Las gasolineras se han convertido en un lugar propicio para ser víctimas de algún tipo de delito. En el peor de los posibles delitos, los delincuentes aprovechan el momento en el que sus víctimas, los conductores, entran al establecimiento para pagar la gasolina con la que han llenado el depósito o adquirir algo de comida, para saquear los vehículos y huir, a toda velocidad, por la autopista, sin que las autoridades puedan detenerlos en el mismo momento.
En este caso, la estafa, que ha sido detectada en Francia y que ya se está viendo por territorio español, se conoce como ‘el timo de los 5 €’. Para llevar a cabo esta estafa, los delincuentes eligen las gasolineras con autoservicio de pago, abiertas 24 horas y en las que solo se permite pagar mediante tarjeta bancaria. El modus operandi que emplean los delincuentes es el siguiente: se acercan a su víctima cuando esta va a repostar. Con la premisa de no tener tarjeta y haberse quedado sin gasolina, le pide a la víctima si puede pagarle la gasolina, a cambio de un billete de 5 euros.
Cuando la víctima acepta, la situación se torna completamente. El estafador, que ahora tiene actitudes agresivas y peligrosas, obliga a la víctima a echar más combustible del inicialmente acordado, utilizando la intimidación o la fuerza. Incluso, se han observado determinadas situaciones en las que la víctima ha sido forzada a llenar completamente el depósito de la víctima.
Desconfiar de la gente
En cualquier tipo de estafa en la que recibes una propuesta extraña de una persona desconocida, el principal consejo que dan las autoridades es desconfiar de la persona y rechazar la proposición. En el timo de los 5 euros, esta recomendación es también la más obvia. Lo más seguro es no aceptar la oferta, aunque la persona pueda parecer inofensiva. Otro consejo, si has caído en la estafa, es memorizar la matrícula del coche y recordar, con el máximo número de detalles, la descripción de la persona.
Habitualmente, este timo tiene lugar en horarios nocturnos, por lo que es recomendable evitar acudir a esta clase de gasolineras en horas en las que ya predomina la oscuridad.
Grúa que parece real, pero no es la oficial
En una estación de servicio, no solo se puede ser víctima de robo, sino de otro tipo de estafas. Una de las más sonadas es la denominada ‘estafa de la grúa’. El verano es el momento del año en el que más desplazamientos por tierra se realizan, y es una de las ocasiones donde más averías se producen en los vehículos, por no inspeccionar correctamente el vehículo, en busca de daños, antes de comenzar con el viaje. Muchas de estas averías tienen lugar en mitad de la carretera e implican que los conductores paren en el arcén o en la estación de servicio más cercana. A partir de este momento, empieza la estafa de la grúa pirata.
Tras conocer el fallo del vehículo, el conductor llama al seguro, el cual le confirma que enviará una grúa. Llega una grúa, pero no es la grúa oficial, sino la que utilizan los delincuentes, para hacerse pasar por la compañía verdadera. Entonces, la grúa carga el coche, y pide el afectado el importe de unos 70 euros, los cuales serán devueltos, posteriormente, por la compañía de seguros. Sin embargo, ese dinero nunca será devuelto, porque ya está en manos de los estafadores. Al cabo de un rato, llega la grúa enviada por el seguro, con la misma rotulación que la primera grúa; aunque, probablemente, en la escena no haya nadie.
Las medidas que están tomando las aseguradoras es proporcionar a las personas que solicitan el servicio de una grúa, los datos del operario que va a asistir, así como la matrícula de la grúa que van a mandar.