La Policía alerta en las aulas sobre los falsos desnudos con Inteligencia Artificial: “Aunque no sea real, puede ser delito”

Con el inicio del nuevo curso escolar, los agentes vuelven a los colegios e institutos para proporcionarles herramientas ante las principales amenazas en Internet

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La Policía Nacional imparte charlas
La Policía Nacional imparte charlas preventivas en los colegios del país. (Policía Nacional)

La difusión de falsos desnudos en fotografías manipuladas con Inteligencia Artificial (IA) saltó a la luz con el caso de la localidad extremeña de Almendralejo, pero se trata de una actividad que ya preocupa a todo el ámbito escolar en el país. Por eso, la Policía Nacional hará hincapié en las aulas durante el presente curso sobre las consecuencias que conllevan este tipo de actividades, que llegan a ser delictivas. En el caso de Almendralejo, 15 jóvenes fueron condenados a un año de libertad vigilada como autores de delitos de pornografía infantil y contra la integridad moral.

“Les explicamos que aunque la foto no sea real, puede ser delito”. Habla Ana, agente de la Unidad Central de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, que son los especialistas en conocer la realidad social y delincuencial a través del contacto directo, en este caso, con profesores, padres y alumnos. El curso pasado, los más de 500 policías repartidos por todo el territorio ofrecieron un total de 31.408 charlas formativas e informativas que llegaron a más de 600.000 estudiantes, todo en el marco del denominado Plan Director.

Durante este curso escolar, volverán a las aulas de Primaria, Secundaria y Bachillerato para advertir sobre los riesgos de prácticas que están tan de actualidad como el sexting (compartir imágenes íntimas a través de Internet) o el childgrooming (ciberacoso sexual a menores). Algunas comunidades autónomas ya han prohibido el uso de los móviles en clase, pero la labor policial va más allá. “Intentamos reforzar desde la prevención la educación digital. El trabajo en casa y el colegio son fundamentales”, subraya Ana.

El fácil acceso a Internet y las redes sociales, donde cualquier contenido se puede hacer viral, es la principal amenaza para los menores que se ven envueltos en casos de ciberacoso o delitos sexuales. La agente advierte que, por ejemplo, en el caso del sexting una imagen íntima enviada a otra persona “puede escapar de ese control” y llegar a manos de cualquier usuario, lo que da pie a situaciones de “acoso”. En cuanto al grooming, explica que en aplicaciones de citas o videojuegos en línea “no todo el mundo es quien dice ser”, dándose casos que llegan a encuentros sexuales entre pedófilos y menores de 16 años.

Ante estas nuevas amenazas, los agentes de Participación Ciudadana utilizan de forma didáctica libros o cómics para dar herramientas de prevención a los estudiantes desde una temprana edad. Durante este curso escolar, enseñarán a niños de entre 6 y 8 años el libro El Club de los Secretos para prevenir la violencia en la infancia, especialmente en lo relativo a delitos sexuales. “Les enseña que hay secretos buenos y secretos malos. Los segundos hay que compartirlos con un adulto”, detalla Ana.

Le retiraba la ropa mientras la menor dormía para tomar fotografías que posteriormente distribuía a través de una red social de mensajería instantánea

“Ciberviolencia de género”

Otra tendencia entre los más jóvenes es el repunte de la violencia machista. Según un estudio de la Fundación ANAR de 2023, los casos de violencia de género entre adolescentes habían crecido un 87,2 % en cuatro años. Ante este escenario, los agentes de Participación Ciudadana han hecho hincapié en los últimos cursos en lo que denominan “ciberviolencia de género”. Ana apunta que “las adolescentes saben detectar un golpe o un moratón, pero pueden ‘romantizar’ que un chico les pida la ubicación en tiempo real o que no se mensajeen con otro joven. Intentamos borrar estos mitos para que tengan herramientas de detección temprana”.

Además de estas problemáticas transversales, existen temáticas que centros educativos de determinados territorios solicitan a la Policía Nacional. Por ejemplo, institutos de la Comunidad de Madrid han mostrado en los últimos años un notable interés y demanda de charlas sobre las bandas juveniles, que tienen su epicentro en la región.

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