Las matemáticas, aquella asignatura que a unos les cuesta tanto y a otros tan poco. Aquella que dicen que explica el universo y se encuentra en todas partes, en el trabajo científico, en la cultura, en el arte... según dice el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes.
Su aprendizaje, como su enseñanza, es una de las tareas más complicadas y se necesita ir poco a poco para establecer una buena base que ayude a adquirir conocimientos más avanzados en el futuro. Pero también un título sin el que no se puede ejercer. En Portugal, una mujer está siendo investigada por haberse hecho pasar por profesoras de matemáticas durante 30 años sin tener la titulación para ello.
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Estamos hablando de Paula Pinto Pereira, quien presentó certificados falsos en las dos escuelas en las que enseñaba esta asignatura: Escola Secundária do Barreiro y Escola Secundária Daniel Sampaio, ambas en Sobreda, Caparica. Y no solo eso, sino que también escribió varios manuales sobre el tema a lo largo de los años para el estudio de los alumnos y los profesores, llegando a ser certificados por la Sociedad Portuguesa de matemáticas, explica Correiro de Manha.
Cuando se pidió a la profesora que diese explicaciones, argumentó que tiene una licenciatura y que incluso realizó una maestría en la Universidad de Madeira, cuyas tesis defendió en Cambridge.
Por otro lado, los padres de los actuales alumnos la defienden y la elogian por su labor, lamentando que fue apartada de la docencia, dejando sin clases a una clase de grado 11 (primero de Bachillerato) durante tres meses, antes de que se encontrara una maestra para realizar la suplencia.
Cabe destacar que los manuales que escribió seguirán vendiéndose. No obstante, la justicia reclama 350.000 euros por fraude.
Sus compañeros
Pinto Pereira fue durante décadas una de las profesoras más respetadas de la ribera sur, donde empezó a dar clase en los años 1980, y luego en Barreiro. Dos de los compañeros de la profesora han hablado con CNN Portugal anónimamente y explicaron que la situación se había discutido en el grupo durante mucho tiempo.
“La conozco desde hace muchos años. Le gustan los puestos y la popularidad, pero al final vivió una mentira, una mentira bien fabricada”, ha confesado uno de sus compañeros.
“Nos dijo a todos que tenía un máster en Cambridge, que también había hecho un doctorado en Madeira... todo ello sin salir nunca de Sobreda”, ha añadido el mismo profesor. Además, también tenía todas las licencias necesarias para enseñar, es decir, el certificado requerido con sello blanco.
Pero eso no es todo. En Almada, además de ser maestra, tenía otras responsabilidades. “Ocupo varios cargos, dirigió varios departamentos, evaluó a docentes... siendo de las más conocidas en el municipio”, ha comentado el otro profesor. “Superviso decenas de prácticas de futuros profesores en el inicio de sus carreras”, resaltaba el compañero, que explicó que fue elegida por la experiencia que dijo tener.
Para no levantar sospechas sobre su actividad, “ayudaba a sus alumnos a sacar buenas notas”, ha dicho uno de sus excompañeros. “Antes de las pruebas, proporcionaba hojas similares a la prueba real, por lo que a algunos padres les sigue gustando”, argumentaba uno de los profesores.