No es la primera vez ni será la última que México pida a España que se disculpe por los agravios y abusos que se cometieron durante la Conquista de América hace más de 500 años. Pero según el presidente mexicano, López Obrador, el hecho de que España siga negándose a pedir ese perdón solo demuestra la “prepotencia” de una nación que perpetúa un desagravio histórico hacia los mexicanos. Y es por eso que, en ocasión de la toma de posesión de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se decidió excluir al rey Felipe VI por no haber ni siquiera contestado a una carta de 2019 en la que el propio AMLO pedía que se empezara a trabajar en una reconciliación.
“¿Qué les cuesta ofrecer una disculpa?”, insistió el miércoles; “No es un asunto personal, sino de respeto a los pueblos”, afirmó el mandatario mexicano. Hay otros que ya lo han hecho, como Francia por sus crímenes de guerra en Argelia o Países Bajos a Indonesia por el asesinato de miles de habitantes durante la ocupación colonial. En la ya citada carta de 2019, López Obrador planteaba organizar una “ceremonia conjunta al más alto nivel” y que “el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados” durante la Conquista.
Sin embargo, el asunto en España genera más estupor y desconcierto que indignación. Muchos lo consideran un movimiento populista para seguir apelando a los votos del electorado de AMLO y aunque haya quien defiende que la petición de México genera una llamada a la reflexión, no parece que se vaya a traducir en mayores pasos a nivel diplomático.
Pero, de nuevo, la cuestión del perdón no se ha quedado en el estudio de la historia, sino que ha saltado rápidamente a la política e involucrado, en esta ocasión, también a la institución de la Corona. El Gobierno hizo llegar una queja formal a México el martes por no invitar al rey a la toma de posesión de Sheinbaum, ese mismo martes antes de hacer público su comunicado anunciando la decisión de no enviar representación al evento por esta “exclusión inaceptable”. Si irá, sin embargo, Irene Montero, eurodiputada y líder de Podemos.
Según ha adelantado este viernes El País y han confirmado posteriormente fuentes diplomáticas a Europa Press, el embajador mexicano en Madrid, Quirino Ordaz, fue convocado al Ministerio de Exteriores para hacerle llegar una queja formal por esta cuestión. Al mismo tiempo, el embajador de España en México, Juan Duarte, acudió personalmente a la Cancillería mexicana para hacer entrega de una nota verbal, como se denomina en la jerga diplomática al documento por el que un país comunica a otro su postura respecto a alguna cuestión.
En dicha nota verbal el Gobierno hacía hincapié en que como jefe de Estado, el Rey es quien “asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales” y recordaba que este había asistido a todas las tomas de posesión de mandatarios mexicanos, incluido el actual, Andrés Manuel López Obrador.
En este sentido, tras defender la necesidad de que España estuviera representada al más alto nivel para la ocasión dadas las profundas relaciones entre los dos países y una vez “agotados todos los cauces para transmitir respetuosamente” que debía ser el Rey quien estuviera el 1 de octubre, el Gobierno notificaba que “no habrá ninguna representación” por parte española el próximo 1 de octubre.
Un día antes se había producido una conversación telefónica entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Sheinbaum, de la que Moncloa no había informado y que solo se conoció porque la presidenta electa desveló su existencia el miércoles. Preguntado por la misma, el jefe del Ejecutivo eludió entrar en detalles por “discreción”.
Esa llamada había sido el último intento, tras otros previos por vía diplomática, para tratar de hacer cambiar de opinión al Gobierno mexicano, que había optado por invitar para la ocasión a Sánchez, tal y como desveló el miércoles la propia Sheinbaum, una vez que a última hora del martes el Ministerio de Exteriores publicó su comunicado haciendo pública la exclusión de Felipe VI y anunciando que España no enviaría representación.
Los historiadores lo tachan de “delirio” y “absurdo”
Varios historiadores, por ejemplo, tachan de “delirio” y “absurdo” que España tenga que pedir perdón a México por la Conquista de América. Ante la polémica generada, el catedrático y miembro de la Real Academia de la Historia Enrique Moradiellos explicaba a Europa Press que “los Estados tienen relaciones en calidad de Estados y no de personas, ni individuos, ni particulares”. “Insultar o denigrar o menospreciar al jefe de Estado de un país es un hecho verdaderamente inédito y sorprendente”, subraya.
A su juicio, no invitar a un jefe de Estado a la toma de posesión de otro “indica un acto de hostilidad y de resentimiento que dice más de quien lo provoca y hace, que de quien lo recibe”.
El catedrático Fernando del Rey, Premio Nacional de Historia 2020, considera que “esto es un absurdo” y cree que “es una reminiscencia de la leyenda negra que se podría aplicar a cualquier imperio y que se podría aplicar a la propia historia de México”. “¿Tendrían que pedir los políticos perdón por los crímenes aberrantes de los aztecas con otras minorías étnicas?”, ha planteado.
En su opinión, “es un gesto populista para atraer votos y es absurdo que entre dos países hermanos la clase política plantee esa división”. “Entre otras cosas, si hablamos en términos étnicos, los gobernantes no parecen descendientes de los indígenas. Parecen más bien descendientes de las élites criollas, que fueron las que lideraron el proceso independentista”, afirma.
El Premio Nacional de Historia puntualiza también que “a veces se olvida que en muchos de estos procesos la población indígena, precisamente, es la que más fiel se mantuvo a la Corona española porque encontraban protección frente a las élites criollas locales”.
Del mismo modo, el historiador y crítico literario José Carlos Mainer ve “un poco tonto” discutir el asunto “a estas alturas”. “Es evidente que España conquistó América en unas condiciones que eran las de la época, pero también es verdad que repetidas veces se ha hecho manifiesto una fraternidad con México de muy distinto signo”, asegura.
José Luis Corral, también historiador, profesor de universidad y escritor español, califica la situación de “desastre antidiplomático” y considera que “pedir perdón en el tiempo histórico es absurdo”. “Yo no tengo que pedir perdón por lo que hizo un español de mi ciudad”, manifiesta. Agrega que “ninguno de los españoles actuales estuvo en la conquista de América hace 500 años, entonces no son responsables de lo que ocurrió”.
“En todo caso, ¿a quién hay que pedir perdón? ¿A aquellos indígenas que fueron conquistados? ¿A sus descendientes? ¿O al señor Obrador y a la señora presidenta electa?. Esto es un cachondeo”, explica.
Finalmente, el historiador indica que “la España actual no tiene que pedir perdón a nadie”. “Pedir perdón 500 años después es absurdo, porque si no tendrían que pedir perdón los romanos por invadir a los celtíberos y por haber destruido Numancia”, zanja.
#ConferenciaMañanera. Lee @lopezobrador_ la carta original de marzo de 2019 dirigida a Felipe VI, Rey de España, donde se le solicita que “el Estado español ofrezca las disculpas” por los excesos ocurridos durante la Colonia. pic.twitter.com/T3lxpe92P6
— Jenaro Villamil (@jenarovillamil) September 26, 2024
Desde el lado mexicano invitan a España a participar en una una “reunión de desagravio” para aparcar discrepancias históricas, que es lo que ha pedido estos días la ministra de Exteriores de México, Alicia Bárcena. Estas ceremonias de desagravio, ha explicado, se celebran cuando se descubren ruinas, ya que implica entrar en tierras y culturas ancestrales.
Y aunque ha confirmado que en el marco de la cumbre de la ONU ha mantenido contactos con Pedro Sánchez y con su homólogo español, José Manuel Albares, con quienes ha dicho mantener “excelentes” relaciones, Bárcena ha incidido en que esta polémica “no es un tema reciente” y ha señalado que en la misiva de 2019 lo que se hacía era “invitar” al Gobierno español y al monarca a “conversar”.
Feijóo ve “lógica” la reacción de Sánchez, pero critica la doble vara de medir por Milei
La exclusión al rey ha puesto de acuerdo incluso al Gobierno con la oposición. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, consideró “lógica” la reacción de Sánchez, pero le afeó su doble vara de medir tras su actuación en la crisis con Argentina, donde llegó a retirar el embajador tras las declaraciones del presidente del país, Javier Milei. Dicho esto, ha anunciado que hará llegar a la nueva presidenta el libro Nada por lo que pedir perdón, la obra de Marcelo Gullo Omodeo.
“Se lo haré llegar en defensa de nuestro legado, nuestra dignidad y nuestro jefe del Estado”, ha asegurado antes de continuar con una crítica al “enésimo conflicto diplomático” del Gobierno de España y considerar los movimientos de Obrador y su sucesora “una provocación inaceptable”.
No ha pasado lo mismo en el caso de la excaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien sí pidió perdón en un acto en México. “Hay que eliminar la arrogancia que desgraciadamente nos ha caracterizado durante siglos de colonialismo. Les pido disculpas como europea y como española, creo que es necesario hacerlo. Creo que ha habido demasiada arrogancia y la arrogancia tiene un problema; uno, que es mal educada, no es bienvenida, pero aparte de que es de trato desigual, es una estupidez, porque cuando alguien es arrogante se pierde la oportunidad de aprender y aquí en México hay muchísimo de lo que aprender, yo por ejemplo lo he hecho como activista social y también como alcaldesa”, apuntó la líder de Barcelona En Comú.