Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX duque de Alba, cumple 76 años este miércoles 2 de octubre. El primogénito de Cayetana de Alba heredó sus títulos nobiliarios y la mayoría de sus propiedades tras la muerte de su madre, aunque en esta década al frente de la Casa ha implementado numerosos cambios para desmarcarse de la gestión de su predecesora y abrir una nueva etapa en la institución.
El primer cambio significativo se produjo apenas un mes después del fallecimiento de su madre. Carlos delimitó que la nueva Casa de Alba estaría constituida por él y sus dos hijos, Fernando y Carlos, y que solo ellos podrían habitar en el palacio de Liria, en el centro de Madrid. Esta decisión marcó el inicio de una serie de medidas destinadas a modernizar y rentabilizar el vasto patrimonio de la Casa de Alba.
También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook
Carlos heredó de Cayetana 18 títulos nobiliarios, 10 de ellos con Grandeza de España: Duque de Alba de Tormes, Conde de Lemos, Duque de Liria y Jérica, Conde de Miranda del Castañar, Conde de Monterrey, Duque de Berwick, Marqués del Carpio, Condestable Mayor de Navarra, Conde de Osorno y Conde Duque de Olivares. Además, la duquesa le cedió en vida el 60% de su patrimonio, garantizándose así que la gestión de la Casa se concentraría en su primogénito tras su fallecimiento.
Entre los títulos que recibió Carlos de su madre, sus dos hijos recibieron dos de ellos en 2016. El duque de Alba concedió el ducado de Huéscar a su primogénito Fernando y el condado de Osorno, con Grandeza de España, a Carlos.
A diferencia de su madre, que fue conocida como “la duquesa del pueblo”, Carlos nunca se ha prodigado en medios y ha preferido mantener un perfil bajo, alejado del foco y centrado en la gestión de los negocios familiares. Esa discreción ha marcado otro de los grandes cambios de la Casa de Alba, que se ha limitado al duque y sus hijos, apartando a los mediáticos hermanos Cayetano y Eugenia.
Gestión del patrimonio
Uno de los problemas históricos de la Casa de Alba ha sido la falta de liquidez, a pesar de su incalculable patrimonio. Para abordar este problema, Carlos se rodeó de asesores y financieros con el objetivo de modernizar la Casa y abrirla al público, siguiendo el modelo de la aristocracia británica. Esta estrategia no estuvo exenta de controversias y quejas, especialmente por parte de algunos de sus hermanos.
Cayetano Martínez de Irujo, el quinto de los hermanos, expresó en su libro de memorias publicado en 2019, De Cayetana a Cayetano, que su hermano Carlos le había “quitado todo”, refiriéndose a las atribuciones que conservaba en la estructura familiar y a su sueldo. Según Cayetano, su hermano lo dejó “en la calle, sin ningún ingreso”. Además, hubo desacuerdos entre Carlos y sus hermanos por decisiones relacionadas con Euroexplotaciones Agrarias S.A., una empresa familiar que gestiona miles de hectáreas y 55.000 cabezas de ganado.
La empresa logró aumentar drásticamente sus resultados, alcanzando más de 4,5 millones de euros, según El País, tras la venta de uno de los terrenos. La junta de accionistas, compuesta por el Duque de Alba y sus hermanos, decidió reinvertir los beneficios en lugar de repartir dividendos, lo que llevó a que su hermano Alfonso vendiera sus acciones por desacuerdos con esta política. Actualmente, en los órganos de dirección de la empresa solo están el Duque de Alba, sus hijos y su hermano Fernando.
Otra decisión controvertida fue la de abrir al público la mayoría de los palacios de la familia. El primer palacio en abrir fue el de Dueñas, en Sevilla, en 2016, seguido por el de Liria, en Madrid, en 2019, aunque solo en parte, ya que se mantiene una zona privada. En este último, se inauguró una exposición sobre la moda en la Casa de Alba, comisariada por el modisto Lorenzo Caprile, que ha tenido gran éxito. También se abrió el palacio de Monterrey, en Salamanca.
El duque de Alba también tiene en mente un proyecto para reconvertir dos edificios de oficinas situados junto al Palacio de Liria en pisos turísticos. Este proyecto, que forma parte de un plan especial tramitado por el Ayuntamiento, requerirá una inversión de cinco millones y medio de euros.
Los años han demostrado la efectividad de la gestión del Duque de Alba. Sus hermanos gestionan separadamente los terrenos que les correspondieron en herencia, dedicados a la ganadería, la agricultura y las energías renovables. La mayor parte de los bienes, palacios, obras de arte y documentos históricos conforman la Fundación Casa de Alba, perteneciente a Carlos.
En estos años, se han celebrado las bodas de los dos hijos del Duque, Fernando, duque de Huéscar, y Carlos, duque de Osorno. Sus esposas, Sofía Palazuelo y Belén Corsini, representan una imagen modernizada de la nobleza del siglo XXI, convirtiéndose ambas parejas en ejemplo de estilo y elegancia.