La Revuelta de David Broncano nos ha regalado esta semana un invitado de los que, por desgracia, no se suelen ver en este tipo de shows televisivos. Se trató de Diego González Rivas, un cirujano torácico que, además de innovar en la disciplina y realizar operaciones a priori imposibles, presume de ser -precisamente por su buen hacer, que ha hecho que lo llamen desde todas partes- el cirujano que ha operado en más países de la historia.
“Hace dos semanas estuve en Turkmenistán y en Kirguistán”, informó el doctor durante la entrevista, “por lo que ahora serían 136 países”. Una afirmación que arrancó los aplausos del público y también provocó la admiración de Broncano, puesto que el primero de los dos países mencionados es uno de los territorios a los que es más difícil acceder de todo el mundo. “Una especie de Corea del Note en cuanto a hermetismo”, en palabras del presentador, que se interesó por conocer ese lugar.
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Así es uno de los lugares más misteriosos del planeta
Turkmenistán es un país centroasiático perteneciente a ese grupo de naciones que formaron parte, en su día, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Tras la disolución de esta entidad, ascendió al poder Saparmyrat Niyazov, un líder que cerró las fronteras de la nación y puso en práctica, hasta su muerte en 2006, el culto a la personalidad como forma de poder sobre la población. Grandes edificios, grandes estatuas, leyendas sobre su poder y, por supuesto, un absoluto control sobre la población.
A partir de 2006 ascendió al poder Gurbanguly Berdymukhamedov, que no varió en exceso la estrategia de su antecesor. De esta manera, siguió modelando las ciudades para que fueran un homenaje constante a su figura, incluyendo una enorme estatua de 20 metros de altura hecha de pan de oro con él montando a caballo -un animal por el que sentía verdadera devoción-. Esta obra de arte, visible en la capital, fue bautizada con su apodo: El Protector. Finalmente, en 2022 decidió dejar su cargo para cederlo a su hijo, Serdar Berdimuhamedow.
Los coches deben ser de color blanco obligatoriamente
Tal es la autoridad que el nuevo mandatario tiene allí que incluso el propio González Rivas confesó que, pese a que llevaba intentando ir desde hacía años, no fue hasta que los cirujanos del país “consiguieron al final la autorización del presidente, porque eso va todo así”. Tras la dimisión de su padre, ganó las elecciones con un 73% de los votos, un porcentaje exageradamente alto que, no obstante, queda lejos del 97% que obtenía su progenitor, en comicios sin ningún tipo de supervisión internacional que garantizara su carácter democrático.
Por otro lado, el médico también comentó qué le pareció el lugar al poder, al fin, personarse en Turkmenistán. “Me quedé sorprendidísimo con el país, es muy curioso. Es todo muy ostentoso, muy lujoso, pero sin gente en las calles. Los coches eran todos blancos, por ejemplo”. En relación a esto último, cabe decir que este color era, hasta hace unos pocos años, obligatorio en los automóviles del país para que hicieran juego con el mármol de los edificios. Ahora esta ley se ha derogado, pero lo cierto es que los ciudadanos no se atreven a comprarse un automóvil de tonalidad más oscura porque creen que el líder podría cambiar de opinión.
Del mismo modo, el país centroasiático ha sido famoso por sus excéntricas leyes que los distintos dictadores han ido imponiendo. Si anteriormente el ballet, tener un perro o conducir un coche oscuro estaban penado por ley, hoy también destacan prohibiciones como lucir barba con menos de 40 años, conducir con el coche sucio o comprar un paquete de tabaco. Al mismo tiempo, el país cuenta también con numerosos récord Guinness, incluyendo el de la ciudad con más récords mundiales en su propia capital, Ashgabat.
Por lo demás, en realidad se conoce muy poco acerca de lo que ocurre en Turkmenistán, dado que el número de visitantes que pueden ir allí es muy reducido. Para entrar, se requiere un visado aprobado por el ministerio de Asuntos Exteriores. El país recibe, cada año, unos 10.000 turistas, que no solo se detienen a ver esas monumentales ciudades, sino que aprovechan para visitar otros lugares de renombre como las archiconocidas Puertas del Infierno, el cráter incendiado que se originó en 1971 tras una explosión en una gruta llena de gas metano.