El panorama ferroviario en España ha cambiado radicalmente desde la llegada de nuevos operadores al mercado. Lo que comenzó como una oportunidad para ofrecer más opciones de transporte a los pasajeros ha desencadenado una feroz guerra de precios entre las principales operadoras: la española Renfe, la italoespañola Iryo y la francesa Ouigo. Y de momento, esta batalla por el liderazgo en el sector de la alta velocidad ha traído consigo un aumento en la cantidad de pasajeros, pero también ha dejado un saldo preocupante de pérdidas millonarias para todas las partes involucradas.
A pesar de que el número de pasajeros en los trenes de alta velocidad ha crecido un 36% en el último año, alcanzando los 32,4 millones de viajeros, las tres compañías acumulan 187 millones de euros en pérdidas, lo que representa un aumento del 65% respecto al año anterior. El problema radica en la intensa competencia por ofrecer precios más bajos, lo que ha reducido la rentabilidad por pasajero. Esta situación, agravada por la inflación y el aumento de los costes operativos, ha empujado a las compañías a los números rojos, a pesar del crecimiento de la demanda.
Iryo: la operadora con mayores pérdidas
La compañía Iryo, en su primer año completo de operaciones, ha registrado pérdidas de 79,3 millones de euros, una cifra que triplica las de su ejercicio anterior, aunque este no es comparable, dado que en 2022 solo operó durante los últimos 37 días. A pesar de haber incrementado su flota y su presencia en rutas clave como las de Andalucía y Levante, Iryo ha visto cómo su tasa de ocupación, del 65%, queda por debajo de la de sus competidores. Además, ha tenido que triplicar su plantilla hasta los 522 empleados, lo que ha incrementado aún más sus costes.
Las pérdidas acumuladas de Iryo desde su llegada al mercado en 2020 ascienden a 109,2 millones de euros, lo que refleja las dificultades de las nuevas empresas para rentabilizar sus operaciones en un sector que requiere fuertes inversiones iniciales. A pesar de ello, la compañía sigue confiando en que con el tiempo podrá equilibrar sus cuentas gracias al respaldo de sus accionistas y a la mejora de sus operaciones, una vez que toda su flota esté en marcha.
Ouigo: precios bajos, pero pérdidas al alza
Ouigo, por su parte, ha registrado pérdidas de 42,7 millones de euros, un 16% más que el año anterior. La filial francesa de SNCF ha apostado desde su llegada por una política de precios bajos y alta ocupación, lo que ha permitido que sus trenes se llenen en un 80%, en promedio. Sin embargo, esta estrategia no ha sido suficiente para evitar los números rojos. A pesar de ingresar 139 millones de euros, un 30% más que el año anterior, Ouigo sigue luchando por alcanzar la rentabilidad.
Por ello, la compañía ha solicitado al Gobierno español una reducción en los cánones de uso de la red ferroviaria, alegando que los altos costes de acceso están afectando a su capacidad de ser rentable. Sin embargo, esta petición ha sido criticada por el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien cuestionó el modelo de negocio de Ouigo, basado en precios bajos.
Renfe: buscando recortar gastos
Renfe, la compañía estatal y la operadora más grande del país, no ha quedado al margen de esta guerra de precios. En 2023, la filial Renfe Viajeros cerró el año con 65 millones de euros en pérdidas, un incremento de 14 millones respecto al ejercicio anterior. Ante esta situación, la empresa ha implementado un plan de eficiencia que incluye prejubilaciones y cambios en la política de indemnización por retrasos, alineándose con la de sus competidores.
Aunque Renfe es la empresa que más ingresos obtiene por asiento, con 41,35 euros, sigue siendo insuficiente para generar beneficios en un entorno tan competitivo. Además, la presión de sus rivales ha obligado a la operadora a mejorar su oferta, tanto en términos de servicio como de tarifas, con el objetivo de mantener su cuota de mercado y reducir sus pérdidas.
La batalla por el futuro del sector
La entrada de Iryo y Ouigo ha transformado el mercado ferroviario español, aumentando la oferta de servicios y beneficiando a los usuarios con más opciones y mejores precios. Sin embargo, esta expansión ha traído consigo un desequilibrio financiero que amenaza la viabilidad a largo plazo de las compañías si no logran revertir sus resultados negativos.
Las tres operadoras seguirán luchando por capturar una mayor porción del mercado, pero el reto será encontrar un equilibrio entre calidad, precio y rentabilidad. Mientras Renfe intenta mantener su liderazgo y recortar gastos, Iryo y Ouigo presionarán con tarifas más agresivas, lo que puede prolongar la guerra de precios y mantener las pérdidas durante varios años más.