Fue el pasado 20 de septiembre cuando el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, en Francia, decidió que la prensa y el público tuvieran que ausentarse cada vez que se proyectaran los vídeos de las violaciones a Gisèle Pelicot, mujer de 71 años. En su momento, el presidente del tribunal, Roger Arata, justificó la decisión señalando que “esas imágenes son indecentes y chocantes para el público”, y anunció que se verían “en presencia exclusiva de las partes y del tribunal”, y que la sala sería evacuada momentos antes.
Hasta este viernes. Dos semanas después de tomar esta decisión, el tribunal ha revocado ahora lo inicialmente propuesto. Los vídeos y fotografías vinculados a los crímenes de violación cometidos en Mazan sí serán proyectados en presencia de la prensa y del público, como ha anunciado Arata. El presidente ha explicado que los vídeos de los hechos imputados a algunos acusados se proyectarán este viernes, tras un receso, como ha informado el diario francés Le Monde. La decisión se tomó después de un extenso debate de dos horas al inicio de la audiencia, seguido de una deliberación de noventa minutos.
La clave de las violaciones están las grabaciones que realizó su exmarido, Dominique Pélicot, con el que llevaba casado 50 años. Este permitió que a lo largo de casi una década, hasta 72 hombres le agredieran sexualmente mientras dormía bajo los efectos de la droga a la que este la sometía para dejarla inconsciente.
Pélicot siempre estuvo a favor de que pudieran verse
Como anunció el magistrado, la difusión de las imágenes irá precedida de un “anuncio que permitirá a las personas sensibles y a los menores abandonar la sala”. Estas transmisiones serán “no sistemáticas” y sólo tendrán lugar en los casos “estrictamente necesarios para la manifestación de la verdad”, a petición de una de las partes. La defensa de la víctima, Gisèle Pélicot, calificó esta resolución de “victoria”, pese a que desde el principio ella estaba a favor de que los vídeos pudieran verse. Además, la propia Pélicot había solicitado desde el principio del proceso que el juicio se realizara con acceso público, rechazando la posibilidad de celebrarlo a puerta cerrada.
El debate sobre la proyección de las imágenes comenzó a finales de septiembre, cuando el presidente Arata decidió inicialmente que estas serían vistas solo por las partes implicadas y el tribunal, debido a su contenido “indecente y escandaloso”. Esta decisión fue criticada por los abogados de Pélicot, quienes argumentaron que enfrentar la realidad de las violaciones era necesario para sensibilizar al público sobre la magnitud de la violencia sexual.
Finalmente, tras analizar los argumentos presentados por la defensa de Pélicot, el tribunal decidió permitir la presencia de la prensa y el público en momentos selectivos, aclarando que la transmisión de estos contenidos será “no sistemática” y solo se autorizará cuando sea estrictamente necesario para esclarecer la verdad de los hechos. Además, antes de cada proyección, se emitirá un aviso para que personas sensibles o menores puedan abandonar la sala, según indicó el magistrado Arata.