1.491 heridos. Ese fue el saldo que dejó, en 2013, el impacto de un meteorito de 17 metros de diámetro en la ciudad rusa de Cheliábinsk, al sur de los Urales. Este fenómeno fue tan solo una advertencia, ya que en el universo existen -al menos que se conozca- más de un millón de asteroides, de los que 36.000 se encuentran cercanos a la Tierra. De estos últimos, según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA), 1.663 suponen un riesgo para el planeta: todos de mayores dimensiones que el que se estrelló contra Rusia.
La amenaza de los asteroides es real, pero el tiempo juega a favor de la humanidad. De acuerdo a los científicos, quedan al menos un siglo para que la Tierra deba hacer frente a un meteorito cuyo impacto sería catastrófico para una gran parte del planeta. Ante este escenario, la ESA prepara su primera misión de defensa planetaria, Hera, que analizará los efectos sufridos por Dimorphos -un asteroide de 150 metros de diámetro y capaz de destruir una capital europea- cuya órbita fue modificada dos años atrás por un satélite de la NASA.
Al ser una misión pionera, el proyecto ha demandado el diseño de nuevas tecnologías a lo largo de los últimos cuatro año. En este sentido, entre las más de 70 empresas e instituciones del viejo continente involucradas, la industria espacial española ha tenido un rol protagónico en su construcción, suministrando sistemas, antenas y dispositivos fundamentales para el éxito de Hera.
Una de las empresas nacionales en la que ha confiado la ESA es GMV. La compañía que posee sus instalaciones en Tres Cantos (Madrid) ha sido la responsable del desarrollo de un innovador sistema de guiado, navegación y control (GNC), indispensable para garantizar que la misión se desarrolle de manera segura y eficiente. Para llevar a cabo esta tarea, GMV ha liderado un consorcio internacional industrial conformado por España, Portugal, Rumanía, Francia, Alemania, Países Bajos e Irlanda.
“El sistema GNC de una misión espacial es un sistema crucial que se encarga de dirigir, navegar y controlar la trayectoria y apuntamiento de una nave espacial o satélite hasta su destino”, ha explicado a Andrea Pellacani, responsable técnico del sistema GNC de Hera en GMV. “Sin un GNC preciso, una nave espacial podría desviarse de su curso, fallar en alcanzar su objetivo o incluso colisionar con otros objetos en el espacio”, ha detallado.
Por su parte, para la firma Emxys su trabajo en Hera ha significado participar por primera vez en una misión en el espacio profundo. La empresa con sede en Elche (Alicante) ha diseñado la electrónica del instrumento Grass, un gravímetro de alta sensibilidad capaz de medir una gravedad 200.000 veces más pequeña que la de la Tierra, como es el caso de la del asteroide a analizar.
“Esta misión no solo representa un hito en nuestra trayectoria como empresa, sino que subraya nuestro compromiso con la innovación en exploración de objetos cercanos a la Tierra. Estamos emocionados de contribuir a la defensa planetaria y esperamos que nuestros avances en tecnología ayuden a proporcionar datos valiosos para futuras misiones”, ha señalado José Antonio Carrasco, CEO de Emxys.
Sistema de comunicaciones
De igual manera, la filial española de Thales Alenia Space ha estado dedicada al sistema de comunicaciones de Hera, al que desde la compañía definen “como el cordón umbilical que une la nave espacial con la Tierra” dado que permite controlarla desde el Centro de Control durante todo el transcurso de la misión, incluso a distancias que alcanzan los cientos de millones de kilómetros.
“El sistema de comunicaciones también permitirá transmitir a la Tierra la información recopilada por los instrumentos a bordo de la nave espacial y de los dos CubeSats que la acompañan”, ha afirmado a Infobae España Susana Infante, jefa de proyecto de Hera en Thales Alenia Space. “En concreto, enviará medidas precisas de la masa del asteroide Dimorphos e información sobre su composición y estructura, lo que constituye el objetivo principal de la misión”, ha indicado.
Además, Infante ha apuntado que en el desarrollo de esta tecnología se han tenido que enfrentar tanto a desafíos tecnológicos como programáticos. “Desde un punto de vista técnico, el mayor reto deriva de la necesidad de transmitir gran cantidad de información a distancias muy grandes, de hasta 500 millones de kilómetros, eso es más de tres veces la distancia entre el Sol y la Tierra”, ha detallado.
En este sentido, a día de hoy se trata de la misión espacial más lejana a la Tierra para la que Thales Alenia Space ha desarrollado el sistema de comunicaciones en España. “Para nosotros es un orgullo contribuir a esta apasionante misión de la ESA que, junto a la misión Dart de la NASA, supone un experimento histórico para la humanidad en su objetivo de proteger a la Tierra frente a colisiones de asteroides que puedan poner en riesgo la vida en nuestro planeta”, ha destacado Infante.