En España, la ley dispone de varios mecanismos para limitar la retirada de dinero en efectivo de los bancos. De igual manera, establece varios mecanismos que dificultan el pago de grandes cantidades de dinero en efectivo. Estos límites buscan prevenir actividades ilícitas, como puede ser el blanqueo de capitales. La Ley Antifraude aprobada en julio de 2021 introdujo cambios importantes en las transacciones económicas realizadas en efectivo, con el objetivo de combatir la economía sumergida y el fraude fiscal en España. Entre las medidas más destacadas, se encuentra la limitación del pago en efectivo, que sigue siendo aplicable en 2024, con algunas restricciones clave para evitar sanciones.
Desde la entrada en vigor de la Ley 11/2021, de 9 de julio, el límite para los pagos en efectivo ha sido reducido de 2.500 euros a 1.000 euros en transacciones donde intervenga, al menos, un empresario o profesional. Esto significa que si eres autónomo, empresario o si contratas a un profesional para realizar un servicio, no puedes realizar ni recibir un pago superior a 1.000 euros en efectivo. Este límite se aplica tanto si el pago es en euros como en su equivalente en una moneda extranjera.
Por ejemplo, si tienes una tienda de electrodomésticos y vendes un producto cuyo precio total es superior a 1.000 euros, no podrás aceptar el pago en efectivo. En su lugar, el cliente deberá utilizar otros medios como tarjeta, transferencia bancaria o cualquier otro método electrónico.
Excepciones al límite de 1.00 euros
Es importante destacar que este límite de 1.000 euros no se aplica a todas las transacciones. Existen dos excepciones clave:
- Pagos entre particulares: Si ambos son personas físicas y ninguno actúa en calidad de empresario o profesional, el límite para pagar en efectivo sigue siendo de 2.500 euros. Por ejemplo, si vendes un coche de segunda mano a un amigo, podrías recibir hasta 2.500 euros en efectivo.
- Personas con domicilio fiscal fuera de España: Si el comprador o pagador tiene su domicilio fiscal fuera del país, el límite se eleva a 10.000 euros. Esto es aplicable en casos en los que una persona extranjera, sin residencia fiscal en España, realiza compras en el territorio español.
Cómo se aplica el límite a las operaciones fraccionadas
Una cuestión que genera confusión es cómo se aplica este límite a las operaciones que se dividen en varios pagos. La ley establece que no importa si se fracciona el pago, lo que cuenta es el valor total de la operación. Esto significa que, si un empresario realiza una venta de 1.500 euros y se acuerda dividir el pago en dos cuotas de 750 euros, no se podrá pagar en efectivo, ya que el valor total de la operación supera el límite de los 1.000 euros. Por otro lado, si una empresa presta varios servicios a lo largo del tiempo a un mismo cliente y cada factura es inferior a 1.000 euros, estas podrían pagarse en efectivo, siempre que las facturas sean por servicios independientes y no constituyan parte de una única operación mayor.
El incumplimiento de estos límites se considera una infracción tributaria grave, que puede conllevar sanciones importantes. La multa que se impone en estos casos es del 25% del valor total de la transacción realizada en efectivo. Esto significa que si un pago de 2.000 euros en efectivo se realiza cuando debería haberse limitado a 1.000 euros, la multa ascendería a 500 euros (25% de 2.000 euros) La ley también contempla ciertas reducciones en las sanciones si se realiza un pago voluntario de la multa antes de que se notifique una resolución definitiva. Si el infractor acepta la sanción y realiza el pago antes de la notificación oficial, la multa puede reducirse hasta un 50%. Sin embargo, esta reducción solo es aplicable si la sanción no ha sido recurrida y no se encuentra en un proceso judicial.