Echarse gasolina a uno mismo en una estación con personal puede ser motivo de una multa de 100 euros: esto es lo que dice la ley

España cuenta con 12.100 gasolineras distribuidas por todo el territorio, de las cuales más de la mitad son de autoservicio, según datos de la Memoria Anual de la Asociación de Operadores Petrolíferos (en sus siglas, AOP).

En estas estaciones no se requiere de personal y el propio conductor es el encargado de llenar el depósito de sus vehículos y realizar el pago mediante tarjeta bancaria. Este modelo de negocio es más común en las llamadas low cost o de bajo coste, donde la gasolina es entre 10 y 20 céntimos por litro más barata, dependiendo de la época del año.

El Reglamento General de Circulación establece que solo los trabajadores de las estaciones de servicio están cualificados para manipular los surtidores de gasolina y echar combustible, ya que se trata de sustancias peligrosas e inflamables. Por lo tanto, en las estaciones que no son de autoservicio, repostar uno mismo puede conllevar una sanción de hasta 100 euros, al ser considerado ilegal.

Las gasolineras con régimen de autoservicio presentan varias ventajas, como estar abiertas durante todo el año y las 24 horas del día, no tener tiempos de espera por turnos y permitir un repostaje más rápido. Además, el combustible no tiene por qué ser de menor calidad ―la diferencia de calidad entre combustibles es mínima―. Sin embargo, también presentan riesgos para los usuarios, ya que la manipulación de sustancias inflamables sin la debida cualificación puede ser peligrosa.

En cualquier tipo de gasolinera, existen acciones prohibidas como hablar por teléfono móvil, repostar con el coche encendido o fumar. Especialmente en las gasolineras de autoservicio se recomienda no repostar con la llave de contacto metida, ya que esto puede facilitar que una persona pueda robarte el coche, y además con el depósito lleno.

El auge de las gasolineras de autoservicio ha transformado el panorama del repostaje en España, ofreciendo una alternativa económica y accesible para los conductores. Si bien el sector lo siguen copando los operadores tradicionales como Repsol, Cepsa, BP o Galp, tanto en números como en estaciones, lo cierto es que las low cost han dado un importante salto en la última década. En 2013 contaban con 3.173 gasolineras y en apenas diez años, en 2023, ya son 5.309, casi un 67% más.

Existe la creencia popular de que los combustibles más baratos son de peor calidad y pueden dañar el coche a largo plazo, pero lo cierto es que esta afirmación no es real. La Organización de Consumidores y Usuarios pone fin al debate y explica que básicamente todo combustible en España cumple con los requisitos de calidad mínimos que establece la UE.

De hecho, todas las gasolinas y diésel que se venden en una determinada región provienen de la misma refinería y la única diferencia son los distintos aditivos que añade cada marca. en resumen, el combustible de base es el mismo y tampoco hay diferencias por lo que respecta al nivel de emisiones.