“Los bancos están que lo tiran”, exclama un analista ante el aumento de dividendos ofrecidos por la banca a sus accionistas, y no es para menos. Han incrementado este año la retribución a sus inversores con unos dividendos que, en algunos casos, baten récords. Su generosidad se deriva de los beneficios históricos que están teniendo, acompañados por unos sólidos fundamentales marcados por el exceso de liquidez y solvencia, por la caída del saldo de dudosos y por el aumento de la demanda de crédito impulsada por el crecimiento de la economía española y los tipos de interés a la baja.
En este escenario, “tiene todo el sentido que ahora los bancos sean generosos con sus accionistas después de haber pasado más de una década con unas condiciones operativas muy desfavorables, con tipos de interés cero, cumpliendo con medidas estrictas para cubrir solvencia y riesgos y retribuyendo a los inversores la mayor parte de las veces mediante scrip dividends”, afirma Antonio Castelo, analista de iBroker.
Esta subida del dividendo también se explica porque los bancos tienen establecidos un ‘payout’ -parte del beneficio neto que reparten a sus accionistas- que ronda entre el 40% y el 60% y al aumentar los beneficios se mejora en la misma medida la remuneración a los inversores.
BBVA bate récords
Uno de los más espléndidos es BBVA, que acaba de anunciar que pagará el próximo 10 de octubre el mayor dividendo a cuenta de su historia consistente en 29 céntimos de euros brutos por acción, un 81% más que un año antes. Repartirá cerca de 1.700 millones de euros en efectivo entre sus accionistas.
También Banco Santander mejorará su retribución a cuenta de sus beneficios de este año. Pagará un primer dividendo en efectivo de 10 céntimos de euros por acción a partir de noviembre, lo que supone un incremento del 23% respecto al mismo dividendo del año pasado. Como remuneración a cuenta de la primera mitad de este año sus accionistas recibirán 3.050 millones de euros y el importe total para todo el ejercicio alcanzará los 6.000 millones de euros.
Por su parte, CaixaBank ha iniciado este verano un programa de recompra de acciones por 500 millones de euros. El banco estableció en su Plan Estratégico 2022-2024 repartir entre sus inversores 9.000 millones de euros entre dividendos en efectivo y recompra de acciones. Pero a principios de año decidió aumentar hasta los 12.000 millones su retribución.
El cuarto grande, Banco Sabadell, no quiere quedarse atrás y ha anunciado este mes que pagará un dividendo a cuenta en efectivo de 8 céntimos por acción el próximo 1 de octubre, lo que representa una rentabilidad de más del 4% sobre el precio de cotización actual.
De este modo, la entidad desembolsará un total de 429 millones de euros este año, un 33% más que los dos dividendos en efectivo pagados con cargo a los resultados del ejercicio 2023. Prevé remunerar a sus accionistas con un total de 2.900 millones de euros con cargo a los ejercicios 2024 y 2025, equivalente a 53 céntimos de euro por acción.
BBVA y de Sabadell utilizan la subida de sus dividendos como reclamo para atraer a nuevos inversores y mantener a los que ya tienen con el objetivo de ganar músculo ante la opa que el banco vasco ha lanzado al catalán.
A juicio de Sergio Ávila, analista de IG, “el que los bancos estén ofreciendo dividendos históricamente altos es el reflejo de su sólida recuperación financiera”. Argumenta que “la recuperación de la rentabilidad y el fortalecimiento de sus balances les permiten distribuir mayores beneficios a sus accionistas, haciendo sus acciones más atractivas para inversores”.
Sin embargo, advierte que “el sector bancario es cíclico y está regulado, por lo que los dividendos pueden variar según la situación económica global, y aunque el aumento es positivo, es importante considerar estos factores antes de comprar acciones de la banca”.
La banca, a la cabeza del IBEX-35
A pesar de esta regulación, los analistas creen que el incremento de la retribución por parte de los bancos se ha convertido en un importante señuelo para que los ahorradores apuesten por la inversión por dividendos. Cualidades no les faltan: proporcionan una rentabilidad a corto plazo, ya que representan una entrada de efectivo inmediata para los inversores. Además, complementan la revalorización de las acciones a largo plazo y son una señal de solidez financiera de la empresa.
“Actualmente, el sector bancario es uno de los más atractivos para el inversor que quiera lograr una elevada rentabilidad por dividendos”, indica Juan José Fernández-Figares, director de Gestión Instituciones de Inversión Colectiva de Link Securities.
Además, la banca este año cotiza al alza en Bolsa. De las diez empresas del IBEX-35 que más se revalorizan este año, cuatro son bancos: Sabadell, lidera el selectivo con una subida en el momento de realizar este artículo del 72%; CaixaBank ocupa el segundo lugar del ranking con un 46% de escalada; Bankinter está en cuarta posición, con un 38%, y Unicaja ocupa el sexto lugar con una revalorización del 29% este año.
Los grandes gustan a los analistas
Sobre el banco más atractivo para los analistas en el que invertir ahora, las apuestas mayoritarias se dirigen a los grandes: “Nos gustan CaixaBank y Santander. También el BBVA, aunque la falta de visibilidad con relación a la opa sobre Sabadell nos hace ser algo más precavidos a la hora de tomar posiciones en la entidad”, señala Fernández-Figares.
También Castelo apunta a CaixaBank, ya que “tiene todavía margen para subir y probablemente seguirá mejorando sus resultados”. También le parece atractiva la acción de Sabadell, “pero debido a la opa en marcha entendemos que ya está prácticamente en precio, salvo que sorprenda muy positivamente con sus próximos resultados obligando a los analistas que siguen al valor a mejorar sus previsiones”.
En cuanto a los bancos globales, “preferimos a Santander sobre BBVA ya que a este último le puede seguir penalizando el proceso de opa sobre Sabadell”, señala Castelo.
El analista de mercados Javier Cabrera, se muestra más precavido y considera que la banca está en la parte alta de su ciclo, por lo que “debería comenzar a ver cómo se deterioran sus resultados a partir de la mitad del 2025. Esto se debe a las bajadas de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales”.
No obstante, añade que es probable que si la inflación sigue contenida, el BCE pueda acelerar su ciclo de bajadas, “por lo que podría verse compensado por un aumento del crédito”. Pero “la velocidad a la que se realicen las bajadas será fundamental y pensamos que no compensará el aumento de la demanda de crédito con la caída del margen de clientes”.
A los bancos les ‘resbala’ el recorte de tipos
Por el momento y contra todo pronóstico, los bancos permanecen inmunes a la bajada de tipos del interés por parte del eurobanco: “El impacto en los márgenes financieros va a existir, pero va a ser menor que en otras ocasiones cuando el BCE bajó los tipos de interés, ya que los bancos no están remunerando sus cuentas de pasivo”, argumenta Fernández-Figares.
Opina que el descenso de los tipos de interés debe animar la demanda de crédito y mantener controlada la morosidad lo que beneficia a los bancos. “Todo ello servirá para que los bancos compensen la caída de sus márgenes financieros con más volumen de negocio y con menos provisiones por insolvencia siempre que la economía aguante, como se espera”.
Castelo también apunta a que “aunque pueda parecer un contrasentido”, la banca podría verse beneficiada de la bajada de tipos, ya que aunque “supondría un estrechamiento en sus márgenes, estas entidades podrían ver incrementado su volumen de negocio al aprovechar empresas y particulares la posibilidad de obtener una financiación más barata”. Incide en que “no podemos olvidar que los bancos han sobrevivido a más de una década de tipos de interés cero y tienen experiencia en vivir en entornos difíciles.