El Partido Popular quiere llevar su cruzada contra el “sanchismo” también a Bruselas. El pasado 17 de septiembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reveló su esquema para el nuevo ejecutivo europeo, en el que la por ahora ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, se llevó el ‘premio gordo’ tras haber sido propuesta como ‘número dos’ de la Comisión. La socialista ostentará nada más y nada menos que una vicepresidencia ejecutiva de Transición Verde y la cartera de Competencia, una de las más poderosas del ejecutivo.
La designación de Ribera se justificaba por varios motivos. Por un lado, España fue uno de los pocos países que presentó a una mujer como candidata a comisaria, y Von der Leyen ha recompensado a aquellos Estados que sí cumplieron con sus demandas de paridad de género ―Finlandia y Rumanía han sido otros ejemplos―. Si bien la designación de comisarios no responde necesariamente a criterios de experiencia en un campo, Ribera sí cuenta con una amplia trayectoria en las políticas verdes, tanto en el Gobierno ―ha dirigido la cartera de Medioambiente en dos ocasiones― como fuera de la política, como funcionaria pública ―ha sido directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París―. Esto le ha dado cierto renombre dentro de la Unión Europea.
Además, este movimiento significó una forma de compensar en las negociaciones a los Socialistas Europeos, principales aliados del PPE, ante un Colegio de Comisarios mayoritariamente ocupado por los populares.
El ‘no’ incondicional de Génova
Pero en Génova insisten en que sus diputados nacionales rechazarán a la candidata socialista, contradiciendo así las instrucciones de Von der Leyen, la jefa de filas de los populares en Europa y quien propuso a Ribera. “Es una mala decisión. No estamos de acuerdo con exportar ‘sanchismo’ fuera de nuestras fronteras”, añadió el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado.
En un primer momento, Tellado manifestó únicamente el descontento de su partido, pero indicó que aun así apoyarían su nombramiento. Momentos después, fue el propio PP quien emitió una carta censurando sus palabras e indicando que sus eurodiputados rechazarían a Ribera.
El 1 de noviembre comenzará a funcionar el órgano ejecutivo de la Unión, pero todavía quedan varios pasos. Y el histórico nos ha enseñado que algunos comisarios pueden quedarse en el camino. El Colegio de Comisarios, una vez comparezca cada uno con las comisiones competentes del Parlamento, debe ser aprobado o rechazado por el Parlamento Europeo a finales de octubre.
Un ‘tiro en el pie’ para los Populares Europeos y el caso Buttiglione
Gabriel Martín, profesor en la Universidad Complutense especializado en Derecho de la UE, subraya que al colegio de Comisarios se le vota en su conjunto, no individualmente. “El Parlamento lo único que puede hacer es presentar objeciones contra alguno de los comisarios”, explica. El profesor recuerda el caso de la propuesta del primer ministro italiano Silvio Berlusconi para designar como comisario al que fuera ministro en su gabinete, Rocco Buttiglione, en 2004. El italiano, católico, confidente y amigo cercano del Papa Juan Pablo II, afirmó en su audiencia de confirmación en el Parlamento Europeo que la homosexualidad “era un pecado” y que las mujeres “estaban mejor casadas y en casa”.
Fue entonces cuando un sector de la Eurocámara presentó una objeción, que fue atendida por el primer ministro italiano. Al día siguiente, Berlusconi retiró la candidatura de Buttiglione, convirtiéndose en el primer comisario europeo en caer ante el Parlamento.
Si, cuando llegue el día de las votaciones, los 22 eurodiputados del PP nacional ignoran las instrucciones del PPE y optan por el ‘no’, lo que realmente estarían votando es el rechazo a todo el Colegio de Comisarios. “Sería una incongruencia que el PP nacional votase en contra de un Colegio mayoritariamente formado por miembros del PPE”, afirma Martín.
El comisario Cañete y el ‘no’ del PSOE
Que la política nacional se entrometa en la europea no es nuevo. Ya ocurrió en 2014. Por entonces gobernaba en España Mariano Rajoy. Esta vez ocurrió a la inversa, cuando el presidente del Partido Popular propuso a Miguel Arias Cañete como comisario de la UE y la delegación socialista española adelantó que votaría en contra, independientemente de lo que hiciesen sus colegas comunitarios. “Los socialistas españoles vamos a votar ‘no’ a Cañete como comisario europeo”, afirmó la líder del PSOE en el Parlamento Europeo, Iratxe García.
No obstante, hay que destacar que las razones de los socialistas por aquel entonces no iban contra el presidente Rajoy. “[En alusión a Cañete] Le cuestionan en la mayoría de los grupos políticos y en todos los países por sus conflictos de intereses, por sus declaraciones machistas y por sus políticas en materia de lucha contra el cambio climático”. Pese a ello, Arias Cañete fue elegido finalmente comisario europeo, gracias al apoyo de gran parte del grupo socialista europeo.