Dentro de su ronda de encuentros bilaterales con los presidentes autonómicos en el Palacio de la Moncloa, Pedro Sánchez, recibe este viernes al jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El único barón socialista que cuenta con mayoría absoluta se ha erigido en los últimos años como una de las voces más díscolas dentro del partido liderado por Sánchez, alzando a voz contra los acuerdos sellados por los socialistas con Junts, ERC o EH Bildu.
De hecho, esta reunión, que se producirá a partir de las 16 horas, coincide en plena escalada de críticas por la financiación singular de Cataluña pactada con ERC, la vuelta al diálogo con Carles Puigdemont y el pacto con EH Bildu para reformar la ley mordaza. A esto se le suma otros episodios que evidencian su distanciamiento, ya que Sánchez y Page se verán las caras después de que este último disparara contra Ferraz en el último Comité Federal del PSOE y rechazara avalar al presidente del Gobierno para su reelección como secretario general del PSOE en el 41 Congreso socialista del próximo noviembre.
Si bien, dentro de esa tensa relación que mantienen desde hace más de siete años, Page bajó las espadas temporalmente y mostró su apoyo al presidente del Gobierno hace escasos meses, lo que fue victo como un oasis en mitad del desierto. Fue durante el periodo de reflexión del presidente del Gobierno tras la apertura de una causa judicial contra su esposa, Begoña Gómez.
El destino quiso que un Comité Federal previsto durante esos cinco días de parón, convocado inicialmente para decidir sobre la lista de las europeas, sirviera de escenario para enviar ánimo a raudales al Palacio de la Moncloa, donde Sánchez estaba “encapsulado”. “El momento clave fue la madrugada del sábado después del Comité Federal, después de las manifestaciones, los escritos, las movilizaciones, los actos distinta índole en favor de proteger la democracia”, confesó Sánchez acerca del momento en el que tomó la decisión de continuar.
“Pedro, vas a contar con todo nuestro apoyo”
Y es que, la euforia de los militantes en la calle Ferraz llegados desde todos los puntos del país contrastaba con la incertidumbre vivida dentro del cuartel general de los socialistas, donde varios dirigentes tomaron la palabra para pedir a Sánchez que se quedara. De las intervenciones en abierto realizadas por los principales representantes del partido destacó la de Emiliano García-Page, que acudió al cónclave y mostró un insólito respaldo a su “compañero”.
“Que conste y quede claro: los que estamos aquí y los miles de compañeros de toda España que están en la calle sabemos que va en serio el compañero secretario general”, pronunció Page sobre las críticas de la derecha tras la famosa carta a la ciudadanía emitida por Sánchez. “Me siento muy orgulloso de estar en un partido en lo que nos exigimos más que nadie. Valoro en la carta del secretario general que se duela. Prefiero que nuestros dirigentes se duelan ante una acusación falsa, injusta, a que saquen pecho o muestren indiferencia”.
“Aunque no soy nadie para dar consejo, le quiero transmitir al compañero presidente del Gobierno toda mi empatía, la de miles y miles de personas. Sabemos que va en serio su dolor y hemos pasado experiencias parecidas”, dijo el líder castellanomanchego, mostrando su apoyo sin fisuras a Sánchez. “Pedro, vas a contar con todo nuestro apoyo, porque no se puede consentir. Este es un partido que mira por las personas. No digo que todos seamos buenos o no cometamos errores, pero me atrevería a decir que sé cuál es el objetivo de todos”, remató.
Posteriormente, ante la decisión de seguir al frente de la Presidencia del Gobierno de España, el presidente de Castilla-La Mancha no dudó en celebrar la decisión de Pedro Sánchez: “Siempre he defendido y he practicado una política limpia, desmontado todas las falsedades que se han vertido contra mí. Celebro que la reflexión personal del Presidente del Gobierno concluya que él y su familia pueden con las mentiras que les puedan dirigir”.
De cara a este encuentro, Page espera que los asuntos “más esenciales” que “llevan tiempo esperando” puedan tener una salida “positiva, si no inmediata”. “Hay varias decisiones que me importan en relación con el agua, con las infraestructuras, con la energía, con el empleo (...) con las cuestiones esenciales para nosotros del día a día, pero que en Madrid, en la neurosis de la M-30, no ocupan día ninguno”.
Asimismo, más allá de las discrepancias con el líder del Gobierno, el presidente de Castilla-La Mancha normalizó la “colaboración institucional y, por supuesto, sí confío en que muchas de las cosas que vamos a plantear vayan a tener recorrido”. Eso sí, sabe de antemano que llegar a un acuerdo en torno a la financiación autonómica “va a ser difícil”.