Qué es la estafa del motorista, el nuevo timo que está aumentando en España

Los delincuentes tienen una gran imaginación para crear nuevos métodos con los que estafar a las personas. Por ello, es importante estar al día de las recientes tácticas que utilizan los cacos para no caer en ellas. La última estafa que se está implantando en suelo español, procedente de Reino Unido, no tiene lugar en el entorno digital -como phishing, smishing o malware-, sino todo lo contrario, ocurre en el mundo real y en uno de los lugares más frecuentados por las personas: las carreteras. Si de normal los conductores deben tener puestos todos los sentidos en la conducción, ahora aún más debido al auge de esta nueva estafa.

Este último engaño es el denominado como la estafa del motorista. Proviene de Reino Unido, donde se ha convertido en una práctica habitual para los delincuentes, alcanzando un número de 2.000 casos en Londres en los últimos años. A diferencia de otros timos en las carreteras, los ladrones no tienen como objetivo robar los vehículos de los afectados distrayendo previamente a las víctimas, sino lograr un mayor botín económico estafando a las aseguradoras de los vehículos.

En la estafa del motorista, los ladrones suelen trabajar en parejas, ya que en el método que emplean 2 ladrones son indispensables. Fijan sus objetivos en conductores que van solos, especialmente centran su blanco en mujeres de avanzada edad. El timo da comienzo cuando el primer estafador, que va en moto por delante del vehículo, hace gestos a la víctima, indicando que se acerque. En ese momento, entra en acción el segundo estafador, quien conduce también una moto por detrás del objetivo. Esta última persona choca intencionadamente con el vehículo, y el primer motorista desaparece de la escena.

Lo que sucede a continuación es la típica situación cuando ocurre un accidente entre varios implicados. El motorista supuestamente damnificado comienza a hacer fotografías del accidente para dar parte al seguro y, de esta manera, exigir una alta indemnización al propietario y al seguro por las lesiones ocasionadas.

En primer lugar, es necesario desconfiar del resto de conductores. Sospechar de cualquier gesto que recibas por parte de otro conductor y, especialmente, anticiparse a la conducción de los demás es uno de los principios que se enseñan en las autoescuelas para no tener accidentes, y que también puede ser aplicado en este caso concreto de estafa. Es primordial estar alerta en lugares conflictivos en las carreteras, ya sean rotondas, intersecciones o cambios de rasante.

Si, desgraciadamente, no ha sido posible eludir el accidente, es importante ser muy riguroso con las siguientes acciones. Tomar el mayor número posible de fotografías de la escena donde ha tenido lugar el choque, del exterior de los vehículos implicados, así como de los motoristas, para conocer su identidad. Además, las aseguradoras deben conocer cuanto antes lo ocurrido con el mayor número de detalles y pruebas, ya que estas compañías posiblemente estén al tanto de este tipo de estafas que están aumentando rápidamente en España y que han venido para quedarse.