Retrasos en los submarinos S-80 de la Armada: el nuevo cronograma de entregas de Navantia no convence al Gobierno

El Ministerio de Defensa ha vuelto a expresa su malestar por las demoras en este importante proyecto naval. El nuevo calendario confeccionado por Navantia “no diluye” su preocupación

Submarino S-81 Isaac Peral de España (Navantia)

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha aprovechado su visita a los astilleros que Navantia posee en Cartagena (Murcia) para reiterar la preocupación que genera en el Gobierno de España los nuevos retrasos en los restantes tres submarinos de la clase S-80. Tras diversos inconvenientes, entre los que destacan problemas en el suministro de materiales y componentes para la fabricación de los buques, la empresa naval pública se ha visto obligada a reformular el calendario de entregas de las embarcaciones, por lo que la Armada deberá esperar hasta 2026, un año más tarde de lo previsto, para recibir el segundo sumergible de la familia: el S-82 Narciso Monturiol.

En este sentido, el nuevo cronograma presentado por Navantia en el marco de la reunión técnica mantenida con Robles y la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, no ha convencido al Ministerio de Defensa. En un escueto comunicado difundido a última hora de este martes, el departamento ha dejado claro que este calendario “no diluye” la preocupación de la ministra sobre los reiterados retrasos en el proyecto, el más ambicioso y costoso en la historia de la industria naval española.

Esta no es la primera vez que Robles hace público el malestar del Gobierno por las demoras en la fabricación de los tres submarinos del programa que restan por incorporar. El pasado abril, la titular de la cartera de Defensa expresó que la tardanza en las entregas excedían “lo razonable” y reclamó a Navantia “un esfuerzo especial” para concluir en tiempo y forma con el desarrollo de los sumergibles.

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La reprogramación del cronograma afecta también, como era de esperar, a las unidades tres y cuatro del programa: el S-83 Cosme García y el S-84 García de los Reyes. De esta manera, la Armada no podrá disponer del primero hasta 2028, mientras que el segundo le será entregado un año después, siempre que Navantia logre cumplir con el nuevo calendario.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto al presidente de Navantia, Ricardo Domínguez (Marco Romero/MDE)

Con la vista puesta en India y Canadá

El nuevo cronograma de los S-80 coinciden con un momento en el que la compañía público está redoblando esfuerzos para conseguir el primer cliente internacional del submarino. No obstante, desde Navantia rechazan que exista relación directa entre los retrasos en la entrega de los buques de la Armada y sus ambiciones comerciales fuera de las fronteras españolas. En este sentido, la empresa tiene la vista puesta en India y Canadá, los países con los proyectos más jugosos a los que aspira la firma para recuperar parte de los 4.000 millones de euros invertidos en estos 20 años.

A finales de junio, una comitiva de la Marina India visitó España para evaluar las capacidades del S-80, uno de los dos submarinos que han llegado a la recta final del proyecto P75, programa a través del que la India prevé adquirir seis sumergibles y cuyo contrato asciende a la nada despreciable suma de 4.800 millones de euros. El interés de la Marina India era comprobar el correcto funcionamiento de la AIP de los sumergibles españoles, un sistema que les permitirá estar más tiempo sumergidos que cualquier otro buque no nuclear del mundo. No obstante, el primer submarino español equipado con este sistema será el S-83, como consecuencia de -vaya sorpresa- retrasos en su desarrollo.

Por su parte, tras mucho meditarlo, el Gobierno de Canadá ha descartado finalmente sumarse al acuerdo Aukus entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia para la adquisición de sumergibles nucleares y, en cambio, adquirir 12 submarinos convencionales. Esta es una buena noticia para Navantia, dado que entre las alternativas de compra que baraja Ottawa se encuentra el S-80 español. Para el llamado Proyecto de Patrulla Submarina Canadiense, la administración de Justin Trudeau planea destinar un presupuesto de entre 40.500 y 70.000 millones de euros. Entre los requisitos establecidos por la fuerza naval canadiense para su futura flota de submarinos, destacan el sigilo, la letalidad y una gran capacidad de despliegue en el Ártico, características que podrían ser fácilmente proporcionadas por el S-80.

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