La Audiencia Provincial de Madrid juzgará este martes a un guardia civil acusado de abatir a tiros a un enfermo de esquizofrenia paranoide que amenazó de muerte al agente y sus compañeros con dos navajas, unos hechos que ocurrieron en Manzanares El Real (Madrid) en septiembre de 2020. La Fiscalía imputa al funcionario un delito leve de homicidio por imprudencia menor grave, por el que solicita para él una multa 3.600 euros y al Estado, como responsable civil subsidiario, una indemnización de 182.725 euros para los familiares del fallecido.
Los hechos, según el escrito de acusación del Ministerio Público, ocurrieron sobre las 0.36 horas del 27 de septiembre de 2020. El acusado fue comisionado por parte de la central de la Guardia Civil para dirigirse a la Plaza del Ayuntamiento de Manzanares El Real. Una vez recibido el aviso, él y otro compañero, provistos de chaleco antibalas y guantes anti corte, se desplazaron al lugar en el vehículo policial.
A su llegada, se encontraron con un individuo que “padecía de esquizofrenia paranoide y no realizaba un control adecuado de su patología y tratamiento para la misma, por lo que presentaba un estado de agitación y nerviosismo portando en cada mano una navaja de 6 cm de hoja y 6,5 cm de hoja cada una que sujetaba en alto”. Tras preguntarle los agentes qué sucedía se dirigió a ellos con expresiones amenazantes: “Hijos de puta, fuera de aquí, os voy a matar”. Dada la situación, los dos guardias civiles volvieron a su coche y solicitaron apoyo policial y la activación del servicio sanitario Summa 112 de la Comunidad de Madrid.
Minutos después se personaron diversas patrullas de la Guardia Civil, sumando un total de 12 agentes. Los efectivos policiales formaron un arco con el fin de cercar al individuo y evitar que pudiera salir en el estado de alteración en que se encontraba. Pese a ello, no cesó en su actitud y continuó en estado agresivo gritando sin cesar expresiones tales como “voy a morir matando policías”. Todo ello mientras avanzaba hacia los agentes blandiendo las navajas en alto.
Unos 30 minutos después, el agente al mando ordenó a las patrullas que colocaran sus coches a ambos lados de la plaza, momento en el que el atacante se abalanzó sobre él sin llegar a alcanzarle, ya que el guardia civil logró esquivarle. Entonces, el individuo salió corriendo por una calle adyacente mientras perseguido a pie por el acusado y otros cinco agentes de la Guardia Civil, mientras otros iniciaron la persecución en los vehículos oficiales.
Tras unos 20 metros de carrera, llegó a una plaza. “Repentinamente”, prosigue el escrito fiscal, se giró con las las navajas en alto hacia el agente, que estaba a un metro de distancia de él. El funcionario logró esquivarle y efectuó con su arma reglamentaria tres disparos disuasorios al aire.
Dos disparos en las extremidades inferiores
Inmediatamente después, el atacante, “sin cesar en su actitud,” fijó su mirada en otro agente, el cual también efectuó con su arma reglamentaria un disparo al aire con carácter disuasorio. “Los disparos disuasorios al aire efectuados, no sirvieron para que cesara en su actitud y estaba vez estaba más nervioso”, añade la Fiscalía.
Acto seguido, cuando el acusado se hallaba a una distancia de 1,60 metros aproximadamente del individuo armado con las navajas que exhibía en alto, se dirigió hacia él enfilándolo. Ante ello, el acusado efectuó dos disparos seguidos que alcanzaron las extremidades inferiores del atacante, que cayó desplomado pocos metros después como consecuencia del impacto de las balas en las dos piernas.
Las heridas requirieron intervención quirúrgica urgente del individuo en el Hospital La Paz de Madrid, “la cual sin embargo no pudo evitar la muerte del mismo acaecida el día 29 de septiembre de 2020 como consecuencia del shock hipovolémico derivado del sangrado masivo por rotura de la arteria poplítea tras la herida de bala en pierna izquierda”.