Tiene un gran agujero en el techo, pero no cae la lluvia por él: el ingenioso efecto arquitectónico del Panteón de Roma

A pesar de que no hay ninguna protección que impida la entrada de agua al interior, el edificio nunca se inunda debido a una característica muy sofisticada en su construcción

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La cúpula del Panteón de Agripa. (Wikipedia)
La cúpula del Panteón de Agripa. (Wikipedia)

Los monumentos históricos siempre tienen ‘secretos’ poco conocidos por descubrir. A veces, incluso, esos misterios están a simple vista, pero posiblemente ni siquiera nos hemos hecho la pregunta correcta. Un ejemplo de esto se encuentra en uno de los edificios romanos más famosos del mundo: el Panteón de Agripa. Y la cuestión es muy sencilla: si tiene un enorme agujero en el techo, ¿por qué no se inunda cuando llueve?

Casi 150 años después de su construcción, Miguel Ángel —uno de los primeros que se atrevió a realizar una obra con un diseño similar— dijo que este edificio tenía “un diseño angélico y no humano”. Su mayor logro es su ‘techo’: la mayor cúpula de hormigón en masa de la historia, con un diámetro de 43,44 metros, un peso de más de 4.500 toneladas y un agujero -óculo u oculus, si nos ponemos pedantes- en el centro.

Esa apertura tiene diversas funciones. Por un lado, sirve para reducir el peso total de la estructura, lo que permitió construir esta cúpula de grandes dimensiones sin comprometer su estabilidad. Por otro lado, tiene un significado simbólico: para los antiguos romanos, representaba una conexión directa entre el mundo terrenal y el divino, un ojo que se abre hacia el cielo y permite la entrada de la luz solar, creando —y aquí viene la tercera función, la práctica— un interior diáfano y bien iluminado. El problema era Sol no brillaba todos los días en Roma...

Esta es la inscripción que puede leerse en el friso del pórtico de entrada. Atribuye la construcción del edificio a Marco Vipsanio Agripa, amigo, general y yerno del emperador Augusto. El tercer consulado de Agripa nos indica el año 27 a. C. Además, Dión Casio lo encuadra2 entre las obras realizadas por Agripa en la zona de Roma conocida como el campo de Marte en 25 a. C.

Durante siglos se pensó que esta inscripción hacía referencia al edificio actual. Sin embargo, tras las investigaciones3 efectuadas por Georges Chedanne en el siglo xix se supo que en realidad, el templo de Agripa fue destruido, y que el existente actualmente es una construcción realizada en tiempos de Adriano.

El templo

Los restos descubiertos a finales del siglo xix permiten saber que el templo original guardaba pocas semejanzas con el actual. Lo que hoy es un pórtico de entrada fue originalmente la fachada de un templo períptero. La primitiva entrada se efectuaba por el lado opuesto, hacia el sur, ya que en la rotonda actual había una plaza circular porticada. Al otro lado de esa plaza se encontraba la basílica de Neptuno.

El primer templo era rectangular, con la cella dispuesta transversalmente, al igual que en el templo de la Concordia del Foro romano, o en el pequeño templo de Veiove en la colina del Campidoglio. Estaba construido con bloques de travertino y revestido en mármol. También se sabe que los capiteles eran de bronce y que la decoración incluía cariátides y estatuas frontales. En el interior del pronaos había sendas estatuas de Augusto y Agripa.

El exterior del Panteón. (Wikipedia)
El exterior del Panteón. (Wikipedia)

¿Qué se hizo entonces para evitar problemas en los días de lluvia? La solución se encontró en las leyes de la física: el pavimento de la sala circular es ligeramente curvo, con la parte central elevada en unos 30 centímetros sobre el perímetro, para que la lluvia se vaya hacia el canal de desagüe que se encuentra en todo ese perímetro. Pero eso no es todo: la verdadera causa es el llamado ‘efecto chimenea’: el oculus, gracias a su forma y a su posición, crea una corriente ascendente de aire que ayuda a vaporizar las gotas de la lluvia ligera. Cuando el agua cae de forma más abundante, hay unas rejillas colocadas debajo del agujero para ayudar con el drenaje. Por todo ello, incluso cuando llueve intensamente, solo entran unas pocas gotas al interior de la iglesia.

La historia del Panteón

El Panteón de Agripa es uno de los principales monumentos para visitar en Roma. En realidad, es la combinación de dos templos. El primero se contruyó en el año 27 a.C. como parte de la transformación urbanística del Campo de Marte, a las afueras de la ciudad, impulsada por Marco Vipsanio Agripa, cónsul y yerno del emperador Augusto. Con el paso del tiempo y de los incendios, se quedó en ruinas, hasta que fue reconstruido en el año 118 d.C., bajo el emperador Adriano.

El interior del Panteón. (Wikipedia)
El interior del Panteón. (Wikipedia)

El primer templo era clásico, rectangular y con una columnata, pero el segundo, que respetó la entrada original, incluyó la idea de una planta redonda, algo revolucionario en la arquitectura religiosa romana. No se sabe con seguridad quién fue el arquitecto responsable de esa genialidad, aunque el más probable es Apolodoro de Damasco, autor del foro de Trajano.

En la actualidad, el Panteón de Agripa, que no construyó Agripa en la forma en que lo conocemos, es uno de los edificios romanos mejor conservados, pese a que la Historia lo transformó de lugar de homenaje a los dioses romanos en Iglesia católica. También ha sido sede de la Academia de los Virtuosos de Roma y sepulcro de personalidades como el rey Vittorio Emanuele II, su hijo Umberto I y su esposa Margherita. Hoy todavía es posible casarse en su interior.

La travesía milenaria de Jordania, que aparece en la Biblia, y recorre todos los monumentos y ciudades históricas del país.
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