Tras una larga trayectoria de exposición mediática y éxito televisivo, Jimmy Giménez-Arnau fallecía este martes 17 de septiembre en la más estricta intimidad. El periodista, que desde el final de Sálvame permanecía alejado del foco, ha muerto acompañado por el gran amor de su vida: su mujer, Sandra Salgado.
Su viuda ha estado arropada por amigos y compañeros del escritor en su último adiós, una despedida marcada por la ausencia de los familiares del difunto. Y es que Giménez-Arnau llevaba años sin tener relación con sus cuatro hermanos, con quienes tuvo un conflicto por el reparto de los bienes de sus padres. También perdió todo contacto con su hija Leticia cuando su exmujer, Merry Martínez-Bordiú, se marchó con ella a vivir a Estados Unidos.
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Según contó el propio Jimmy en vida, intentó sin cesar recuperar la relación con su hija hasta que, cuando cumplió la mayoría de edad, le transmitió su decisión firme de no tener ningún tipo de vínculo con él. “No puedo hacer nada. Ella ha elegido no verme y yo respeto eso”, confesó en su entrevista con Bertín Osborne en el programa Mi casa es la tuya.
A pesar de ello, el novelista también expresó su deseo de que, cuando se produjera su muerte, su herencia se repartiera “a partes iguales” entre su mujer y su hija, un último gesto hacia la joven que ahora podrá materializarse con el reparto de la fortuna del colaborador televisivo.
La herencia de Jimmy Giménez-Arnau
Jimmy Giménez-Arnau fue un cotizado personaje del corazón gracias a su matrimonio con la nieta del dictador Franco. Esto le reportaría pingües beneficios a golpe de exclusiva, además de los ingresos que obtendría trabajando en algunos de los formatos históricos del corazón en televisión, como Tómbola, Sabor a ti o Sálvame.
A todas las ganancias que le reportaron esos trabajos se suman también las ventas de sus obras publicadas. Y es que el escritor exploró la poesía en sus primeras obras, Cuya selva y La soledad distinta, pasando después por la novela, el relato periodístico o la autobiografía.
Sin embargo, entre los bienes que deja el periodista tras su muerte no se encuentra ningún inmueble, tal y como desvela Vanitatis. Y es que el tertuliano solo tenía a su nombre tres empresas que, además, llevaban años inactivas, por lo que no reportarán ningún beneficio a sus herederos.
El citado medio especifica que Jimmy fundó Gladkat S.L., dedicada a “la promoción, contratación y prestación de servicios artísticos y culturales en todas sus formas. la explotación, por cualquier medio de los derechos de propiedad intelectual y de autor”; así como Librevision S.L., con la misma actividad que la anterior, aunque dedicada también la explotación inmobiliaria; y, por último, Libertad Visual 333 S.L., que desarrollaba su negocio en “la preparación y el montaje de espectáculos”.
Al estar inactivas estas empresas, los herederos de Jimmy tan solo recibirán el dinero que poseyera en sus cuentas bancarias. Quienes le conocían mejor aseguran que en su vida “ganó mucho dinero”, tal y como afirmó María Patiño en Ni que fuéramos shhh, aunque Kiko Hernández matizaba que “no era un gran ahorrador. Si tenía que gastar, gastaba”.
Sea como fuera, y siempre que el periodista no estableciese algo distinto en su testamento, su mujer y su hija serán las herederas de su legado, que también incluirá un porcentaje de los beneficios por la venta de sus múltiples obras literarias, el cual puede ir del 5 al 18%, en función del acuerdo específico entre el autor y la editorial.