España es uno de los destinos mundiales que más turistas recibe. Tanto es así que, según datos de AENA, en los 7 primeros meses de 2024, la red aeroportuaria española recibió 176 millones de pasajeros, un 10,6% más que en 2023. Sin embargo, hay diferentes clases de turismos, en función del destino vacacional. En primer lugar, se encuentra un turismo familiar, que consiste en disfrutar de destinos costeros o rurales con la familia o amigos, sin generar perjuicios al descanso de otras personas o al medioambiente. Por otro lado, el turismo de ocio o de borrachera es el que más beneficios económicos produce para España, por la cantidad de turistas jóvenes que se desplazan a puntos específicos de la geografía española en busca de fiesta.
A pesar de que la economía es uno de los aspectos más importantes de la política de un país o de una región, lo es también el bienestar de los ciudadanos. Y es, precisamente, el turismo de borrachera el que pone en peligro el descanso y la tranquilidad de las personas. Para atajar esta problemática, el gobierno de las Islas Baleares ha puesto en marcha una serie de medidas, que no serán apreciadas por los turistas británicos, quienes aterrizan en las islas para dejarlo todo en las discotecas.
En los complejos hoteleros donde hay ‘todo incluido’, el gobierno balear ha introducido una medida que permitirá el consumo de, únicamente, tres bebidas alcohólicas durante la comida, y otras 3 durante la cena. Esta medida, que se implementará en Magaluf (Mallorca), la zona de Playa de Palma, El Arenal (Mallorca) y San Antonio (Ibiza), tendrá como objetivo evitar que dichos visitantes no prorroguen la ingesta de alcohol, hasta el punto de acabar en un estado ebrio.
Christian Wolf, director general de CW Real Estate Ibiza, ha defendido la medida aplicada. “Aunque beber en exceso puede ser una práctica común en muchos países, a la gente en España le gusta tomarse su tiempo con la bebida”. Wolf ha explicado que la gente tiene una concepción errónea sobre el consumo excesivo del alcohol en España; a pesar de que los turistas vienen con la intención de dejarse llevar, deben saber que las borracheras en España no están tan extendidas e, incluso, están mal vistas.
Multas de más de mil euros por incumplir la norma
En muchas ocasiones, los residentes habituales han manifestado su rechazo por este tipo de turismo, que llega a las islas con el único objetivo de estar de fiesta las 24 horas del día. Consumen alcohol y drogas, ensucian las calles, escuchan música a todo volumen hasta altas horas de la madrugada. En definitiva, no favorecen el descanso de los vecinos.
Por ello, quienes sean declarados culpables de beber de forma que “perturbe la convivencia, implique aglomeraciones o deteriore la tranquilidad del entorno”, podrían enfrentarse a multas de entre 750 y 1.500 euros.
La masificación turística, otro problema más
Uno de los principales problemas que viven los ciudadanos españoles radica en el asunto de la vivienda, el cual cruza el mar Mediterráneo y llega también a las Islas Baleares. Mientras aumenta el número de pisos turísticos donde se alojan los practicantes de este turismo de borrachera, crece el precio del resto de las viviendas disponibles, imposibilitando que muchas familias logren pagar el alquiler.