La caída de la oferta de viviendas en alquiler en España está motivada por diversas causas entre las que destaca que los arrendadores desconfían de los posibles inquilinos. Un 40% teme que no les paguen las rentas, que lleven a cabo destrozos en la vivienda o que la acaben ocupando, según recoge el informe Experiencia en alquiler en 2024 elaborado por los técnicos de Fotocasa.
Otro motivo que esquilma la oferta de casas en renta es “no tener garantías sobre la recuperación de la vivienda”, apunta María Matos, directora de estudios y portavoz de Focosasa. En estos momentos, “la falta de seguridad jurídica y legislativa existentes, sumada a la poca profesionalización del mercado del alquiler generan obstáculos para que la escasa oferta disponible de vivienda en renta aumente o se mantenga en el mercado”, incide la experta.
Los que sí se atreven a arrendar lo hacen, en primer lugar, por motivos económicos, ya que para el 64% de estos propietarios alquilar supone una fuente importante de ingresos. Sobre todo después de las subidas que han experimentado las rentas en el último año. Se han incrementado un 9,8%, hasta pagarse el metro cuadrado a 13,1 euros de media, según el último informe de precios publicado por idealista.
En las grandes capitales los precios se han disparado a doble dígito, liderando los avances Palma, donde han subido los últimos 12 meses un 17,8%, seguida por Valencia, con el 16,5%, y Madrid, con un 14,3%.
Otra de las razones para el 38% de los arrendadores que les motiva a poner sus pisos en renta es que prefieren que estos estén habitados, aunque este factor sigue lejos del 43% de 2022.
Mejor alquilar que vender
Los dueños de inmuebles que prefieren arrendarlos a venderlos lo hacen, principalmente, por la rentabilidad que les genera y que no ofrece ningún otro producto de inversión. Así, la rentabilidad bruta de la compra de una vivienda para ponerla en el mercado del alquiler ha crecido durante el segundo trimestre de este año hasta el 7,5%, según datos de idealista. Estos retornos casi duplican, en el peor de los casos, las tasas que ofrecen los Bonos del Estado a 10 años que apenas superan el 3%.
También argumentan que la vivienda supone una fuente de ingresos que les ayuda a financiar el pago de la hipoteca, factor que cuenta con el apoyo del 27% de los consultados.
El tercer motivo que les lleva a alquilar en vez de vender es mejorar su vivienda actual, razón expuesta por el 17% de los arrendadores. Otra de las causas es haber recibido esa vivienda en herencia. Este es el caso del 15% de los encuestados.
Negociar las rentas
En este nuevo escenario del mercado inmobiliario, otro factor a destacar es que una de cuatro personas que ha alquilado una vivienda para vivir en el último año ha negociado el precio de la renta, en concreto el 24%, lo que supone un descenso en comparación con 2022 y 2023, cuando lo hicieron el 29%. De ellos, el 57% consiguió rebajarlo, y en su mayoría, el 68%, logró un recorte de hasta el 10%. Mientras que un 23% consiguió una rebaja que osciló entre el 10% y el 15%.
A juicio de María Matos, “el descenso de cinco puntos porcentuales en la negociación del precio de la renta refleja la tensión existente en el mercado del arrendamiento debido al gran desequilibrio entre oferta y demanda. Cuanta más presión ejerce la demanda por alquilar sobre las pocas viviendas disponibles, el precio fijado por el propietario muestra una menor tendencia de rebajarse. En estos momentos, hay más de 27 potenciales inquilinos esperando por cada vivienda ofertada. Una cifra de interesados que se eleva al doble en ciudades como Madrid o Barcelona “, comenta la experta.