Cuando recibimos una llamada de un número que no tenemos agregado, sabemos de sobra que no es un contacto nuestro y que se trata, con toda seguridad, de una compañía que nos quiere ofrecer sus productos o servicios, o de ciberdelincuentes que pretenden suplantar a empresas u organismos —como la DGT— con tal de estafarnos económicamente. No hace falta decir que si estas llamadas nos suenan en horarios fuera del sentido común, como después de cenar, puede llegar a irritar a los receptores de dicha llamada.
Cada vez es más frecuente que, si recibimos una llamada de un número desconocido, tendamos a no cogerla porque somos conscientes de quién o qué estará al otro lado de la comunicación y a lo que nos vamos a enfrentar. Es decir, un teleoperador que, a pesar de nuestro desinterés, seguirá intentando convencernos para adquirir su producto o contratar su servicio, generando una más que posible conversación con un tono enfadado. En el peor de los casos, esta llamada spam podrá ser un mensaje pregrabado por ciberdelincuentes, en el que nos comuniquen que tenemos una multa pendiente de pagar, y esto nos creará una preocupación que, realmente, no existe.
La Ley General de Telecomunicaciones pretendía acabar con esta problemática, desde su entrada en vigor el pasado 28 de junio de 2023. Su artículo 66.1 (apartado b) establece que, como usuarios finales de los servicios de comunicación interpersonales basados en la numeración, tenemos derecho a: “No recibir llamadas no deseadas con fines de comunicación comercial, salvo que exista consentimiento previo del propio usuario para recibir este tipo de comunicaciones comerciales o salvo que la comunicación pueda ampararse en otra base de legitimación de las previstas en el artículo 6.1 del Reglamento General de Protección de Datos”.
Según el portal jurídico Devesa Abogados, el incumplimiento de la prohibición de realizar llamadas comerciales sin consentimiento constituirá una infracción leve, según el artículo 108.11, sancionada con una multa de hasta 100.000 euros. Además, el artículo 114 de la ley abre la posibilidad de que la infracción sea considerada grave, por lo que la sanción podría ascender a los 2 millones de euros. Lejos de la realidad y pese a lo dispuesto en la ley, muchos españoles siguen recibiendo llamadas comerciales no deseadas, sin haberlas autorizado previamente.
Cómo evitar estas llamadas
Además de la inscripción en la tan conocida Lista Robinson —que pretende ayudar a particulares a librarse del acoso publicitario recibido por llamadas telefónicas, SMS o correos electrónicos—, existen otras maneras en las que no es necesario proporcionar ningún dato personal, como sucede en las listas de exclusión publicitaria.
Uno de estos métodos es tan fácil como deshabilitar una función en la aplicación de Ajustes del teléfono móvil. Esta acción consiste en configurar el número de teléfono como privado. De esta manera, al realizar o recibir llamadas no se muestra el número ni datos identificativos del propietario, lo que puede reducir considerablemente la cantidad de llamadas comerciales no deseadas y de spam.
Para cambiar la configuración en tu dispositivo, ya sea Android o iOS, los pasos que debes hacer son similares: abrir la aplicación de Ajustes; seguidamente, ir a la configuración de llamadas; y, finalmente, desactivar la opción ‘Mostrar ID de llamadas’.