La última edición de Gran Hermano en Telecinco no deja de protagonizar grandes momentos. Ahora, el reality se ha visto salpicado de lleno tras las amenazas de una de sus concursantes. Lucía Rolek, la participante madrileña que concursaba junto a su melliza Silvia, se ha enfadado por la expulsión de su hermana tras romper esta las reglas del programa. Esto no ha parecido gustarle nada a la joven, quien ha amenazado con marcharse del programa de Mediaset España.
Las dos jóvenes entraron en la Casa grande tras pasar unos días en la Casa secreta. La condición que el programa les puso para poder concursar es que no podían decir a nadie que son hermanas y debían hacerse pasar por pareja. Aunque a priori esto no parecía un gran obstáculo para las mellizas, la convivencia de 24 horas con sus compañeros y con el secreto guardado se les ha hecho muy cuesta arriba.
Tras días de convivencia, los concursantes se encontraban en una de las estancias de la casa hablando sobre diferentes temas. Entre ellos, las hermanas disimulaban su relación de parentesco y se hacían pasar por novias, pero un pequeño desliz por parte de Silvia encendió las alarmas de algunos compañeros, entre ellos Elsa.
Silvia y Lucía comentaron que vivían juntas, pero en una conversación con Elsa, Silvia decía esto: “Lo máximo que hago sola y demás, bueno en casa estoy sola obviamente...”, dando a entender que vivía sola y suponiendo un desliz grande para su concurso. Su compañera, ante lo que acababa de escuchar, hizo saber a la organización que creía que realmente no eran pareja, sino hermanas, y que no vivían juntas.
El programa no tardó en actuar y como resultado del error de Silvia, esta fue propuesta a expulsión inmediata. Entre lágrimas, Silvia lloraba desconsolada, pidiendo disculpas y reconociendo no saber en qué momento había metido la pata. Su hermana, Lucía, acudía al confesionario y ambas se abrazaban llorando sin parecerles justo lo que estaban pasando.
Tras la salida de Silvia, Lucía ha decidido soltar su rabia y sincerarse con algunas de las personas con las que puede compartir su secreto: sus compañeras Laura y Violeta. Al principio, Violeta intentaba calmar a Lucía y esta, lejos de mantener la calma, explotaba contra la organización del programa.
“Esto me parece una guarrada, tía, porque yo no he entrado como una persona normal”, decía la joven. Reconocía que no le gusta tener que fingir ser una persona que no es y que la actuación que han tenido que hacer no formaba parte del contrato, o por lo menos ella no era lo que había firmado. “Relájate, relájate”, le pedía Violeta, ambas hablando entre susurros para que nadie más las escuchara, puesto que muchos de sus compañeros no eran conscientes de lo que realmente había sucedido.
El secreto se mantiene, Lucía tiene que seguir concursando sin que nadie sepa la verdad, y todos deben seguir pensando que la que se ha ido es su pareja, y no su hermana. Pero el cabreo que tenía la concursante, provocó que hiciera una amenaza sobre su marcha del concurso. “A mí ya me da igual. Me voy a ir. Yo esto no lo quiero vivir, tía, porque me han engañado”, anotaba tras la expulsión de su hermana. Ha dicho que no quiere continuar viviendo esta experiencia sin su melliza y que no le parece justa la situación que han tenido que vivir.
Ahora queda esperar para ver cuál es el desenlace de las participantes en Gran Hermano. Pero lo que está claro, es que a raíz de esta expulsión, la audiencia del programa ha quedado dividida en dos bandos, mientras que unos apoyan a la concursante, los otros creen que el programa ha tomado la decisión correcta.