La red Voces feministas por los Derechos, formada por personal académico, investigadoras y activistas, ha mostrado su preocupación por el reciente informe en el que el Ministerio de Igualdad cifraba en 114.576 las mujeres que ejercen la prostitución en España y 92.496 las que podrían estar en riesgo de trata con fines de explotación sexual, al considerar que estos datos “carecen de rigurosidad científica”. El análisis, “pionero” en España y Europa según informó el departamento que dirige Ana Redondo, se hizo sobre más de 654.000 anuncios publicados en internet y concluyó que el 0,56% de las mujeres mayores de 18 años está en contextos de prostitución.
“Desgraciadamente, atestiguamos la instrumentalización política de ciertas problemáticas y hechos sociales por parte de algunos partidos hasta comprometer algunos de los principios más básicos de la ciencia y acabar perjudicando y abundando en el estigma de los colectivos más vulnerables”, ha expresado el grupo de profesionales de más de 20 universidades en un comunicado.
Para evaluar el riesgo y el riesgo alto de trata, Igualdad analizó elementos como la novedad, la disponibilidad, el rasgo de personalidad, las fotos que se incluyen en los anuncios y los servicios que se publicitan, tal y como informó la ministra el pasado 17 de septiembre. Sin embargo, la red asegura que para poder obtener unos datos más precisos y cuantificables sobre prostitución, el ministerio debería haber utilizado los indicadores que se desprenden de los protocolos de Naciones Unidas, al igual que debería “haber acudido a las redes especializadas de investigación, entidades colaboradoras y a las propias organizaciones de trabajadoras sexuales organizadas”.
A la espera de disponer del informe completo, que se publicará en octubre, Voces feministas por los Derechos cree que el análisis de publicidad es útil, pero sostiene que “no puede ser representativo de la actividad real de la industria sexual”.
“El contenido de los anuncios a menudo es adaptado a las necesidades de quienes ofrecen servicios sexuales. Ni la edad, ni la procedencia, ni la ‘novedad’, ni un sinfín de otras características sociodemográficas pueden ser consideradas hechos objetivos cuantificables que sirvan para generar un mapa de la realidad de las personas que ofrecen servicios sexuales remunerados. Ni siquiera un anuncio corresponde necesariamente a la persona que se muestra y muchas personas no se muestran solo en un anuncio”, aseguran. Mapear el fenómeno utilizando exclusivamente esta metodología, añaden, “es un insulto a la ciencia social”.
Racismo y discriminación
También aseguran que para valorar si una persona está en situación de trata, “desde la investigación y la intervención social se presta atención a circunstancias tales como si a esa persona se le ha sustraído su documentación, no si ofrece un servicio completo en lugar de un masaje”. En cuanto al indicador de “exotismo”, aseguran que “resulta absolutamente bochornoso, no solo por la grave negligencia metodológica, sino porque visibiliza el racismo y la discriminación como base ideológica del ‘estudio’”.
El grupo de investigadoras también critica que no aparezca “la autoría y la cobertura institucional del trabajo”, cuando todo proyecto de investigación científica “da este tipo de información”.
Por último, Voces feministas por los Derechos tilda de “sorprendente” que la cifra del 80% de potenciales víctimas de trata “coincide casualmente con la que suele ofrecerse desde los discursos abolicionistas, pero se contradice y aleja sobremanera de la dispuesta en los informes y estudios producidos desde instituciones cercanas al terreno o de la propia academia”, que teniendo en cuenta las dificultades para tener una cifra real en España, hace estimaciones en contextos y momentos concretos que se remiten a cifras en torno al 10 y 30%.