El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso utiliza como santo y seña del liderazgo económico de la Comunidad de Madrid los datos de inversión extranjera en la región. Y aunque es cierto que esta variable es la más alta de España, ¿sirve realmente para medir el éxito de su modelo liberal? Un estudio de CC OO Madrid, presentado este miércoles, refleja que la recepción de flujos de inversión foránea “no implica automáticamente una transformación productiva del tejido empresarial, mayores oportunidades laborales para las personas trabajadoras residentes, o un crecimiento económico acorde a los niveles de capital recibidos”.
El estudio analiza la inversión exterior directa (IED) que ha llegado a la Comunidad de Madrid entre 2019 y 2023 (lustro en el que Isabel Díaz Ayuso lleva gobernado) definiendo como IED “aquellas operaciones mediante las cuales el inversor pretende conseguir un control o influencia en la dirección y administración de una empresa que opera fuera del territorio en el que reside”. Estamos hablando de 105.300 millones de euros, lo que supone una media en este periodo del 8,6% del PIB regional. En este periodo de cinco años, 65 de cada 100 euros extranjeros desembarcaron en Madrid.
En 2021, por ejemplo, la IED fue de 24.200 millones de euros, representando el 10,2% del PIB de la comunidad. Sin embargo, la compra del 51% de Cobra (Grupo ACS) por parte de la francesa Vinci; el 11% de Naturgy por el fondo australiano IFM; y el 99% de Burger King España por el fondo británico Cinven aportaron una IED equivalente al 5% del PIB, la mitad. “Como podemos ver, una parte significativa de la IED recibida en Madrid se debe a operaciones de compraventa de acciones de grandes empresas, sin que el cambio de propiedad se traduzca necesariamente en cambios productivos”, matizan desde CCOO.
Y es que, según el sindicato, “a la hora de analizar e interpretar los datos relacionados con la ‘Inversión Extranjera Directa’ también debemos tener en cuenta que la comunidad autónoma donde se encuentra el domicilio social de la empresa puede no coincidir completamente con la ubicación de su actividad. Esta circunstancia, efecto sede, influye en la atribución de los flujos de IED a la región madrileña, ya que la actividad real de la compañía puede realizarse mayoritariamente en otros territorios”.
El 50% de IED, en siete sectores de actividad
Cabe destacar que a lo largo de estos últimos cinco años el 50% de la IED se concentra en solo siete ramas de actividad: telecomunicaciones (10,1%); suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire (9,5%); comercio al por mayor e intermediarios del comercio (7,0%); actividades inmobiliarias (6,6%); servicios financieros, excepto seguros y fondos de pensión (6,3%); actividades auxiliares a los servicios financieros (5,3%) y actividades de construcción especializada (5,1%). Ese efecto sede, asegura CC OO, influye en que la Comunidad de Madrid haya absorbido más del 90% de la IED en los sectores de coquerías y refino de petróleo (99,1%), las actividades de construcción especializada (94,1%), el transporte aéreo (99,1%), las actividades de programación y emisión de radio y televisión (99,7%) y las telecomunicaciones (93,7%).
CC OO habla de desequilibrios cuando analiza el “impacto limitado” que la IED ha generado en la Comunidad de Madrid en materia de oportunidades laborales. “Hay una gran disonancia”. ¿En qué? Madrid, canalizando el 72,2% del total de la ‘IED’ recibida en el conjunto de España, solo produce el 30,9% del empleo consecuencia de esa inversión extranjera. En cambio, Cataluña, con solo el 9,8% de IED, genera el 20,6% del empleo; y Andalucía, con el 2,3% de IED, se traduce en el 10,1% de puestos de trabajo. El 81,1% de los empleos directos generados por la IED en la Comunidad de Madrid estaban relacionados con el sector servicios. En términos absolutos, “el stock medio anual de empleo directo asociado a la IED en la Comunidad de Madrid asciende a 535.900 puestos de trabajo, lo que representa el 30,9% del total estatal”
Otro factor de desequilibrio es lo que se llama ‘Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE)’: empresas establecidas en España con el objetivo de poseer participaciones de sociedades extranjeras. Funcionan como herramientas instrumentales para optimizar fiscalmente las operaciones dentro de un mismo grupo empresarial, “lo que implica a menudo estrategias de elusión fiscal. Por ello, las operaciones de ETVE carecen de efectos económicos directos en el territorio donde se asientan”, explican desde el sindicato. Durante este último quinquenio (2019-2023), el 13,5% del total de la IED recibida por la Comunidad de Madrid hacía referencia a operaciones de ETVE (14.200 millones de euros), una cifra notablemente superior al promedio del resto de comunidades autónomas (5,4%). Las operaciones de ETVE provienen esencialmente de Costa Rica (27,0%), Países Bajos (12,8%) y Luxemburgo (11,8%). Estos tres países concentran más de la mitad de las inversiones de ETVE (51,6%).
Inmovilizado material
Otro indicador que nos muestra, según CC OO, la sobrevaloración de los efectos de la IED en la Comunidad de Madrid es la “posición Inversora de las empresas extranjeras a partir de la ubicación real de su inmovilizado material”. Este elemento contable aporta una perspectiva más precisa de dónde se realiza efectivamente y donde desarrolla la empresa su actividad productiva, “al considerar el conjunto de bienes físicos que forman parte del patrimonio de la empresa: terrenos, edificios, cadenas de montaje, maquinaria, equipos de transporte, mobiliario... que una empresa utiliza en el desarrollo de su actividad”. Cataluña es el territorio con una mayor disposición de inmovilizado material a lo largo de los últimos cinco años. De media, el 21% del inmovilizado material total de empresas extranjeras se ubicaba en Cataluña, a pesar de haber recibido el 9,8% de los flujos de inversión durante el mismo periodo. En cambio, el inmovilizado material ubicado en la Comunidad de Madrid solo representa el 19,9%. “Esta realidad contradice, de nuevo, la idea de que los flujos de inversión impulsan el desarrollo de la sociedad madrileña, estimulan la economía de la región y contribuyen a la generación de empleo”.
En conclusión, “los datos globales de la IED en la Comunidad de Madrid sobrevaloran el impacto real de la misma al incluirse en ella flujos financieros que responden exclusivamente a estrategias de optimización fiscal, a operaciones de compraventa de grandes empresas cotizadas o a inversiones en empresas con actividades en otros territorios, pero que se asignan contablemente a la Comunidad de Madrid (efecto sede). Por otro lado, consideramos que la centralidad político empresarial de la ciudad de Madrid (efecto capitalidad) se traduce en flujos de IED ligados a actividades con un impacto menor en el empleo o la transformación productiva del que reciben otras comunidades autónomas”, concluye el informe de CC OO