animales de cualquier especie serán responsables de cualquier acción de estos que ocasione suciedad en los espacios públicos. Cuando las deyecciones de los perros u otros animales queden depositadas en el espacio público, la persona que lleve el animal está obligada a proceder a su recogida y limpieza inmediata, así como a su depósito en los lugares destinados al efecto”. Además, “todo portador de un animal está obligado a llevar consigo y utilizar la correspondiente bolsa o dispositivo para la recogida de los excrementos”. Las personas invidentes que sean titulares de perros guía se encuentran exentas del cumplimiento de estas obligaciones.

El ADN de las cacas

Hay otros municipios madrileños que han puesto en marcha medidas novedosas para prevenir que sus perros no ensucien las calles.

El Ayuntamiento de Alcalá de Henares, por ejemplo, ha obligado a los propietarios de canes censados que entreguen una muestra del ADN del animal. Así, si la Policía Local encuentra un excremento sin recoger, puede identificar al dueño. La multa es de 3.000 euros. Esta misma idea la tuvo Alberto Ruiz Gallardón en 2004, cuando era alcalde de Madrid, pero no llegó a buen puerto. En la localidad de Leganés, el Consistorio inició este año una campaña de información y concienciación para que los vecinos recuerden las obligaciones que conlleva ser propietario de un animal doméstico. Las ‘cacas’ olvidadas, si eres reincidente, pueden acarrear sanciones de hasta 50.000 euros.

La ley 7/2023, de 28 de marzo, obliga a los propietarios a tener un seguro mínimo a terceros para su perro a partir del 29 de septiembre. Sin embargo, en algunas comunidades, como Madrid, País Vasco o La Rioja, ya es obligatorio
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