Las principales potencias mundiales se encuentran en una escalada proteccionista para defender a sus respectivas industrias nacionales a costa de dificultar las importaciones de productos extranjeros, lo que ha conllevado un aumento de las acciones de defensa comercial desde 2023. No todas las medidas antidumping, antisubvenciones y de salvaguardia tienen el mismo impacto económico, pero la cantidad que cada territorio aplica a otros es ya una declaración de intenciones. Los datos publicados esta semana por la Comisión Europea revelan que las posturas de algunos países son más duras de lo que se intuye.
Según el 42º informe de la UE en materia de defensa comercial, EEUU aplica 12 medidas contra las importaciones de productos españoles y se sitúa a la cabeza en el ranking, por delante de países como Indonesia (con nueve), Turquía (cinco), China (cuatro) e India (cuatro). La mayor parte de las acciones de EEUU son antidumping, aquellas que se adoptan al considerar que determinados productos importados son vendidos a precios deslealmente bajos en comparación con el precio que se aplica en el mercado del propio país. Según explica la Organización Mundial del Comercio (OMC), las medidas de este tipo suelen consistir en incrementar los aranceles al producto en cuestión con el fin de que el precio de importación se aproxime al “valor normal” y se desincentive así la compra al extranjero.
Sin embargo, las medidas más dañinas para el libre comercio son las de salvaguardia, que consisten en restringir temporalmente las importaciones de un producto solo con el argumento de que amenaza a la industria nacional. Indonesia es el país que más uso hace de este método contra los productos españoles a través de nueve medidas, aunque Turquía también ha adoptado tres. El estudio se refiere a las medidas vigentes a fecha del 31 de diciembre de 2023, por lo que aún no están incluidas las nuevas aprobadas durante 2024 ni las que potencialmente se puedan aprobar en los próximos meses por parte de, por ejemplo, China.
Entre los productos afectados por medidas antidumping de EEUU se encuentran las aceitunas negras, la chapa de aluminio y las torres eólicas, entre otros. En febrero de 2024, la OMC se volvió a pronunciar a favor de la Comisión Europea en el litigio sobre las aceitunas negras españolas respaldando los argumentos europeos y ratificando que las medidas de EEUU, implantadas desde 2018, son incompatibles con las normas de la organización internacional, pero el país se niega a retirarlas por el momento.
Desde China también hay fijadas medidas antidumping para determinados productos de hierro y acero; la chapa de acero inoxidable y varios compuestos químicos (el meta-Cresol y el Fenol) fabricados en España. Por otra parte, algunos de los productos que España no puede exportar a Indonesia son cortinas; persianas; prendas de vestir; papel de fumar y baldosas de cerámica y en Turquía está vetado un tipo de polietileno, además de otros dos productos.
Si China termina vetando o elevando los aranceles a determinados productos porcinos y lácteos europeos en el próximo año, la decisión perjudicará especialmente a España. Es el país que más exporta carne de cerdo a nivel mundial (domina casi el 18% de la cuota de mercado de este producto) y China es el principal comprador. Por el momento, la Comisión Europea ha denunciado ante la OMC la investigación china contra los lácteos europeos, pero no ha actuado con el porcino.
La UE se protege con más acciones de defensa comercial de las que recibe
Las medidas de defensa comercial contra la UE han aumentado en 2023 y alcanzan las 176 (170 en 2022), procedentes fundamentalmente de EEUU (38), China (18), Turquía (18), Brasil (11) e Indonesia (11). No obstante, los países comunitarios aplican más acciones de este tipo de las que reciben, un total de 182 en 2023 (frente a 177 en 2022). El principal destinatario es China, con mucha diferencia respecto al resto, al enfrentarse a 82 medidas, mayoritariamente antidumping, pero también compensatorias (para contrarrestar los efectos de subvenciones estatales desleales sobre los mercados).
La Comisión Europea defiende sus acciones argumentando que sirven para proteger a las empresas europeas y a 493.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero. Resalta además en el informe que actualmente aplica 53 medidas más que en 2018, lo que permite proteger a 128.000 empleos más. Estos puestos de trabajo abarcan varios sectores, como los del acero, la cerámica, el aluminio, la fabricación de bicicletas y “productos vitales para nuestra transición ecológica”, como las torres eólicas, y para la transición digital, como las fibras ópticas.
Subsidios contra el libre comercio
En paralelo a estas represalias comerciales cruzadas, todas las grandes potencias están aplicando potentes subvenciones públicas a sus tejidos productivos con motivo de la pandemia y la crisis energética. La base de datos elaborada por Global Trade Alert refleja este auge proteccionista y su análisis revela que los países de la Unión Europea tienen activas 6.071 subvenciones “dañinas” para el libre comercio, según califican los autores del registro suizo. China cuenta con más ayudas perjudiciales activas, 6.952, y Estados Unidos, principal impulsor del libre comercio y la globalización, registra otras 5.228.
Lo paradógico es que muchas de las subvenciones existentes en la UE terminan perjudicando a otros estados miembros por las imperfecciones del mercado común y la potestad de cada país para aprobar sus propias ayudas. Un ejemplo claro es la distribución de la PAC.